El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, ha amenazado a Toyota con imponerle un impuesto arancelario a sus vehículos producidos fuera de la Unión Americana como parte de su campaña contra las empresas automotrices que tienen su producción o que pretenden instalarla en México.
“Toyota Motor dijo que construirá una nueva planta en Baja, México, para armar autos Corolla para EE. UU. ¡De ninguna forma! Construyan una planta en Estados Unidos o paguen una enorme impuesto fronterizo”, expresó Trump como ya es costumbre a través de su cuenta de Twitter.
Una amenaza similar había formulado el republicano a General Motors. “General Motors está enviando su modelo Chevy Cruze, hecho en México, a Estados Unidos sin pagar impuestos al cruzar la frontera. ¡Háganlo en Estados Unidos o paguen una alta tasa de frontera!”, expresó el presidente electo.
GM respondió a Trump que la gran mayoría de sus vehículos de ese modelo vendidos en Estados Unidos se fabrican en el estado de Ohio, y sólo unos pocos se importan desde México.
Esta mañana Toyota y Honda dijeron que no tener planes de inmediatos para reducir su producción de autos en México, ya que prefieren esperar hasta después de que Donald Trump asuma la presidencia de Estados Unidos este mes antes de decidir si implementarán cambios.
“Consideraremos nuestras opciones cuando veamos qué políticas adoptará el nuevo presidente”, dijo el jueves el jefe de Toyota Motor Corp, Akio Toyoda, durante un evento de la industria en Tokio, al ser consultado sobre si la compañía contempla cambios para la planta que está construyendo en México.
“Producimos autos en México para mercados que incluyen a Norteamérica y Europa y no tenemos planes inmediatos de cambiarlos”, sostuvo a su vez el presidente ejecutivo y presidente de Honda Motor Co Ltd, Takahiro Hachigo, en la misma reunión de automotrices.
Posteriormente Toyota señaló que tiene una inversión de 22,000 millones de dólares en Estados Unidos, que incluye 10 plantas de producción y 1500 concesionarios que emplean un total de 136,000 trabajadores.
El fabricante anunció su plan para abrir una fábrica en Guanajuato, en el bajío México, en 2015. La compañía, con sede en Japón, dijo el jueves que la nueva planta en México no causará pérdidas de empleos en Estados Unidos.
El nacionalismo económico expresado por Trump se ha intensificado tras el anuncio hecho por Ford Motor Company a inicios de esta semana sobre cancelar la construcción de una planta en San Luis Potosí. Si bien el director ejecutivo de Ford, Mark Fields, dijo a la cadena CNN que la empresa “no hizo un trato con Trump” y “lo hicimos por nuestro negocio”, la impresión generalizada es que fue lo contrario.
Ford había planeado una inversión de 1600 millones de dólares y generar unos 2800 empleos directos. La planta debía iniciar sus operaciones en 2018. En su lugar, la automotriz invertirá 700 millones en los próximos cuatro años para crear 700 empleos en Estados Unidos mientras que el modelo Focus que debía ser producido en San Luis Potosí será hecho en una planta ya existente en Hermosillo.
Tras el anuncio hecho por Ford el martes pasado, Trump agradeció en Twitter y advirtió que “esto solo es el comienzo – aún falta más”.
Tony Payán, director del Centro de Estudios sobre México del Baker Institute for Public Policy de la Universidad de Rice de Estados Unidos, consideró en entrevista con Newsweek en Español que no hay que subestimar lo que Trump pueda lograr, para ello explicó que el magnate republicano tiene dos instrumentos muy importantes: “uno es el garrote, el otro es la zanahoria”.
En el caso de la fábrica de aire acondicionado Carrier que decidió mantener su producción en Indiana, el director del Centro de Estudios sobre México del Baker Institute for Public Policy refirió cómo Trump logró convencer a la empresa de quedarse mediante beneficios fiscales.“Esa es la zanahoria que tiene Trump. El otro es el garrote, es decir castigar, tuitear, y por supuesto imponer un impuesto arancelario. Trump se va a mover con zanahorias y garrotes”, detalló.
“Trump opera en base a un nacionalismo económico y el uso de las zanahorias y los garrotes se van a dar en base a la capacidad o la posibilidad de que Trump pueda salir a los medios de comunicación y reclamar el crédito por alguna otra empresa que se queda o no se queda en Estados Unidos en base a los incentivos tributarios, a la política fiscal, no necesariamente a un convencimiento ideológico de que la apertura es buena”, refirió.