Las conversaciones con esos países empezarán “no antes del 16 de agosto de 2017”, dijo en una nota al Congreso el representante comercial de Estados Unidos Robert Lighthizer.
En los próximos 90 días, Lighthizer dialogará con congresistas e interesados en procura de “alcanzar un acuerdo que potencie los intereses de los trabajadores, granjeros, rancheros y empresarios de Estados Unidos”.
Lighthizer dijo que reformar el TLCAN, al cual Trump prometió anular en su campaña presidencial, es cumplir con una promesa clave hecha a los votantes del líder republicano.
Para Trump, el TLCAN, y en general todos los acuerdos comerciales, le han costado millones de empleos a Estados Unidos, un argumento que le hizo ganar votos entre los obreros.
Funcionarios de Canadá y de México viajaron varias veces a Washington para demandar al equipo de Trump iniciar lo antes posible las negociaciones para modernizar ese acuerdo vigente desde 1994.
En su carta al Congreso, Lighthizer señaló que el TLCAN no se ha acomodado a los cambios económicos y empresariales de los últimos 25 años, incluyendo el auge del comercio electrónico.
“Muchos capítulos están desactualizados y no reflejan los estándares modernos”, dijo el funcionario.
La administración de Trump apuntará a mejorar “la efectiva implementación y una dinámica aplicación” de los compromisos del TLCAN a fin de abordar asuntos como los derechos de propiedad intelectual, reglamentación de servicios, trabajo, ambiente y otros temas.
Los tres países miembros “merecen un instrumento moderno que regule su relación comercial”, destacó.
México, cuya economía depende fuertemente de Estados Unidos, recordó que en febrero inició su propio proceso de consultas internas con el sector productivo nacional de cara a las negociaciones del acuerdo.
El gobierno mexicano señaló asimismo que “espera un proceso de negociación constructivo, que permita aumentar la cooperación y la integración económicas”.