En el Partido Encuentro Social no logran ponerse de acuerdo.
Por un lado, Luis Moreno Hernández sugiere en esta entrevista que la dirigencia nacional del PES quiere disolver al PES de Baja California, que logró su registro ante el Instituto Estatal Electoral en 2006, antes que Encuentro Social lograra su registro nacional.
Y por otro, la militancia del PES de Baja California opone resistencia para unificarse a Encuentro Social, reconoce el propio presidente del partido en la entidad.
El problema es ideológico: el PES nacional avala alianzas con partidos como Acción Nacional o el Revolucionario Institucional, mientras que el PES de Baja California, las condena.
Quizás el rostro más conocido del PES en todo el país, es Julián Leyzaola Pérez, un teniente coronel que compitió por la alcaldía de Tijuana en 2016 y quedó a menos de 5 mil votos de ganarle al candidato del PAN.
Y es precisamente Leyzaola Pérez, quien abandera la crítica de las alianzas y exige al partido local que defina su postura, so pena de volverse candidato independiente en la próxima elección.
Luis Moreno Hernández viene de la izquierda. Algunos años militó en el PRD, pero la religión lo llevó a engrosar las filas del PES, que además dirige y hoy es diputado local.
Esta entrevista fue editada por cuestión de espacio, pero respeta las respuestas.
—¿Está el PES en condiciones de competir por cargos de elección popular en Baja California, luego del resultado de 2016?
—Sí. Yo creo que somos de los partidos con mejores oportunidades de lograrlo, y tiene que ver que hemos mantenido una congruencia en los hechos, un partido que decidimos ser oposición a diferencia de otros partidos que se dicen ser oposición pero realmente no lo son, y nosotros en el Congreso y en los Cabildos hemos asumido un rol necesario para la democracia. Es el de servir de contrapeso y equilibrio al poder, al sistema bipartidista, y que lamentablemente a lo largo del país vemos que cuando hay gobiernos autoritarios, gobiernos corruptos y corrompedores, mucho se debe a la ausencia de contrapesos.
—¿El resultado obtenido en 2016 en Tijuana no fue un logro pasajero?
—De ninguna manera, fue algo planeado. Nosotros decidimos hace tres años, cuando asumí la presidencia estatal del partido, moverlo hacia la oposición política como una estrategia, pero también como una identidad que no teníamos. En el pasado el PES era un partido que tenía ciertos estigmas. El primero, de que éramos un partido religioso, que solamente se movía en ciertos sectores, y que era un partido que buscaba sacar rentabilidad electoral a través de las iglesias en el estado. El segundo, era ser un partido aliancista con los dos partidos grandes, un partido que se aliaba al bipartidismo para poder sobrevivir. Y cuando asumo la presidencia estatal del partido, hace tres años, lo primero que hago es desmitificar esas dos cosas, quitarnos el estigma de ser un partido religioso. ¿Cómo?, abriendo el Partido a todos los sectores de la sociedad civil.
—¿Hoy en día qué tipo de personas o posiciones religiosas aceptan?
—Todo el mundo. Es que el partido no está definido por gente de una fe en particular o de ninguna.
—¿Un ateo puede pertenecer al PES?
—Y los tenemos, tenemos personas en el PES que no necesariamente tienen una militancia de acuerdo a su fe o su orientación o su ideología. Nosotros decimos que eres bienvenido a este proyecto, siempre y cuando te consuma por dentro el deseo de justicia y de luchar contra la corrupción.
—En 2016, sin duda, la figura más rentable fue Julián Leyzaola, más competitiva. ¿Hay otras figuras que también le abonan al partido?
—Sí. En estos momentos te digo que los regidores, por ejemplo los de Tijuana, sin demeritar a los demás, están haciendo un extraordinario papel de oposición, de enfrentarse con valentía a algunos grupos políticos que en el pasado habían actuado con total impunidad y que no habían sido confrontados por nadie, nosotros lo estamos haciendo.
—¿Se interesa usted por la candidatura a gobernador?
—Sería muy egoísta de mi parte privilegiar un proyecto personal, cuando Baja California lo que necesita es un proyecto alternativo político, un proyecto emergente, no importa quién lo pilotee. Lo más importante es crear el movimiento social.
—¿Qué responde a las acusaciones en contra del PES, de estar al servicio del PRI en el Estado de México?
—La dirigencia nacional nos ha comentado que esa decisión de la alianza en el Estado de México la tomaron los dirigentes locales, yo lo que digo es que la dirigencia nacional quizá debió haber rechazado, por mucho que hubieran empujado los dirigentes locales del Estado de México esa alianza. Porque fue una alianza con el partido político más desacreditado a nivel nacional, por la falta de resultado del gobierno federal para poder afrontar los grandes temas de la agenda política nacional. Y lo mismo hubiera pasado con el PAN, la alianza que se hizo con el PAN en Coahuila también fue muy condenada. Yo creo que los dirigentes tienen que comprender que las decisiones que se toman en un estado afectan a otro, sobre todo por las redes sociales, por el contenido periodístico que difunden ustedes de lo que pasa en todo el país. A nosotros nos ha afectado mucho esa decisión en Baja California.
“Julián Leyzaola no puede entender cómo su partido político hace una alianza con el partido que dotó de impunidad a los autores materiales e intelectuales del intento de asesinato”.
