El próximo año por primera vez en la historia de México, habrá candidatos sin partido político buscando llegar a Los Pinos.
Algunos nombres de “independientes” han surgido, pero no todos confirman su interés por competir en la elección a mediados del 2018.
Armando Ríos Piter, senador que este año renunció a su militancia perredista, está entre los que ya lo reconoció y lo promueve.
El ex colaborador en dos campañas presidenciales de Andrés Manuel López Obrador, estuvo en Tijuana con una iniciativa para fortalecer la industria cinematográfica bajo el brazo, y para hablar de su propuesta política.
“Aproveché para tener una serie de encuentros”, dice a Newsweek en Español Baja California en entrevista previa a una reunión con empresarios en un exclusivo complejo habitacional cercano a la garita internacional.
El senador por el estado de Guerrero habla apenas unos segundos de su propuesta legislativa y pasa inmediatamente a su interés por la elección presidencial.
—¿Cómo ve el panorama electoral para el 2018?
—Hay un ciclo instalado en la manera en que los partidos políticos están haciendo campaña que está erosionando la vida pública, el que genera la corrupción: campañas políticas, compra de votos. Compra de votos que después tiene que ver con clientelas electorales, —los que reciben los tinacos, los bultos de cemento, las despensas— pero ese financiamiento con enormes carretadas de dinero, luego implica a compadres que prestaron el dinero, que financiaron las campañas. Son los que reciben contratos de obra pública, contratos de servicios, o peor aún, relaciones con el crimen organizado. Los seis elementos de ese circuito, como se están haciendo campañas ahorita, empieza con letra “C” de corrupción. Creo que la ruta independiente puede hacer campaña diferente. Con muchos menos recursos, buscando no comprar votos sino inspirar a la gente. Aprovechar la tecnología de los jóvenes como un área natural con la que se puede trabajar, y romper ese círculo vicioso.
—¿Cuánta oportunidad le ve a los independientes? No parece que haya uno que esté levantando el interés de la población en general.
—Lo estás viendo ahorita. Todavía falta que crezcamos. El tema independiente tiene una condición particular: los partidos políticos le dieron un marco regulatorio muy estrecho. Tienen la posibilidad de salir a escena política claramente para hacer trabajo de recolección de firmas, solamente entre octubre y enero. En ese lapso de tiempo tiene que conseguir más menos, un millón de firmas en toda la república. En 17 estados tiene que conseguir el 1% de las firmas del padrón electoral. Hay un tratamiento muy disparejo. Mientras los partidos políticos tienen una enorme cantidad de recursos, usan esos recursos para posicionar a sus candidatos. Y peor aún: cuando vengan las campañas, los aspirantes o los candidatos independientes no van a tener acceso a los spots de televisión, no van a tener acceso a los spots de radio, y esto te da un piso totalmente disparejo, totalmente dispar entre los partidos políticos y los independientes. ¿Dónde está el área de oportunidad?, en que precisamente la gente se siente saturada de esa forma de hacer campaña.
—Con ese piso tan disparejo, ¿por qué no esperarse al cambio de la legislación?
—Porque ya he tenido la experiencia de ver que así está funcionando la política. Renuncié al PRD después de 11 años de militancia. Primero renuncié a ser candidato al gobierno del estado de Guerrero. Era el puntero en aquella elección en 2015, pero ocurrieron los hechos de ‘los 43 desaparecidos’. Me rehusé a pactar con quienes eran la cúpula partidista de aquel entonces, que en lugar de querer cambiar las cosas, lo que a mí me dejaron fue una evidencia de no querer cambiar nada. Mi evidencia personal me demuestra que por esa ruta no hay mucha ‘chanza’ de cambiar al país. Y si lo que quieres es salirte de ese círculo vicioso, tienes que pensar por una ruta diferente, aunque sea difícil y aunque parezca más compleja. Me parece que es la única ruta real que hoy te permitiría resolver de fondo los problemas que tenemos en el país.
—¿Con qué herramientas combatir dentro de ese sistema?
—Dentro de los 128 senadores, fui uno de los que encabezó el debate para el Sistema Nacional Anticorrupción (SNA). Logramos modificarlo, me parece que es una ley y un nuevo instrumento institucional que puede ser positivo. El problema es que cuando ya quieres empezar a operar las cosas, los partidos se ponen de acuerdo y te frenan el nombramiento de una pieza fundamental del sistema, que es el Fiscal Anticorrupción. ¿Qué podemos hacer? Una: podemos cruzarnos de brazos y pensar que este es el destino que nos toca. Creo que eso es equivocado, más bien hay que pensar en cómo buscas una nueva alternativa, y la que he encontrado es la ruta independiente. Por más cuesta arriba que se vea, me parece que es el único espacio que nos permite articularnos verdaderamente con la sociedad.
—¿Un solo independiente, o más de un independiente?
