El gobierno de Donald Trump no ha ocultado su intención de ayudar a México para enfrentar a los “cárteles” de la droga, a quienes se atribuyen decenas de miles de muertes. El presidente estadounidense dijo en febrero pasado que incluso había ofrecido a su homólogo mexicano, Enrique Peña Nieto, la posibilidad de brindarles apoyo frente a estas agrupaciones. Días después el magnate republicano firmaría una orden ejecutiva que pretende acabar con los “carteles criminales” del narcotráfico “que se han extendido por todo el país y están destruyendo la sangre de los jóvenes” estadounidenses.
La idea de Trump ha sido compartida por el general John Kelly, Secretario de Seguridad Nacional de Estados Unidos, quien ha hablado de perseguir a los criminales en los países donde se produce y por donde transita la droga. Y también ha sido aplaudida por Jeff Sessions, el fiscal general de Estados Unidos, quien durante una visita que hizo en abril a la frontera con México habló sobre la destrucción de estos grupos de crimen organizado.
Esa misma opinión es compartida por un exfuncionario de la Secretaría de Seguridad Nacional de Estados Unidos, con la diferencia de que plantea una intromisión de las fuerzas militares estadounidenses en suelo mexicano, una situación que el gobierno de México ha rechazado en ocasiones anteriores.
Matt A. Mayer, un exalto funcionario en el Departamento de Seguridad Nacional de los Estados Unidos durante el gobierno de George W Bush, ha planteado en un artículo publicado en U.S. News & World Report, cómo se han gastado miles de millones de dólares para atender la crisis de opiáceos que ha alcanzado niveles epidémicos en Estados Unidos sin que se hayan tomado medidas para atender el suministro que en su gran mayoría proviene de México.
“Independientemente de cuánto gastemos, si no podemos reducir o detener sustancialmente el flujo de opioides y otros medicamentos mortales en nuestra frontera sur seguiremos viendo a decenas de miles de estadounidenses morir cada año debido a las sobredosis de opioides y metanfetamina, con un enorme daño a sus familias y comunidades”, plantea Mayer.
El exfuncionario de seguridad menciona que para detener el flujo de opioides y otras drogas mortales se debe desmantelar metódicamente las redes de distribución que los cárteles han establecido en Estados Unidos, y aunque reconoce que el gobierno mexicano ha llevado a cabo algunos esfuerzos para combatir a estos grupos, “la corrupción dentro del gobierno mexicano y la aplicación de la ley es rampante; simplemente no podemos confiar en el gobierno mexicano para el tipo de acciones necesarias para aplastar a los cárteles”.
“Esta desafortunada realidad plantea una pregunta muy incómoda: ¿Tenemos que ir a la guerra con México para finalmente ganar la guerra contra los opiáceos y otras drogas mortales? Por ‘ir a la guerra’, me refiero a una declaración formal de guerra hecha por el Congreso contra México en la que utilizamos toda la fuerza de nuestro poderío militar para destruir los cárteles, los campos de amapola y todos los elementos del narcotráfico. Como nuestra lucha no es con el gobierno mexicano, su ejército o su gente, que tratan de debilitar a los cárteles, intentaríamos asociarnos con esas entidades contra los cárteles, así como nos asociamos con el gobierno vietnamita del sur y el ejército contra el Vietcong y el Ejército vietnamita del Norte. Suena loco, lo sé a menos que reconozcan que ya estamos peleando una guerra con México”, prosigue.
Mayer contrasta el número de muertes por sobredosis con las causadas por ataques terroristas. Precisa que desde el primer ataque terrorista de Al-Qaeda en Yemen en 1992, menos de 5,000 estadounidenses han muerto en estas ofensivas.
“En respuesta a los ataques terroristas, libramos guerras en Afganistán e Irak, y gastamos cientos de miles de millones de dólares en medidas de seguridad externa e interna para detectar y prevenir futuros ataques. Si hicimos todo eso en respuesta al terrorismo islámico radical, ¿por qué es tan alocado considerar el uso de nuestro poder militar para derrotar a los carteles de la droga mexicanos que han infligido mucho más muerte, caos y costos en América que Al Qaeda y el Estado Islámico, a diferencia de que los terroristas viven en lugares lejanos y los cárteles de la droga mexicanos están operando justo al lado y dentro de nuestras comunidades”, concluye el exfuncionario de Seguridad Nacional de Estados Unidos.