El virus de zika, que ha provocado malformaciones congénitas en miles de niños en los últimos tres años, podría usarse para tratar una de las formas más comunes y agresivas de tumores cerebrales.
Harry Bulstrode, un neurocirujano de la Universidad de Cambridge y científico de Investigación de Cáncer del Reino Unido, está a punto de comenzar pruebas para descubrir si el virus puede destruir células cancerosas de glioblastoma de la misma manera que ataca los cerebros en desarrollo de los fetos. De ser exitosa, la investigación podría llevar al desarrollo de tratamientos nuevos y efectivos para este tipo de tumor cerebral, y potencialmente incluso otros tipos de cánceres donde las células madre provocan que regrese la enfermedad.
A Bulstrode se le han otorgado 200,000 euros para llevar a cabo la investigación como parte del Premio Pionero de Investigación de Cáncer del Reino Unido.
El brote más reciente de virus de zika se dio en 2015, siendo las naciones sudamericanas las más afectadas. Aun cuando solo provoca síntomas similares a la gripe en adultos, cuando mujeres embarazadas son infectadas, provoca malformaciones congénitas severas en el feto en desarrollo. Uno de los problemas que se sabe que provoca es microcefalia, la cual se caracteriza por una cabeza anormalmente pequeña y un cerebro subdesarrollado.
Justine Alford, alta ejecutiva de información científica de Investigación de Cáncer del Reino Unido, dice a Newsweek: “El virus de zika ataca las células madre de los cerebros en desarrollo de los fetos, llevando a un problema llamado microcefalia. Para hacer esto, debe traspasar la barrera hematoencefálica”.
La barrera hematoencefálica es importante en lo referente al tratamiento de enfermedades neurológicas como los tumores cerebrales. Es una barrera membranosa altamente selectiva que separa la sangre que circula por el cuerpo para evitar que cualesquiera sustancias potencialmente tóxicas entren al cerebro. Sin embargo, esta barrera es tan efectiva que a menudo evita que los medicamentos sean portados a partes enfermas del cerebro.
Aun cuando el impacto del zika en el cerebro en desarrollo es devastador, no parece afectar a cerebros completamente desarrollados. “Lo que el Dr. Bulstrode hizo fue juntar estas dos piezas de información y considerar la posibilidad de que el virus pudiera usarse para atacar las células madre de los tumores cerebrales, sin provocar daño a las células sanas alrededor”, dice ella.
Las células de glioblastoma se asemejan mucho a las que se ven en el cerebro en desarrollo. Como resultado, el zika podría introducirse en el cáncer para atacar y destruir las células de la misma manera.
Los experimentos de Bulstrode involucrarán probar el zika contra células de glioblastoma en una placa y en modelos de ratones. Él buscará ver cómo el virus ataca las células madre y ver si hay algún efecto adverso.
“La infección con virus de Zika en bebés y niños es una importante preocupación mundial de salud, y el enfoque ha sido descubrir más sobre el virus para hallar nuevos tratamientos posibles”, dijo él en una declaración. “Estamos tomando un enfoque diferente, y queremos usar estos nuevos conocimientos para ver si se puede soltar al virus contra uno de los cánceres más difíciles de tratar.
“Esperamos mostrar que el virus de zika puede desacelerar el crecimiento de los tumores cerebrales en pruebas de laboratorio. Si podemos aprender lecciones de la capacidad del zika para cruzar la barrera hematoencefálica y atacar células madre cerebrales selectivamente, podríamos tener en la mano la clave de tratamientos futuros”.
Alford dice que ella espera que veamos al virus de zika atacando las células del tumor, pero es demasiado pronto para ver cualquier resultado: “Él [Bulstrode] buscará ver qué efecto, si hay alguno, el zika tiene en estas células. Es imposible decir cuánto tiempo tardará en tener los primeros resultados. Podría suceder inmediatamente o podría llevar mucho más tiempo. Esta es una etapa muy preliminar por lo que simplemente no sabemos al momento”.
Si las pruebas fueran exitosas, la investigación podría continuarse y, eventualmente, podría llevar a un tratamiento nuevo para el glioblastoma, una enfermedad diagnosticada en 2,300 personas en el Reino Unido cada año, y de la cual menos de cinco por ciento de los pacientes sobrevive cinco años o más.
Si el zika es efectivo en atacar las células madre cancerosas, también podría usarse para crear tratamientos para otras formas de la enfermedad: “No sabemos en esta etapa qué resultados saldrán del proyecto”, dice Alford. “Si los científicos sí descubren que el zika podría ser un tratamiento promisorio para el glioblastoma, no obstante, tal vez este conocimiento podría aplicarse al tratamiento de otros tumores cerebrales.
“También es posible que lo que los investigadores descubran pudiera aplicarse más ampliamente a las células madre —células que son resistentes al tratamiento y pueden provocar que la enfermedad regrese— en otros tipos de cáncer. Pero al momento es demasiado pronto para decir si será tal el caso”.