—Me parece que lo ideal sería tener un solo independiente, eso sería mucho más potente. Ahora, no hay que negar que siendo un derecho constitucional, cualquier persona que junte el millón de firmas, tendrá el derecho de estar en la boleta. Es importante tender puentes de diálogo para convencernos entre todos, que lo mejor es tener un solo candidato. Yo le apuesto a eso, estoy dispuesto a ceder mi espacio si alguien tiene más capacidad de ser exitoso electoralmente. Así como espero que si soy el mejor posicionado, ellos también pudieran llegar a apoyarme. Me parece que eso es parte del diálogo y del trabajo que hay que hacer. Es un enorme reto. Hoy el PAN, el PRI, el PRD, Morena, aunque sea un partido nuevo, cometen exactamente los mismos vicios: comprar votos, entregar tinacos. Es una “tinacocracia” la que tienen ellos, para generar clientelas electorales. Y se trata de ver quién tiene más maquinarias para movilizar gente.
—¿Andrés Manuel López Obrador es el candidato a vencer?
—Es el único que hoy ha levantado la mano y que está claramente ubicado como un candidato en la boleta. Porque lo que tiene es un partido que él hizo, que recibe recursos públicos, y que difícilmente va a tener quién le rivalice al interior. Es como un comité de campaña.

Pero a mí me parece que las propuestas de Andrés Manuel López Obrador son propuestas del pasado, no propuestas que vean hacia adelante. Ven hacia la nostalgia, hacia mecanismos que me parece que hoy no le hacen mucho sentido a un país que lo que tiene que hacer es atrapar el futuro. Mientras Andrés Manuel propone refinerías como la solución para el problema energético, a mí me parece que es más inteligente pensar en energía solar, en energía limpia. En energía que lo que te permite es combatir el cambio climático, y energía que se haga cada vez más barata, como está pronosticado que será la energía solar. Esas propuestas se pensaron para un mundo y para un país en el que no había Whatsapp. Hoy hay Whatsapp y entonces la articulación de la sociedad es más horizontal, no es de arriba hacia abajo. Mi impresión de acuerdo a lo que he comentado con jóvenes en foros universitarios donde he tenido mucho desplazamiento, es que quieren otro tipo de respuesta. Quieren una calidad de educación mucho más efectiva. No quieren que sectores sindicales sean los dueños de la educación. Me parece que allí hay un debate.
—¿Qué significado tiene electoralmente esta frontera?
—Baja California es uno de los 10 padrones más importantes del país, pero cualitativamente tiene en su herencia histórica, una importante aportación a la democracia y a los cambios en nuestra democracia. Aquí fue la primera gubernatura de un partido distinto al régimen priísta. Aquí en 1988 el Frente Democrático ganó, en un momento de una gran encrucijada de cambio en el país. Creo que en términos del movimiento independiente, Baja California va a ser punta de lanza de la transformación nacional a partir del movimiento independiente que aquí puede echar raíces. Aquí hay mucho menos dependencia de los recursos gubernamentales, pero especialmente hay menos dependencia mental. Y esa independencia mental es parte importante de lo que hay que sembrar.
—La alianza PAN-PRD ¿la ve fuerte? ¿amenaza?
—Si la alianza PAN-PRD no tiene ‘carnita’, no tiene fondo, la verdad es que va a ser más de lo mismo: maquinarias electorales a ver quién tiene más tinacos y quién compra más votos, quién tiene más clientelas electoral. No le apostaría a una coalición de esa naturaleza. Lo que sí es que estoy abierto para escuchar cómo construimos una plataforma de carnita. ¿Qué temas son los que hoy se tienen que discutir? Uno: ¿cómo ponemos en orden a los gobernadores que andan sueltos y que no tienen contrapesos; cómo buscamos darle realmente contrapeso al congreso, algo que se ha perdido a nivel nacional y a nivel de los estados? Dos: ¿cómo garantizamos que la ciudadanía sea la que tenga los recursos, la incidencia, la capacidad de penetración?, en lugar de esta lógica clientelar que hoy los partidos utilizan. Tres: ¿cuál será la política de seguridad y justicia, cuando hay diputados o gobernadores que claramente están generando distorsiones en la vida pública? Cuatro: ¿cuál va a ser la actitud de ellos, frente a sus militantes?, porque lo que acaban es amparándolos y diciéndoles que no hay ningún problema. Terminan siendo parte de la impunidad. Y cinco: ¿cuál va a ser la política fiscal que vamos a tener? Si vamos a tener impuestos, ¿sobre qué bases van a ser?, ¿cómo vamos a gastar, cómo vamos a rendir cuentas? De eso no está hablando el frente. Son cinco temas los que ofrezco para que el frente tenga carnita.
—¿Augura elección cerrada?
—Va a ser una elección parejera, entre dos. Y mi apuesta es a que sea entre alguien que represente al pasado, —cualquiera de los que te guste— y los que le apostamos al futuro.