La mujer abusada sexualmente por el cineasta Roman Polanski cuando era una adolescente, cuatro décadas atrás, compareció el viernes ante un juez de Los Ángeles para pedirle cerrar el caso y poder seguir adelante con su vida.
“No hablo en nombre de Roman. sino de la justicia”, agregó la mujer. “Le imploro que lo haga por mí, por piedad hacia mí”.
Samantha Geimer ha reiterado en el pasado que había perdonado al cineasta franco-polaco y que deseaba poner fin a este caso, cuyos hechos se remontan a 1977.
“Está cansada de este caso que lleva 40 años”, había dicho el jueves a la AFP Harland Braun, el abogado de Polanski. “Quiere que termine”.
Pero en 1978, temeroso de que el juez desconociera el acuerdo y lo enviara a prisión por décadas, huyó a Francia. Desde entonces, nunca regresó a Estados Unidos y seguirá sin hacerlo, ha dicho, hasta que no reciba garantías de que no será puesto nuevamente tras las rejas.