La agenda bilateral con México que el presidente estadounidense Donald Trump ha elaborado a partir del replanteamiento de las políticas de migración y de seguridad lo ha confrontado de tal forma con la administración del presidente Enrique Peña que ya el gobierno mexicano ha puesto en duda su colaboración en temas migratorios y de crimen organizado ante la presión surgida desde Washington.
En este contexto, los secretarios de Estado y de Seguridad Interior de Estados Unidos, Rex Tillerson y John Kelly, se reunirán el próximo jueves con el presidente Enrique Peña Nieto y parte de sus colaboradores más cercanos para tratar precisamente los temas de seguridad fronteriza, cooperación policial y comercio.
Desde que Donald Trump llegó a la Casa Blanca hace un mes, los dos países vecinos atraviesan una crisis diplomática que se agravó cuando el mandatario estadounidense ordenó construir un muro en la frontera e insistió en que sea pagado por México. En respuesta, Peña Nieto canceló su viaje a Washington.
El magnate estadounidense ha amenazado además a México con imponer aranceles a las importaciones que provengan de su territorio, bloquear las remesas y renegociar, o incluso derogar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), al cual considera demasiado favorable para la nación vecina.
Frente a esta postura, la administración de Enrique Peña Nieto ya ha amagado con frenar su colaboración en temas de migración y seguridad, dos de los principales puntos de la agenda de Donald Trump.
El fin de semana el secretario de Economía, Ildefonso Guajardo, dijo en entrevista con el diario canadiense The Globe and Mail que no se pueden pedir condiciones en términos de intercambio y luego pedir ayuda para manejar asuntos migratorios de otras naciones o relacionados a actividades criminales.
“Hay muchas cosas en juego que no pueden ser infravaloradas o socavadas… Hemos sido un gran aliado en la lucha contra los problemas de migración, narcóticos.. pero si en algún momento la relación se ve muy mal gestionada, disminuirán los incentivos para que el pueblo mexicano siga cooperando en cuestiones que están en el corazón de la seguridad” estadounidense, dijo Guajardo.
En tanto, en el Senado mexicano se elaborará un decreto legislativo que defina y limite los términos de la negociación con la intención de impedir que Washington imponga condiciones que atenten contra la soberanía nacional. Este incluirá las cinco cuestiones claves de esta crisis: migración, derechos humanos, comercio y economía, seguridad en la frontera y la construcción del muro.