Con 70 años de historia, la empresa italiana Ferrero se jacta de unas
cifras impresionantes: acapara un tercio del consumo mundial de
avellanas y produce una cantidad anual de Nutella equivalente al Empire
State Building.
La historia de la célebre marca italiana comienza en 1946 en Alba,
una pequeña ciudad del Piamonte italiano, justo un año después
de finalizada la II Guerra Mundial.
El pastelero Pietro Ferrero tiene la idea de utilizar avellanas para
reemplazar el chocolate, mucho más raro y más caro, y crear una crema
que pueda ser extendida sobre el pan.
Así nació lo que bautizará pocos años después con el nombre de
Nutella, una crema popular en todo el mundo, que conquistó a jóvenes y
viejos.
Desde entonces, de la enorme fábrica de Alba, que abarca 340,000 metros cuadrados,
el equivalente a 50 campos de fútbol, salen todos los días dos
millones de legendarios frascos de Nutella, tanto en pequeñas porciones
de 15 gramos como de 3 kilos.
Entrar a la planta no es tarea fácil: además de credenciales, no se
debe llevar el teléfono móvil ni aparato fotográfico. Delantal y cufia
son obligatorios.
La fábrica es ultramoderna, la línea de producción fue diseñada por los mismos técnicos del grupo.
De la producción de “la Nutella”, como dicen los italianos, no se puede ver nada: la receta es secreta y muy bien conservada.
Sólo se puede ver cómo vierten esa crema espesa en frascos
transparentes que luego salen en cadena hacia el lugar donde serán
etiquetados.
La producción de los bombones Ferrero Rocher es algo mágico: las
galletas esféricas con una avellana en el medio son bañadas por máquinas
con Nutella. Las bolas son cubiertas luego con avellanas trituradas y
chocolate, sin hablar de la envoltura en papel dorado.
Veinticuatro millones de Ferrero Rocher salen todos los días de la
fábrica de Alba durante los meses pico, como ocurre antes de Navidad. Se
emplean cuatro avellanas por cada Ferrero Rocher, una en el corazón y
tres para la crema y el revestimiento.
Los depósitos en la fábrica pueden contener hasta 100 millones de avellanas por día.
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“Trazabilidad”, obsesión de los Ferrero
Entre todos sus productos y sus 22 plantas en todo el mundo, el grupo
utiliza “un tercio de la producción mundial de avellanas”, destacó
recientemente el presidente de Ferrero en Italia, Francesco Paolo
Fulci.
El tercer grupo más grande en términos de confitería adquiere 120,000
toneladas de cacao cada año, y el objetivo es que el 100% de su
suministro sea producido por industrias sostenibles en 2020, contra el
45 por ciento en 2014-2015.
Un objetivo alcanzado en diciembre de 2014 para el aceite de palma,
un producto que suele ser criticado tanto por su impacto sobre la salud
como en el medio ambiente, pero que Ferrero defiende.
El legendario Michele Ferrero, que desapareció en 2015 después de
haber dirigido la compañía durante 40 años, “estaba obsesionado con la
trazabilidad” de los productos.
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“Ese concepto es popular hoy en día, pero desde hace 70 años es
considerado una prioridad para Ferrero,” sostiene Laurent Cremona,
responsable de la marca Nutella a nivel mundial.
“Sabemos producir aceite de palma de la forma más segura y más
sostenible posible”, insiste Cremona, quien recuerda que tanto WWF y
Greenpeace, organizaciones que defienden el medio ambiente, consideran
al grupo como ejemplar en ese sector.
A pesar de ello, la controversia surge regularmente, sin afectar
tanto a Ferrero, que en 10 años ha duplicado su facturación alcanzando
los 10,000 millones de euros, con más de 40,000 empleados.
Sus productos se venden en más de 170 países y Nutella tiene 32 millones de seguidores en Facebook.
La familia es propietaria de la totalidad de la firma, suele ser muy
discreta, no ha querido entrar en la Bolsa, ni desarrollarse más allá de
un natural crecimiento orgánico.
Sin embargo, a partir de 2014 ha revisado su estrategia, adquirió
Oltan, primer grupo especializado en avellanas y en 2015 la británica
marca de chocolates Thornton.
Hace tres meses se hizo con el grupo Delacre, famoso productor ruso
de cigarrillos de chocolate, para entrar así en el mercado de las
galletas de calidad, menos saturado que el del chocolate.