Conocer los recursos y actuales retos de la producción audiovisual en Baja California, sirve para pensar en los caminos que conducen a lograr una industria. FotoFilm Tijuana en su primera edición, mediante conferencias, proyecciones y talleres, ofreció justamente eso: un acercamiento realista, con la mirada de quienes ejercen en la fotografía, cine, animación y música.
El festival realizado del 14 al 16 de julio en la explanada del Centro Cultural Tijuana (Cecut) y en la Cineteca Carlos Monsiváis, pretendió mostrar los talentos de la región y darle a los creadores un espacio para compartir su experiencia en el campo, además de crear una memoria que sea parte de la historia cultural de la ciudad.
El evento incorporó exhibiciones de realizadores y guionistas tijuanenses como el corto Microcastillo (2016), de Alejandra Villalba, y los largometrajes Heroyna (2017), de Alejandro Solórzano y William, el nuevo maestro de Judo (2016) de Ricardo Silva, proponiendo el diálogo con el público, así como charlas con expertos y productores de la región.
Así fue como, en el “Panel Productores #DesdeElNorte”, Luisa Gómez de Silva, Paulina Valencia, Gabriel Reyes y René Bueno, dieron a conocer sus opiniones y experiencias, trabajando en proyectos independientes y producciones cinematográficas en la región.
En la sesión moderada por Javier Espinoza, coordinador del festival, coincidieron en la necesidad de aprovechar y publicitar las ventajas que tiene la región para la realización de proyectos cinematográficos de todos los tamaños.
Sin embargo, advirtieron que Baja California aún no tiene una industria cinematográfica.
“Baja California es de los pocos estados que no apoya el cine. El cine se hace a pesar del gobierno y no por él”, dijo René Bueno, escritor y productor de filmes como “Recién Cazado”.
En ese sentido, Paulina Valencia, productora de la agencia creativa Spécola, —conocida por el documental Navajazo (2014)— explicó que su equipo ha procurado auto financiar sus proyectos documentales, para asegurar una libertad e independencia creativa. Y que una manera de lograr la liquidez económica de agencias como Spécola, reside en los proyectos de publicidad.
Gabriel Reyes, director y productor, opinó en tono similar. El co-guionista de los filmes mexicanos Heli (2013), de Amat Escalante, e Histeria (2016), de Carlos Meléndez, instó a que los realizadores de cine en la región no esperen que el gobierno detone la industria del cine.
“Tiene que haber una capacidad creativa y de mercadear”, dijo.
Luisa Gómez, productora de películas como Little Boy (2015), explicó que se deben aprovechar y publicitar las ventajas que tiene la región para realizar cine, como la calidad de las locaciones.
Un ejemplo exitoso es que hoy trabaja como productora asociada en la segunda y tercera temporada de la serie de ciencia ficción “Fear The Walking Dead”, con capítulos grabados en locaciones de Playas de Rosarito, en Baja California.
Al hablar de los retos, Gómez reconoció que grandes proyectos se han escapado por no contar con los incentivos fiscales necesarios. Es el caso de la quinta entrega de la película Piratas del Caribe, que tuvo posibilidades de ser grabada en las locaciones de los Baja Studios de Rosarito, pero que finalmente, fue ganada por el gobierno australiano en 2014.
Otro ejemplo de la variedad del festival, fue la conferencia, “La intersección entre el cine y los medios de comunicación”, donde Jorge Muñoz, productor y realizador para Vice México, mostró cómo la revista pretende construir un verdadero imperio mediático mediante contenidos creados por jóvenes para jóvenes, que navegan entre categorías y plataformas tan diversas como el periodismo, la televisión, la web y la mercadotecnia.
Explicó que lo interesante de las plataformas digitales es que ya tienen mucho más alcance que el cine, debido a la actual dinámica de observar contenidos audiovisuales en la computadora de modo más frecuente.
Además, explicó que las plataformas en línea, tienen la ventaja de poder combinar diversos propósitos, como la perspectiva cinematográfica y estrategias de venta.
Consideró que se puede hacer cine documental con los reportajes y contenidos digitales de Vice México y que realizarlos requiere la responsabilidad y criterio de las grandes producciones, porque se trata de encontrar historias en lugares desconocidos y/o peligrosos.
“Te preparas para estos reportajes como para una película. Si no, se te puede caer la historia. Necesitas una preproducción muy rigurosa”, advirtió.
Explicó también que al momento de ir a buscar una historia, le toca jugar diversos roles, pero que esto le permite tener un control creativo sobre los contenidos.
En el “Panel Fotoperiodismo”, Joebeth Terríquez y Eduardo Jaramillo, fotoperiodistas de Agencia Fronteriza de Noticias (AFN) y Notimex respectivamente, hablaron sobre los retos de registrar eventos y producir imágenes de calidad en la era digital, donde a fotógrafos y reporteros se les exige trabajar con rapidez.
Jaramillo comentó que las nuevas tecnologías les han permitido trabajar a ritmos cada vez más acelerados, pues hoy es más sencillo mover las fotografías de una cámara digital a un teléfono inteligente, que preparar los negativos y revelar las imágenes.
Uno de los retos del oficio, según Terríquez, ha sido justamente el adecuarse a las necesidades de la época moderna. Comentó que medios como el semanario Zeta han logrado conciliar la inmediatez con la profundidad e investigación de un tema, generando la nota diaria para internet pero dedicando tiempo y preparación especial para su edición impresa.
Aunque parezca sencillo, los fotoperiodistas admitieron que no lo es. Ese es el desafío del oficio, aprender a trabajar bajo presión, dedicarle horas extras a su labor y en el camino, poner en pausa ciertos eventos de su vida social para cumplir con las expectativas del oficio.
Lo lamentable, dicen ambos, es encontrarse con medios que no valoran esos esfuerzos. Un ejemplo que mencionaron, es cuando les piden cubrir situaciones de riesgo. Apuntan que ponen en peligro su integridad física, pero también los cientos o incluso miles de dólares que han invertido en equipo fotográfico.
“Yo prefiero que me peguen a mí”, dijo Terriquez “porque la cámara es mi herramienta de trabajo”.
Julio Rodríguez, director de FotoFilm, dijo que la primera entrega de este evento se logró gracias a un equipo conformado por 16 personas y más de 20 aliados estratégicos, instituciones, medios de comunicación, productores y organizaciones.
“Comentamos muy orgullosos que superamos las expectativas en la primera edición de FotoFilm Tijuana”, dijo.
Este evento, que pretende hacia 2021 ser considerado como el festival de fotografía y cine del noroeste de México, tendrá su segunda emisión en julio del año próximo.