Este artículo apareció originalmente en el Motley Fool.
Parece que fue ayer cuando la industria de los drones planeaba en el horizonte, esperando para empezar a alcanzar su potencial inmenso. Pero en 2016, los drones han conseguido una atención renovada de los inversionistas y fabricantes por igual, con estos últimos compitiendo por hallar hogares para sus soluciones innovadoras en toda una gama de aplicaciones comerciales.
Podría decirse que mucha de la atención reciente se ha enfocado en GoPro, la cual introdujo su nuevo cuadrirrotor Karma, señalando su entrada muy anticipada al mercado de los drones de consumo. Para ser justos, GoPro entra en lo que muchos ven como un mercado abarrotado, y uno dominado por el titán privado de los drones DJI, el cual supuestamente duplicó sus ventas el año pasado a $1,000 millones de dólares y se hace acreedor a un aproximado de 80 por ciento del mercado de drones de consumo. Pero si GoPro puede hacerse incluso con una pequeña tajada del mercado, podría ser una adición significativa a sus ingresos brutos y balance general más adelante.
No obstante, aun cuando el consumo público de los drones sea el más visible, no podemos olvidar las otras aplicaciones que podrían ser transformadas excepcionalmente por estos voladores autónomos. Por ejemplo, un informe reciente de PwC, describe ocho aplicaciones comerciales claves para los drones. Y en mi opinión, la aplicación más atractiva enfatizada por el informe es el transporte mediante drones.
Pero el informe de PwC sólo discute la promesa del transporte mediante drones con un enfoque muy amplio. Así que acerquémonos y hurguemos más profundamente en lagunas de las maneras más notorias en que el uso de drones está revolucionando la industria del transporte.
Entrega de productos
Primero, considere las implicaciones del uso de drones en la entrega de paquetes de consumo.
Por ejemplo, Amazon.com sorprendió a muchos observadores de la industria en 2013 cuando su fundador y director ejecutivo, Jeff Bezos, reveló sus planes de implementar la entrega de paquetes en 30 minutos con un nuevo servicio de drones llamado “Amazon Prime Air”.
Por entonces, Bezos dijo que, al principio, Prime Air sólo estaría disponible para clientes ubicados en un radio de 10 millas de su número cada vez mayor de centros de distribución. Pero él también moderó las expectativas, diciendo que la entrega mediante drones no estaría disponible en por lo menos “cuatro o cinco años”, mientras Amazon resolvía los problemas de su programa y demostraba “a los estándares de la [Administración Federal de Aviación] que esto es algo seguro”.
Ahora Amazon dice que tiene centros de desarrollo Prime Air en EE.UU, el Reino Unido, Australia e Israel, y está probando más de una docena de prototipos de drones en múltiples ubicaciones internacionales.
Pero Amazon no está solo en sus ambiciones de entregas de paquetes. Apenas el mes pasado, el equipo “Project Wing” de Alphabet comenzó a usar drones para entregar burritos Chipotle en el campus del Tecnológico de Virginia, dentro de un ambiente semisecreto y controlado y aprobado por la AFA para pruebas de drones.
En un tono mucho más formal de lo que su servicio de entrega de burritos podría prometer, la página del Project Wing de Alphabet declara: “En septiembre de 2016, Project Wing comenzó a probar su sistema aéreo de entregas en un sitio de pruebas de la AFA dirigido por la Sociedad de Aviación del Atlántico Medio del Tecnológico de Virginia. Estas pruebas se diseñaron para producir información para el estudio en marcha de la AFA sobre sistemas no tripulados de entrega aérea”.
Transporte militar
Luego, nótese que el transporte mediante drones ya está alterando la manera en que los militares transportan carga y suministros.
De hecho, gracias a las acciones en conjunto de Lockheed Martin y la compañía aeroespacial Kaman Corp. —así como un contrato por $45.8 millones de dólares de la Armada otorgado a Lockheed en 2010—, los helicópteros no tripulados de entrega K-MAX ya han volado en más de 1,900 misiones, transportando más de 4.5 millones de libras de carga a bases de avanzada mientras estuvieron desplegadas con el Cuerpo de Infantes de Marina de EE.UU de 2011 a 2014. El sistema fuerte del K-MAX puede levantar y entregar hasta 6,000 libras de carga a nivel del mar, y más de 4,000 libras a una altitud de densidad de 15,000 pies, todo ello sin arriesgar las vidas de una tripulación a la que de otra manera se le exigiría enfrentar misiones tripuladas potencialmente peligrosas.
De nueva vez, Lockheed y Kaman no son los únicos que sirven a las necesidades de transporte militar. Vea a AeroVironment, la cual se enfoca en proveer pequeños sistemas de aeronaves no tripuladas tanto para el Pentágono como para docenas de naciones aliadas. Aun cuando muchos de los drones de AeroVironment resuelven principalmente problemas centrados en la vigilancia, su sistema portátil, silencioso y no tripulado Shrike de despegue y aterrizaje en vertical presenta una plataforma modular que puede soportar entregas de carga explosiva relativamente ligera.
Necesidades médicas/de emergencia
Relacionado con lo anterior, los drones tienen el potencial de cambiar fundamentalmente cómo enfocamos el transporte médico y de emergencias. Y ya hemos tocado de paso a varias compañías que esperan abordar esta necesidad.
Por ejemplo, retomemos al Project Wing, el cual muestra que Alphabet tiene ambiciones de extenderse obviamente más allá de la comida rápida. El sitio informativo del Project Wing declara que sus equipos están “trabajando hacia el día en que estos vehículos entreguen de todo, desde productos de consumo hasta medicina de emergencia, un nuevo sistema de comercio que abre un acceso universal al cielo”.
Mientras tanto, a principios de 2015, Lockheed, Kaman y la compañía privada Neya Systems modificaron las capacidades del K-MAX para demostrar exitosamente la primera evacuación no tripulada de víctimas por aire y tierra. Esa demostración incluyó operadores en tierra enviando un vehículo terrestre no tripulado para que primero evaluara el área y al personal herido, luego solicitaba al K-MAX no tripulado que transportara por aire a un individuo, quien era llevado a un lugar seguro después de ser sujetado con correas a un asiento en el costado del helicóptero.
Existen muchas otras compañías privadas de drones que trabajan para llenar los huecos en el transporte médico. Estas incluyen notablemente a Zipline, la cual formó una sociedad con el Gobierno de Ruanda previamente este año para entregar productos médicos esenciales —desde vacunas hasta medicamentos e incluso sangre— en áreas de terreno difícil o con fallas de infraestructura que evitan el acceso adecuado a estos artículos médicos.
Y los ojos de Zipline no están puestos únicamente en las naciones en desarrollo. En agosto pasado, la Casa Blanca emitió un comunicado de prensa revelando que Zipline pronto “demostraría la viabilidad de la tecnología de aeronaves no tripuladas para diseminar suministros médicos cruciales a comunidades remotas en Estados Unidos”, pendiente de las aprobaciones reguladoras, por supuesto.
Con estas aprobaciones en mente, queda por ver cuánto tiempo tomará para que el transporte mediante drones se vuelva un lugar común. Pero sin importar el tiempo que se requiera, dada la atención y los recursos que se han dedicado al transporte mediante drones en años recientes, y el promisorio progreso temprano en múltiples industrias, parece inevitable que el uso de drones continúe revolucionando la industria del transporte.