—Sobre las alianzas y posturas del PES, Leyzaola ha exigido que tome una postura a nivel estado, ¿ya la tomó?
—El teniente coronel y yo tenemos una extraordinaria comunicación. Y él, antes de asumir posiciones políticas que tienen que ver con el partido, primero las discutimos. Él me comentó que públicamente iba hacer un deslinde de la alianza que se realizó en el Estado de México. Porque él tiene razón de estar molesto. La administración municipal en Ciudad Juárez que otorgó impunidad a los sicarios que trataron de matarlo son priístas, las acusaciones que se hicieron de las personas que participaron están detenidas y autoridades policíacas de Ciudad Juárez fueron los autores intelectuales de la agresión y son de una administración priísta. Es un teniente coronel que estuvo a punto de morir. No puede entender cómo su partido político hace una alianza con el partido que dotó de impunidad a los autores materiales e intelectuales del intento de asesinato.

—¿Hay dos PES en el país?
—Sí. Legalmente sí. En términos legales sí. Nosotros somos partido con registro estatal y con personalidad jurídica propia que nació en 2006; vamos ya para 11 años. Y Encuentro Social es un partido político que tiene ya tres años de vida con presencia nacional, pero que no tiene registro en Baja California. Y todo empezó cuando el Instituto Nacional Electoral (INE), no permitió que unificáramos ambos partidos, y en una sesión de la Comisión de Régimen de Partidos Políticos se determinó que en esencia éramos dos partidos distintos. Sin embargo, políticamente somos un partido que ha sabido mantener una relación política con el centro, porque finalmente todos nacimos en una agrupación política nacional que se llama Encuentro Social. Pero en este momento, Baja California se está resistiendo, muchos de los miembros de Encuentro Social se están resistiendo a entrar en un proceso de unificación.
“El reto del PES es tender la estructura que nos permita defender el voto. La experiencia de Tijuana nos hace pensar que tenemos que ganarle al rival, pero también al árbitro”.
—¿Ahí entra lo político?
—Sí. Y en esa parte política y legal, sería a través de una asamblea legal del partido, donde se tuviera que disolver el partido político local, y lo que la gente de Baja California está diciendo y está solicitando a México, es que podamos coexistir como lo hemos venido haciendo. Nosotros creemos que el partido local es muy competitivo electoralmente, y que a nivel federal el tema de las alianzas que se han hecho con el PRI han afectado demasiado la imagen del partido nacional.
—En ese sentido, ¿con quien ha habido acercamiento en Baja California? He visto muy cercana su dirigencia a Morena y PBC.
—Pero está más en la parte legislativa, de hacer un bloque opositor. Porque mi relación con los diputados de Morena y del Partido de Baja California (PBC), con el diputado Núñez, es estrictamente legislativa, de unir fuerzas en contra la mayoría del PAN y a la que se suma el PRI. Pero no está trascendiendo a nivel institucional porque los diputados no son los dirigentes estatales.
—¿Pero no corre hacia allá el PES, políticamente?
—Ya dependerá de los dirigentes de los partidos que quieran acercarse con nosotros, hasta ahora no hay ningún acercamiento.

—¿Ni movimiento ciudadano?
—Tampoco.
—¿Cuál es el reto del PES para el 2018?
—Tener una estructura a nivel estatal que nos permita competir, porque está visto que no basta con una buena campaña en redes sociales, no basta con tener buenos candidatos. Tenemos que tener la garantía de tender la estructura que nos permita defender el voto. La experiencia de Tijuana nos hace a nosotros pensar y valorar que es como un partido de fútbol que tenemos que ganarle al rival, pero también al árbitro.
—Se habla de una diferencia ideológica entre usted y otros activos del PES como Rodolfo Olimpo o Alfredo Ferreiro, ¿hay diferencias por el partido?
—No, no, no. Más bien las hubo, pero las personas que marcaban diferencia ya no están.
—¿Quiénes son ellos?
—Son personas como el exdiputado Rodolfo Olimpo y su grupo político. Son personas que desde la campaña política se alinearon a los intereses del PAN, ahí están los resultados. Hoy el exdiputado es delegado municipal en Tijuana en zona Centro del gobierno de “El Patas” [Juan Manuel Gastélum Buenrostro] y nosotros somos la oposición a ese gobierno.
—En ese sentido, ¿le suma o resta al PES el hecho de estar como oposición en Tijuana y en el Congreso del Estado?
—Yo creo que nos da mucha credibilidad ante la sociedad de que somos un partido que no se vende, como lo hace mucha gente. Hay gente que vocifera para luego negociar el silencio. Y ya quedó claro que después de tantos meses, no estamos ahí para pactar o negociar, y eso a la gente le da credibilidad.
—¿Cuál es su opinión del gobierno del estado y del gobernador?
—Qué está colapsado. Que el gobierno de “Kiko” Vega no está atravesando una crisis de gobernabilidad, sino está atravesando ya un colapso institucional, y ahí hay diferencias conceptuales. Cuando se habla de un estado fallido, se dice que es un estado fallido cuando está en función de su liderazgo. Pero cuando se habla de un estado colapsado, es que sus instituciones ya no están funcionando. Y nosotros en Baja California tenemos instituciones de gobierno que se han colapsado hasta sus ruinas. Seguridad pública, procuración de justicia, infraestructura, finanzas, educación y salud. Seis áreas importantísimas para la administración de un Estado están colapsadas.