Muchos
confunden el término con anorgasmia,
que se refiere a la incapacidad de una mujer para llegar al orgasmo. Para nada,
la alorgasmia es una fantasía sexual que se manifiesta en quienes, al mantener
relaciones sexuales con la pareja, están pensando en otras personas y con eso
aumentas su libido, y la pasan mejor.
No hay
rechazo a la persona con la que se mantienen relaciones en ese momento, al
contrario, al dejar que la imagen de alguien más irrumpa simbólicamente en el
acto sexual lo enriquece, lo potencia. Con frecuencia los “invitados” son
artistas, deportistas, un desconocido, aunque también son bienvenidos el mejor
amigo o la novia del primo o el cuñado.
En
contra del pensamiento más extendido, que sostiene que fantasear con terceras
personas puede resultar perjudicial para una relación sentimental, e incluso
considerarse infidelidad, algunos estudios científicos han confirmado
recientemente que es una de las filias cada vez más aceptadas por las parejas,
llegando a producir un mayor acercamiento y complicidad entre ambos. “El hecho
de que de vez en cuando proyectes tu deseo en alguien que te atrae no significa
que no quieras a tu pareja”, señalan voces calificadas.
Las
fantasías de este tipo son procesos mentales que, en el momento del sexo, ayudan
a ponerse a tono, e invitan a revelar los deseos más íntimos. Según expertos,
pueden servir como una alternativa para romper con la rutina y monotonía que se
genera en muchas parejas.
Sin
embargo, si la alorgasmia se repite muy a menudo, lo que empezó como un juego
inofensivo puede convertirse en un grave problema que haga que los involucrados
se distancien y se vuelvan desconfiados.