La elección del 4 de junio se ha convertido en un verdadero viacrucis para el primo del presidente, Alfredo del Mazo.
Su campaña no prende.
Pero los dos mayores problemas que tiene en este momento el primo presidencial, es el crecimiento en intención de voto de la candidata Delfina Gómez, y la virtual muerte política de la candidata del PAN, Josefina Vázquez Mota, cuya utilidad para el PRI consistía en restarle votos a Morena.
Delfina Gómez se ha apoyado en la imagen de Andrés Manuel López Obrador y éste se ha concentrado en la campaña por el Estado de México, el principal bastión electoral que tiene que conquistar antes de ir por la Presidencia de la República.
La estrategia ha funcionado y la intención del voto mantiene a Delfina como el enemigo a vencer en la mayoría de las encuestas, incluidas las confidenciales que encarga el gobierno.
Consulta Mitofsky le otorga en una encuesta levantada el 17 de abril 24.4 por ciento frente a 23.6 por ciento de Alfredo del Mazo y 14.9 por ciento de Josefina Vázquez Mota.
Los focos rojos ya se prendieron en Los Pinos y el drama que se vive en la familia presidencial ya es un tema entre los cortesanos del PRI.
La estrategia electoral de Alfredo del Mazo está fallando y ni los tres consultores que encabezan su “cuarto de guerra” han podido revertir la mala fortuna del candidato.
La presión política ya apunta al estratega electoral Jordi Segarra, a la exvocera de Felipe Calderón, Alejandra Sota, y al consultor estrella de Televisa, Alejandro Quintero, todos responsables de la estrategia y las tácticas electorales en la campaña de Del Mazo.
La suerte del primo presidencial está echada y ahora mismo su equipo de campaña cruza los dedos para que el escándalo de Veracruz repercuta en la imagen de Delfina Gómez.
De lo contrario, tendrán que instrumentar nuevas tácticas para lograr que repunte.
@JTJ_1