La deuda derivada del rescate bancario mexicano creció 31.2 por ciento en términos nominales durante los últimos 18 años. Pero durante el sexenio de Enrique Peña Nieto, los niveles han alcanzado niveles inusitados, representando el 4.5 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) en 2016, según el reporte de la Cuenta Pública más reciente de la Auditoría Superior de la Federación (ASF).
En el periodo de 1999 a 2016, la deuda administrada por el Instituto para la Protección al Ahorro Bancario (IPAB), en términos nominales, pasó de 714 millones 503,832 pesos a 937 millones 661,086 pesos, lo que significó un aumento del 31.2 por ciento.
El IPAB es el Instituto para la Protección al Ahorro Bancario un organismo descentralizado de la Administración Pública Federal, con personalidad jurídica y recursos propios, el cual fué creado por la Ley de Protección al Ahorro Bancario, antes conocido como Fondo de Apoyo
al Ahorro Bancario (Fobaproa).
Este Instituto es el encargado de administrar el sistema de protección al ahorro bancario, a favor de las personas que realicen cualquiera de las operaciones garantizadas en términos y con las limitantes determinadas por la ley.
El reporte de la Auditoría señala que el saldo de la deuda administrada por el IPAB al cierre de 2016 tuvo un incremento del 1.5 por ciento en comparación con 2015 cuando la deuda ascendió a 923 millones 385,874 pesos.
“La política de administración de la deuda ha consistido en no amortizar y financiar con recursos fiscales una porción de los intereses generados, así como contratar o emitir deuda adicional para atender la parte faltante de los intereses”, se lee en el informe.
Este ritmo de deuda abarcaría al menos tres generaciones para poder liquidar su saldo. Al menos eso plantea el IPAB en tres posibles escenarios, los cuales se realizaron a partir de las cifras estimadas de cierre de 2017, considerando el monto presupuestado de intereses a devengar en este año, las cuotas por cobrar a las instituciones de banca múltiple (75.0 por ciento) y el monto aprobado en el Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) para ese ejercicio. Por lo que las proyecciones se realizaron a partir de 2018 con el valor inicial de la deuda neta estimada que ascendería a 889 millones 790,081 pesos, alrededor de 10 millones menos de la cifra actual.
En el primer escenario el Instituto proyecta que de mantenerse la estrategia de administración de la deuda, consistente en no liquidar el capital y sólo pagar una porción de los intereses generados, “en los próximos 25 años, la deuda continuaría creciendo indefinidamente”.
Esto debido a que los incrementos en el pago de cuotas y la forma en que se determinan los recursos fiscales que se le transfieren, ocasiona que el diferencial de este tipo de obligaciones tenga que financiarse con créditos o emisiones de títulos adicionales, por lo que la deuda neta aumentaría de 889 millones 790,081 pesos en 2018 a 2 mil 564 millones 472,343.1 de pesos en 2042.
Lo que representaría el 188.2 por ciento de aumento, que se suponen incrementos en la captación de cuotas pagadas por las instituciones de banca múltiple y disminuciones en las transferencias fiscales que recibiría el IPAB.
Los recursos fiscales que el gobierno federal transferiría al IPAB en los 25 años siguientes, ascenderían a 421 millones 754,679 pesos, cantidad que representaría, en promedio, 1.4 por ciento con respecto del saldo de la deuda anual, y los recursos por cuotas ascenderían a mil 243 millones 265,735 pesos.
El segundo escenario plantea la posibilidad de iniciar una estrategia de pago total de intereses y una porción del principal de la deuda con recursos fiscales por una cantidad equivalente al 1.0 por ciento de la misma y un pago adicional a capital con el 75.0 por ciento de las ingresos por cuotas.
De esta forma las obligaciones del IPAB podrían cubrirse en 20 años, lo que implicaría que el gobierno federal canalizara recursos fiscales por mil 21 millones 679,122 pesos, lo que permitiría cubrir los intereses anuales generados por 911 millones 233,996 pesos y se realizaran amortizaciones de la deuda por un monto total de 965 millones 129,140 pesos, lo que permitiría la amortización de la deuda en el año 2038.
El planteamiento más optimista consiste en una estrategia de pago total de intereses y una porción del principal de la deuda neta con recursos fiscales por una cantidad equivalente al 0.25 por ciento del PIB estimado para el año de que se trate.
Esto implicaría que las obligaciones del IPAB podrían cubrirse en 14 años, por lo que se tendrían que canalizar recursos fiscales por mil 334 millones 509,112 pesos, lo que permitiría cubrir los intereses anuales generados por 758 millones 925,857 pesos y además, realizar las amortizaciones del principal de la deuda por mil 33 millones 695,856 pesos, lo que permitiría el pago de la deuda en el año 2032.