Trabajar muchas horas puede tener consecuencias más adelante en la vida. Una investigación indica que trabajar más de 55 horas a la semana se relaciona con un aumento en el riesgo de enfermedad coronaria y apoplejía. También podría incrementar el riesgo de desarrollar un pulso irregular, conocido como fibrilación atrial.
En un enorme estudio en el que participaron más de 85,000 adultos en el Reino Unido, Dinamarca, Suecia y Finlandia, los investigadores descubrieron que trabajar más de 55 horas a la semana se relaciona con un aumento de 40 por ciento en el riesgo de desarrollar fibrilación atrial en los siguientes 10 años.
En el documento, publicado el 13 de julio en la revistaEuropean Heart Journal, los investigadores registraron 1,061 nuevos casos de fibrilación atrial durante el periodo de seguimiento, el cual tuvo una duración de 10 años. Esto equivale a una tasa de incidencia de 12.4 por cada 1,000 personas en general. Sin embargo, las personas que trabajaban muchas horas presentaron una tasa de incidencia de 17.6 por cada 1,000.
¿Por qué trabajar muchas horas puede producir problemas cardíacos? La naturaleza exacta de esta relación sigue siendo desconocida, y, de hecho, hasta este momento, el estudio sólo muestra que existe una correlación y no una causalidad, señala Mika Kivimaki, investigador del Colegio Universitario de Londres y el principal autor del estudio. Sin embargo, “la reacción ante el estrés es sólo una posibilidad. Las investigaciones básicas sobre el sistema de conductancia eléctrica del corazón han mostrado que este sistema es sensible al estrés psicológico experimental”, dice.
La fibrilación atrial es un ritmo cardíaco irregular y en ocasiones rápido, también conocido como arritmia, que “puede producir coágulos sanguíneos, apoplejía, insuficiencia cardíaca y otras complicaciones de esa naturaleza”, de acuerdo con la Asociación Estadounidense del Corazón. Por lo menos 2.7 millones de estadounidenses padecen actualmente ese trastorno. Durante la fibrilación atrial, las cámaras superiores del corazón, llamadas aurículas, laten caóticamente y fuera de sincronía con las cámaras inferiores, conocidas como ventrículos, lo cual puede producir dificultad para respirar y debilidad.
Bakhtawar Mahmoodi y Lucas Boersma, médicos del Hospital St. Antonius de Nieuwegein, Países Bajos, quienes no participaron en el estudio, escribieron en un artículo editorial anexo que la correlación no se debe únicamente al trabajo físicamente exigente. Tales trabajos suelen estar bien regulados, y las horas de trabajo por semana generalmente están muy por debajo de las 55 horas. “El número de horas de trabajo suele ser más alto en los puestos administrativos y entre las personas autoempleadas, donde no existe un límite en cuanto a las horas de trabajo, y el estrés mental podría ser más importante que la exigencia física directa”, escribieron.
Los resultados se ajustaron para evitar variables de confusión como la edad, el género, el estatus socioeconómico, el peso, el nivel de actividad o el uso de alcohol y tabaco. Y aun así, la correlación se mantuvo.
Además de trabajar menos, no está claro si es posible hacer algo para reducir el riesgo de fibrilación atrial. Kivimaki observa que un aumento de 40 por ciento en el riesgo es importante para “las personas que ya tienen un riesgo alto… debido a otros factores de riesgo como una edad mayor, ser de sexo masculino, padecer diabetes, hipertensión, colesterol alto, sobrepeso, tabaquismo e inactividad física”, o sufrir una enfermedad cardíaca previa. “A este grupo de personas, quizás les convenga evitar trabajar muchas horas en trabajos estresantes”, señala Kivimaki. “No obstante, no recomiendo que todas las personas deban trabajar menos para evitar la fibrilación atrial”. Para una persona más joven y sana, con pocos o ninguno de esos factores de riesgo, las probabilidades de desarrollar fibrilación atrial son bajas, y el aumento en el riesgo derivado de trabajar muchas horas “no cambia mucho la situación”.
Publicado en cooperación con Newsweek / Published in cooperation with Newsweek