Si, como los seres humanos hemos imaginado desde hace tanto tiempo, llegamos a colonizar Marte algún día, los niños de todas partes del mundo podrán respirar aliviados: la magia de un día nevado podría seguir siendo posible.
En un nuevo estudio publicado esta semana en la revista Nature, se descubrió que podría haber tormentas de nieve nocturnas en el Planeta Rojo. Los investigadores utilizaron “una combinación de modelos meteorológicos computarizados y observaciones” para “llevar a cabo sofisticadas simulaciones computarizadas para evidenciar que se producen fuertes vientos y una rápida precipitación de partículas de agua y hielo durante las noches marcianas, en lo que se denominan tormentas de nieve”, declaró a Newsweek en un correo electrónico el Dr. Aymeric Spiga, el autor principal del estudio.
Este estudio ayuda a explicar el hallazgo de nieve realizado por el módulo de descenso Phoenix Mars de la NASA, realizado hace casi una década. “Buscaremos señales de que la nieve incluso podría llegar a la superficie del planeta”, dijo en aquel momento Jim Whiteway, el científico principal de la estación meteorológica del módulo Phoenix.
Spiga, que investiga astrofísica, geofísica y meteorología en la Universidad Pierre y Marie Curie de París, Francia, señaló que la nieve puede llegar a la superficie. Sin embargo, es un producto helado que podría no acumularse en la forma en la que experimentamos las tormentas de nieve en la Tierra.
“Las tormentas de nieve en Marte son mucho menos peligrosas de lo que son en la Tierra, y la cantidad de nieve que se precipita es también bastante menor”, dijo Spiga en un correo electrónico. “Por ello, si la precipitación de nieve puede llegar a la superficie (lo cual no ocurre en todas las tormentas de nieve), lucirá como una capa irregular y delgada de escarcha, en lugar de un espeso manto de nieve como ocurre en la Tierra. Y por último, pero no por ello menos importante, en Marte las partículas de nieve son cristales de hielo muy pequeños (de unos cuantos micrómetros/decenas de micrómetros), mientras que en la Tierra tenemos nieve constituida por copos mucho más grandes (y más complejos)”.
Aun así, las tormentas de Marte recuerdan en cierta forma a los fenómenos que vemos en la Tierra. Spiga señala que el equipo ha dado otro nombre a las tormentas de nieve: microrráfagas de hielo, un término derivado de la meteorología terrestre tradicional que se refiere a “una columna localizada de aire descendente (corriente descendente) dentro de una tormenta eléctrica”, según lo define el Servicio Nacional de Meteorología de Estados Unidos.
Sin embargo, el fenómeno en Marte, como lo explican Spiga y sus colegas en el estudio, que fue publicado este lunes en Nature Geoscience, es algo que ocurre estrictamente por la noche. Las partículas de hielo y agua de las nubes marcianas emiten una luz infrarroja de manera muy eficiente por las noches, afirma Spiga, enfriando la atmósfera local. Ese enfriamiento produce una capa de aire frío encima de una capa de aire más cálido. (Durante el día, las nubes absorben la luz, lo cual evita que se produzcan tormentas de nieve). La diferencia entre ambas capas produce convección, es decir, hacen que el calor o la humedad se desplacen verticalmente a través de la atmósfera, junto con fuertes vientos y un proceso de mezcla. ¿El resultado? Nieve marciana. Solo que quizás no sea suficiente para obligar a cerrar las escuelas.
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Publicado en cooperación con Newsweek / Published in cooperation with Newsweek