Funcionarios y expertos coincidieron en la necesidad de que América Latina se integre para así poder hacer frente a los desafíos que enfrenta ante un mundo cada vez más globalizado.
Durante un foro que trató sobre los nuevos escenarios para la región, celebrado este lunes en Santiago, Chile, se planteó cómo las elecciones en Estados Unidos, la normalización de las relaciones de Cuba con Washington, la paz en Colombia o el acercamiento de la Alianza del Pacífico y el Mercosur, sin duda modelarán la nueva realidad de esta región.
“Probablemente este es el momento de mayor diversidad en América Latina” en cuanto a visiones políticas y económicas, dijo el canciller chileno, Heraldo Muñoz durante el semanario realizado por el gobierno de su país con motivo del 40 aniversario del asesinato del excanciller chileno Orlando Letelier en Washington.
No obstante, dijo que “mientras algunos están desintegrándose, nosotros estamos construyendo puentes y túneles”. En ese sentido, el funcionario chileno insistió en”poner la visión en el horizonte para imaginarnos los desafíos que vienen y reunir fuerzas y voluntades para enfrentarlos de manera común.
Rebeca Grynspan, responsable de la secretaría general Iberoamericana dijo que el “futuro no está en aislarse y enfrentarse a los demás, sino en cooperar e incluir desde la diversidad” ya que una América latina unida tendrá “mucho mayor peso en el mundo y en el escenario megarregional”.
De acuerdo con los expertos, una mayor integración, con la que están de acuerdo más del 70 por ciento de los latinoamericanos, según Latinobarómetro, supone mejorar las infraestructuras, aumentar el actualmente bajo intercambio comercial, que permita generar empleo, para lo que es necesario superar la desconfianza que existe en la política y las instituciones.
Enrique García, presidente de la Corporación Andina de Fomento (CAF), refirió que a nivel económico, la región debe hacer la transición del modelo de las ventajas comparativas, basado en la bonanza de las materias primas y los bajos salarios para abrazar un “modelo de ventajas competitivas que esté basado en la realidad del siglo XXI”.
“Si queremos como región una convergencia con los países industrializados, y poder mantener los éxitos en la reducción de la pobreza, mejorar la equidad y evitar que las clases medias retornen a niveles de pobreza, hay que crecer a un promedio del 5-6 por ciento”, recordó.