La fábrica de sueños del cerebro ha sido identificada, pues los científicos han descubierto lo que llaman una “zona caliente” que puede usarse para predecir si una persona está soñando y qué está soñando. Los descubrimientos, publicados el lunes en la revista Nature Neuroscience, desafían nuestro entendimiento de las experiencias conscientes durante el sueño, y podrían dar una luz sobre preguntas más fundamentales, como por qué soñamos en primer lugar.
Los sueños —por qué los tenemos, para qué sirven— no son bien entendidos. Muchos científicos creen que están relacionados con el procesamiento de información, con el potencial de ayudar a filtrar aquello a lo que hemos estado expuestos durante las horas de vigilia y ayudar a que se formen los recuerdos. Otra idea es que son neuronas disparadas al azar a las que nuestro cerebro trata de hallarles sentido mientras descansamos.
El sueño sucede en cuatro etapas, con el movimiento ocular rápido, o MOR, siendo el que los científicos más asocian con el soñar. En esta etapa, el cerebro está tremendamente activo, casi al punto en que los encefalogramas parecen mostrar un estado de vigilia. Pero un equipo de científicos encabezado por Giulio Tononi de la Universidad de Wisconsin-Madison, ahora ha mostrado que los sueños también pueden darse en etapas no MOR del sueño, desafiando nuestro entendimiento actual de los mecanismos neuronales involucrados.
El equipo tomó los registros de electroencefalografía de 32 personas quienes estaban dormidas. Tras ser despertados por los científicos en diferentes momentos a lo largo de la noche, a los participantes se les pidió que reportaran si habían soñado y sobre qué habían soñado. A partir de esto, los investigadores buscaron patrones de actividad cerebral que correspondieran con las respuestas dadas.
Los hallazgos mostraron que los sueños se dan durante las etapas MOR y no MOR del sueño en un área en la parte posterior del cerebro llamada la zona caliente cortical posterior. La actividad aumentada se vinculó con los sueños, mientras que la actividad de baja frecuencia se asoció con una ausencia de sueños.
Luego, el equipo miró cómo cambiaba la actividad neuronal en la zona caliente durante el sueño, y la vinculó con sueños específicos. El equipo con el tiempo pudo predecir si el sueño contenía rostros, habla y/o movimiento.
Aun cuando se necesitará de más investigación antes de que entendamos completamente los sueños, los investigadores dicen que al parecer han hallado una de las regiones centrales del cerebro involucradas.
“La electroencefalografía nos permite estudiar la corteza, la cual es el sitio de las funciones cerebrales superiores. Lo que hemos hallado es que la ‘zona caliente’ posterior es la parte de la corteza relacionada con la experiencia onírica y con algunos contenidos perceptuales, como ver un rostro, la percepción del habla y la percepción de movimiento”, dijo Lampros Perogamvros, uno de los primeros autores del estudio, aNewsweek en una entrevista vía correo electrónico.
Él explicó que bajo la corteza, hay varias estructuras —incluidos el hipocampo y la amígdala, los cuales están relacionados con las emociones y memoria— que todavía no han sido estudiados en su relación con el sueño. “Sin estudiar también la subcorteza, no podemos estar seguros de que la zona caliente posterior sea la única región relacionada con el sueño, aunque parece ser la única donde la consciencia aumenta en el sueño”, dijo él.
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Publicado en cooperación con Newsweek / Published in cooperation with Newsweek