Desde la votación del Brexit hasta la elección presidencial de EE UU, la campaña de propaganda y desinformación de Rusia ha tenido un papel en interferir en los procesos democráticos en países occidentales claves. Es fácil imaginar que el interés ruso es debilitar y desestabilizar países e instituciones que ve como rivales.
Reportes sugieren que Rusia usó su enorme aparato de inteligencia durante los días previos al referendo del Reino Unido en junio sobre la membresía de la UE a favor del voto ganador por “salir”. Tanto RT como Sputnik, canales noticiosos en inglés que reciben fondos del Kremlin, produjeron una cobertura noticiosa a menudo engañosa que coincidió con la campaña instando a los votantes a dejar la UE.
También se cree que Rusia ha hecho uso de su “ejército de troles” —individuos pagados por el Kremlin para producir y promover contenido falso en medios sociales— para que se enfocara en enviar mensajes alrededor de la campaña del referendo.
La campaña rusa de desinformación tal vez haya influenciado el resultado de la elección. Las encuestas en los preparativos del referendo habían mostrado que una mayoría de los ciudadanos del Reino Unido deseaban permanecer. Pero conforme se acercó el día de la elección, se hizo evidente que la competencia se había vuelto reñida, y el conteo final de la votación resultó en una victoria estrecha para el bando por la salida, el cual ganó el 51.9 por ciento de los votos en comparación con 48.1 por ciento para el bando por la permanencia.
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El voto por salir del Brexit encaja en la meta rusa de debilitar a la UE, a la cual ha visto cautelosamente conforme países del otrora Bloque Oriental han corrido a unirse a ésta. La retirada del Reino Unido dejará a la UE sin una de las tres economías y potencias militares más grandes de Europa.
Rusia afinó por primera vez el uso de la desinformación con la KGB durante la Guerra Fría, luego adoptó estas tácticas para la era digital con el sucesor de la institución, el FSB. Ahora es el país más avanzado del mundo en el uso de desinformación en línea.
Además de sus sitios de noticias y su ejército de troles, las herramientas rusas de influencia también incluyen hackear fuentes y distribuir documentos —originales o potencialmente falsificados— a sitios que filtran la información.
La campaña de la elección presidencial de EE UU, la cual vio al candidato republicano Donald Trump obtener una victoria sorprendente, fue un ejemplo. Después de que aparecieron en WikiLeaks correos electrónicos hackeados y pertenecientes al Comité Nacional Demócrata y el director de campaña de la candidata demócrata Hillary Clinton, en algunos casos alterados para desacreditar todavía más a Clinton, el gobierno de EE UU acusó a hackers rusos de los ataques cibernéticos, diciendo: “Estos robos y revelaciones tienen la intención de interferir en el proceso electoral de EE UU”. El ejército de troles de Rusia también difundió noticias falsas a favor de Trump en medios sociales, y RT y Sputnik publicaron cobertura a favor de Trump. Después de la elección, científicos computacionales han advertido sobre la posibilidad de que hackers pudieron haber alterado la votación en varios estados indecisos claves, aun cuando esto no se ha demostrado.
Al igual que la votación del Brexit, la elección presidencial de EE UU resultó en un ganador sorpresivo. Clinton encabezó la contienda al principio y la mayoría de los encuestadores esperaba una victoria de Clinton. Pero la brecha entre los candidatos se redujo gradualmente en los días previos a la elección, y Trump se llevó la victoria por un margen estrecho, por tan poco como 107,000 votos en tres estados indecisos.
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El apoyo de Rusia a Trump es parte de su intención de minar a Estados Unidos, su adversario de toda la vida. Rusia típicamente busca promover divisiones internas dentro de otros países, y la retórica divisoria de Trump —su campaña atacó tanto a los inmigrantes como a las mujeres— ha hecho precisamente esto. En Trump, Rusia tiene un candidato quien expresó una admiración desenfrenada por el presidente autoritario del país, Vladimir Putin, y parece apoyar la anexión ilegal de Crimea por Rusia. Una presidencia de Trump también podría debilitar a la OTAN —otro enemigo de toda la vida de Rusia, la cual se ha metido en el umbral de Rusia conforme los estados ex soviéticos han obtenido la membresía— dado que Trump ha cuestionado abiertamente el valor de la participación de EE UU en la alianza.
Hay paralelos importantes entre la elección presidencial de EE UU y la votación del Brexit. Los resultados de ambas contiendas dependieron de márgenes delgadísimos, y es en las contiendas estrechas donde la propaganda y las tácticas de desinformación tienen el potencial de ser más efectivas. Es posible que la maquinaria propagandística rusa ayudara a inclinar la votación en la dirección de Trump y el bando por la salida.
Estas contiendas suscitan preguntas serias sobre lo que significa que una elección sea “libre y justa”. La integridad del proceso electoral depende que los votantes tengan acceso a información certera. Y es especialmente importante dada la cercanía de las elecciones presidenciales francesas.
Rusia ha apoyado abiertamente el Frente Nacional, el partido de extrema derecha y contrario a la UE de Marine Le Pen, y el Primer Banco Checo Ruso, con sus oficinas en Moscú, le otorgó al partido un préstamo de 9.5 millones de dólares. En los meses desde entonces, Le Pen ha pasado de que su partido no ganara un solo escaño en las elecciones regionales francesas de diciembre de 2015 a ubicarse en segundo lugar en la contienda presidencial, dándole una posibilidad real de ganar la presidencia.
Si los países occidentales no toman medidas para contrarrestar activamente la desinformación rusa, una Rusia envalentonada continuará usando estas tácticas para influir en elecciones en Occidente y en todo el mundo. El Reino Unido debería empezar con una conversación con respecto a si la votación del Brexit fue en verdad legítima, porque Rusia podría redibujar la faz del mundo si se le permite continuar.
Publicado en cooperación con Newsweek / Published in cooperation with Newsweek