Una nueva manera de vengarse de una mala relación inunda la tuitósfera. Usuarios en Estados Unidos están pidiendo a Donald Trump que deporte a sus ex, divulgando sus estatus de indocumentados y sus direcciones exactas.
“Espero que Donald Trump no deporte a mi ex, que es salvadoreño y vive en (…) cerca de Orlando, en Florida”, escribió @Girl_TalkUSA.
En el tuit, la mujer detalla la dirección precisa del objeto de su rencor, en busca de que el presidente electo cumpla su promesa de campaña de aplicar mano dura contra la inmigración ilegal, como lo aseguró al ganar las elecciones cuando dijo que que deportaría a tres millones de personas.
Estas promesas han aumentado los temores de los indocumentados de ser deportados: numerosas universidades están anunciándose como “santuarios” para los estudiantes sin papeles y aumentan las consultas a organizaciones de derechos humanos y abogados de migración.
En este contexto, algunas personas aprovechan el clima antiinmigrante para atacar a sus exparejas en Twitter, mencionando directamente al presidente electo con su usuario @realDonaldTrump, conocido por su afición a esta red social.
“Oh, no! Trump, por favor no deportes a mi exnovio Sergio, que vive en (…) en Davie, Florida, apartamento (…)”, escribió @Marco_Rosano.
“Tengo miedo de que Trump pueda deportar a mi exnovia ilegal sueca, que me engañó dos veces y vive en (…) y esconde una llave bajo el felpudo”, escribió otro usuario.
Tuits como estos abundan. Y ocurren en el marco de un aumento del acoso a los indocumentados en Estados Unidos.
Por ejemplo, en un centro comunitario en Staten Island, en Nueva York, un grupo de indocumentados denunció el lunes de noche el caso de un anciano estadounidense que persigue a las personas en su coche a los gritos de “¡regresa a tu país!” y “¡los inmigrantes no tienen nada que hacer aquí!”.
Según el Southern Poverty Law Center, un observatorio del extremismo, en los diez días posteriores a la elección del 8 de noviembre se registraron 867 incidentes racistas o xenófobos en todo el país.
De ellos, 280, es decir 32%, fueron motivados por sentimientos antiinmigrantes, precisó la ONG en un informe publicado la semana pasada.