Las protestas antigubernamentales en México podrían aumentar en los próximo años si las decepciones de los ciudadanos hacia la clase política siguen siendo más que los beneficios que obtienen, plantea un informe de inteligencia de Estados Unidos dado a conocer esta semana.
El reporte titulado “Tendencias Globales: Paradoja del Progreso”, menciona que debido a que los efectos de las reformas impulsadas por el presidente Enrique Peña Nieto no han sido percibidos en el país, se prevé que en las próximas elecciones presidenciales de 2018 “los votantes puedan inclinarse hacia una oposición más de izquierda que presione para revertir estas reformas y acuerdos comerciales”.
El Consejo Nacional de Inteligencia de Estados Unidos refiere en este documento, el sexto de una serie de estudios cuadrienales que ha elaborado, que las reformas económicas y sociales que se han llevado a cabo en México probablemente tendrán un impacto político en América del Norte ya que un éxito o fracaso “podría afectar la voluntad de otros países de la región de asumir riesgos políticos similares”.
“El presidente Peña Nieto ha promulgado amplias reformas en industrias clave -como el petróleo, las comunicaciones y las finanzas-, así como en la educación en un esfuerzo por mejorar la competitividad de México, pero el crecimiento no ha aumentado hasta el momento y el apoyo público se ha agravado en medio de las denuncias por corrupción, la violencia persistente, el debilitamiento del peso y las crisis locales como la desaparición de 43 estudiantes”, dice el texto.
Protesta en la Ciudad de México contra el aumento al combustible. Foto: Antonio Cruz/NW Noticias.
Protestas
El reporte destaca además el aumento de la tensión social en América del Norte a la par que se ha generado una mayor conciencia pública sobre la corrupción de las élites y la mala gestión en su impulso para una mejor gobernabilidad.
Recuerda que en agosto de 2015, las revelaciones públicas de corrupción de alto nivel en Guatemala provocaron masivas protestas antigubernamentales que derribaron al Presidente Otto Pérez Molina, mientras que grupos de la sociedad civil han ayudado a movilizar importantes manifestaciones en Honduras y México.
“La mayoría de estas protestas han sido pacíficas pero podrían volverse violentas a medida que crece la frustración pública con las élites políticas y económicas, o si los gobiernos usan una represión de gran alcance”, alerta.
El informe asegura además que la seguridad de América del Norte podría convertirse en una preocupación mayor si las tensiones económicas y políticas en estados clave como México o Cuba desencadenan “protestas desestabilizadoras que resultan en cambios en el gobierno o aumentos en la migración”.
Con Donald Trump se prevé una economía estadounidense proteccionista. Foto: AFP.
Economía proteccionista
El informe alerta además sobre las consecuencias que tendría para el comercio de la región el arraigo de un sentimiento proteccionista, particularmente en Estados Unidos con la administración entrante de Donald Trump y en México, con “uno de los principales candidatos presidenciales” de izquierda.
Al respecto, menciona que la política interna estadounidense ha planteado dudas sobre el Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (TPP por sus siglas en inglés) y que “uno de los principales candidatos presidenciales mexicanos de la izquierda para 2018 ha culpado al Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) por la pérdida de trabajos”.
La inteligencia de Estados Unidos indica que la opinión pública sobre el comercio internacional varía ampliamente en toda la región con encuestas que sugieren que la preocupación popular sobre el comercio es significativa en Estados Unidos, mientras que una pequeña mayoría de los mexicanos en general apoya el TLCAN.
“En esta atmósfera, una recesión económica en la región podría llevar a algunos líderes políticos a adoptar una línea más dura sobre el comercio para tranquilizar a los públicos, aunque -como generalmente han aceptado los economistas- la tecnología y la automatización han sido factores más importantes en las pérdidas de empleo”, precisa.
México podría aumentar sus esfuerzos para tener un mejor control de su frontera sur. Foto: AFP.
Migración
Con respecto a la cuestión de migración dice que es probable que esta sea más grande en la región en los próximos cinco años, a pesar de que el flujo de trabajadores de México a Estados Unidos ha caído desde la crisis financiera de 2008, aparentemente debido a la recesión económica y a una aplicación más estricta de la frontera en los Estados Unidos y más oportunidades laborales y cambios demográficos en México.
“Si el terrorismo se dispara en Estados Unidos y Canadá, restricciones fronterizas más estrictas podrían limitar aún más el movimiento dentro de la región, con consecuencias políticas, económicas y sociales”, pronostica.
Asimismo menciona que las expresiones de un fuerte sentimiento anti-inmigrante durante la campaña electoral de Estados Unidos han alimentado el resentimiento público en México, el cual “podría alimentar las elecciones presidenciales de México en 2018”.
“Además, cuanto más estrecha sea la frontera [sur de Estados Unidos], México aumentará más sus propios esfuerzos para tener un mejor control de su frontera sur para disuadir a los centroamericanos de venir y permanecer en el país si no llegan más al norte”.
Inseguridad y violencia
El informe del Consejo Nacional de Inteligencia de Estados Unidos dice que la preocupación por la violencia y el orden social será cada vez más importante para muchos países de la región, aunque por diferentes razones.
Abunda que uno de los principales impulsores de la violencia es el comercio ilícito de drogas. “La violencia es particularmente desenfrenada en el norte de América Central, ya que las pandillas y los grupos criminales organizados han socavado la gobernanza básica”.
En ese sentido señala que las perspectivas de mejora en esta materia “parecen sombrías mientras los gobiernos carezcan de capacidad para luchar contra el narcoterrorismo o para proporcionar bienes públicos como la educación, los servicios de salud, la infraestructura, la igualdad de género y el Estado de derecho”.
Refiere que aunque algunas partes de México han experimentado avances significativos en el desarrollo económico y la gobernabilidad, otras regiones continúan luchando contra la pobreza generalizada, la corrupción y la impunidad “que alimentan altos niveles de violencia y tensión social”.
Menciona además que El Salvador, Guatemala y Honduras se encuentran entre los países más violentos del mundo, como lo demuestran sus altos índices de asesinatos de mujeres, que han contribuido a los flujos migratorios hacia el norte, en particular de los niños no acompañados en los últimos años.