El presidente mexicano Enrique Peña Nieto advirtió que el futuro del país se enfrentará a dos rumbos distintos de cara a las elecciones presidenciales de 2018. Por una parte, la del progreso que ofrece el Partido Revolucionario Institucional (PRI) y por otro lado, hacía un “flanco de retrocesos, de quienes pretenden regresarnos al pasado y le apuestan al caudillismo”.
Durante la clausura de los trabajos de la XXII Asamblea Nacional del PRI, en un mensaje de 20 minutos, el mandatario reconoció que el partido que lo ha abanderado desde que era gobernador del Estado de México ha tenido embates, a los que él llamó “costos naturales por querer hacer las cosas bien”.
Frente a una cúpula de 10,000 militantes reunidos en el Palacio de los Deportes en la Ciudad de México, el presidente aseguró que “el tricolor está listo para lo que viene”.
Estas declaraciones fueron emitidas por el presidente después de que la Asamblea priista aprobara por unanimidad el dictamen en que se eliminan los candados para simpatizantes del tricolor, modificando sus estatutos de forma que se aprueban las candidaturas de todos los niveles, sin que los militantes priistas hayan cumplido 10 años dentro del partido.
Además, la militancia prohibió que un priísta que llegue a un cargo público por la vía plurinominal participe en la siguiente elección por la misma vía. También se aprobó la conformación de gobiernos de coalición a nivel federal y estatal, la eliminación del fuero y la creación de una comisión de ética y rendición de cuentas.
El Revolucionario Institucional, envuelto en una serie de escándalos con más de tres exgobernadores vinculados a proceso por actos de corrupción hará obligatorio que los candidatos a cargos públicos presenten sus declaraciones patrimoniales, de conflictos de intereses y su declaración fiscal, mejor conocida como declaración 3de3.
Los embates del PRI no sólo se han caracterizado por actos de corrupción que han envuelto a sus militantes de alto rango, sino también porque es la primera vez en la historia en que gobierna menos de la mitad de las entidades federativas.
Aunque no mencionó los casos más emblemáticos de corrupción de su partido, como los son los exgobernadores de Veracruz, Javier Duarte; de Quintana Roo, Roberto Borge y el prófugo de la justicia César Duarte, exgobernador de Chihuahua, el presidente Peña Nieto, en un discurso optimista puntualizó el el PRI dará la batalla en 2018, “con la seguridad de que México gana cuando gana el PRI. Eso nos da la autoridad moral para recuperar la confianza de la gente”, dijo.
El presidente Enrique Peña Nieto ha conservado por tres años consecutivos los peores niveles de aprobación de la historia mexicana. En mayo pasado este nivel tuvo un ligero aumento de 2 puntos porcentuales al pasar de 17 a 19 por ciento, según los resultados de la encuestadora Consulta Mitosfsky.
Al cierre de la Asamblea Nacional del PRI, Peña Nieto concluyó que los cambios aprobados dan la competitividad y “nos fortalecen frente a los retos electorales que habremos de asumir”.