COMO UN ELMER GANTRY POLÍTICO, Donald Trump va de ciudad en ciudad, proclamando que solo él puede salvar Estados Unidos, hilando declaraciones escandalosas y lanzando mentiras antes de encaminarse a su próxima reunión de resurrección. Las preguntas serias con respecto a su candidatura a la presidencia siguen sin contestarse o enterradas bajo una avalancha de engaño.
Al enfrentarse a un artículo de Newsweek de la semana pasada que detalla numerosos conflictos de interés potenciales entre sus acuerdos comerciales extranjeros y la seguridad nacional estadounidense en caso de ser elegido, Trump y sus hijos respondieron con una letanía de afirmaciones sin sentido. No habría conflictos, dijo él, porque pondría su compañía, la Organización Trump, en un fideicomiso ciego. Luego dijo que rompería sus conexiones con los negocios. No obstante, con ambas respuestas dijo que sus hijos dirigirían la compañía. Entonces su hija, Ivanka Trump, una diseñadora de modas y exmodelo, saltó con su propia explicación boba, diciendo que ella y sus hermanos hallarían la manera de evitar acuerdos que pudieran suscitar conflictos de interés para su padre.
La arremetida de palabras, para los poco informados, tal vez haya sonado persuasiva. A los votantes podría disculpárseles por pensar que los Trump han resuelto el problema. No lo han hecho. Peor aun, si los Trump creen en lo que están diciendo, no hay duda de que un presidente Trump sería el jefe del Ejecutivo más conflictivo de Estados Unidos, obligando al país a enfrentar un problema que no tendría precedentes.
El artículo de Newsweek ahondó en los acuerdos de la Organización Trump, una entidad privada con una red mundial de lazos financieros. La compañía —que se hizo de nombre como constructora de bienes raíces y una (fallida) operadora de casinos— no ha estado en ninguno de estos negocios por años. Más bien, vende dos cosas: el nombre Trump y, hasta que él comenzó su campaña nacional, el programa de televisión de realidad El aprendiz, del cual Trump era el anfitrión y productor ejecutivo.
Los conflictos mundiales que podrían minar la seguridad nacional están en el negocio de la marca Trump. Él tiene muchos socios en el extranjero con lazos no revelados con facciones de sus propios gobiernos; una cantidad preocupante de ellos son criminales o están siendo investigados. Todos ellos pagan, han pagado o empezarán a pagarle millones de dólares a la Organización Trump por el privilegio de poner su nombre en sus edificios.
Entonces, si Trump llega a la Casa Blanca, el presidente de Estados Unidos tendrá un acuerdo comercial con un multimillonario azerbaiyano cuyo padre es un eminente funcionario del gobierno identificado por la inteligencia estadounidense como blanqueador de dinero de los militares iraníes. Los socios de la Organización Trump en India pondrían en riesgo la alianza crucial pero vacilante de Estados Unidos con Pakistán. Las relaciones entre Trump y el gobierno de Turquía se deterioran en parte por las conexiones comerciales de él allí, y el presidente de ese país ha dicho a la gente cercana a él que no le permitirá a un Estados Unidos encabezado por Trump el uso de una base militar que ha sido un área de preparación crucial para la campaña de bombardeo en Siria contra el grupo Estado Islámico. En otras palabras, todas estas implicaciones pondrán en peligro la seguridad nacional de Estados Unidos.
Estos conflictos no pueden resolverse con las soluciones simplistas ofrecidas por la familia Trump. Empecemos con el argumento del “fideicomiso ciego”. Los políticos que usan un fideicomiso ciego entregan sus carteras de inversión a terceros independientes que hacen negocios en títulos y bonos sin buscar el permiso o informar al político. Como resultado, el político no sabe qué hay en la cuenta de transacciones, eliminando así el peligro de que intereses financieros influyan en decisiones gubernamentales.
La locura del argumento de Trump es evidente. Si alguien deja caer una cortina enorme enfrente de la Torre Trump, ¿Trump ya no sabrá que el edificio está allí? Y Trump ya sabe quiénes son sus socios en el extranjero, por lo que a menos de que sufra una enfermedad que afecte su memoria, los conflictos no se resolverán solo porque esos acuerdos estén en un fideicomiso ciego. Hay otro problema obvio: será tremendamente difícil que Trump no sepa qué trama la Organización Trump si, en una visita de Estado a Rusia, él ve “Torre Trump de Moscú” en un rascacielos allí. Finalmente, un fideicomiso ciego no es ciego a menos de que la persona que la administra sea independiente del propietario, y Trump ha dicho que sus hijos administrarán la compañía si él gana en noviembre.
OBLIGACIÓN DE DOBLE CIEGO: Trump sabe qué edificios y socios tiene, por lo que incluso un fideicomiso ciego no evitaría que él favoreciera a ambos desde la Casa Blanca. Foto: OZAN KOSE/AFP/GETTY
Trump dice que “romperá” su relación con la Organización Trump, y sus hijos dirigirán la compañía y serán sus principales beneficiarios financieros. En un verdadero fideicomiso ciego, el beneficiario continúa recibiendo las recompensas financieras de la inversión. Entonces, ¿el dinero seguirá fluyendo hacia Trump? Él no lo dijo. Y no importa, porque está claro que podría enriquecer fácilmente a sus hijos y la compañía “de ellos” desde la Oficina Oval.
Antes de que alguien recite el truco de Trump de que “Estados Unidos es más importante que la Organización Trump”, dé un vistazo a lo que ha hecho durante su candidatura: en repetidas ocasiones ha demostrado que está más preocupado por su compañía que por su campaña o la economía internacional. Cuando una mayoría en el Reino Unido votó a favor de salir de la Unión Europea, el valor de la libra se colapsó. Ese día Trump estaba en Turnberry, Escocia, presidiendo la ceremonia de inauguración de un nuevo campo de golf Trump. Al preguntarle sobre el voto para salir, conocido como brexit, Trump no habló del caos económico mundial que disparó el evento, sino de los beneficios para su centro turístico de golf. “Cuando la libra baja, más gente vendrá a Turnberry”, dijo.
Previamente, cuando este mes Trump abandonó su acción por varios años de demostrar la afirmación risible de que el presidente Barack Obama nació en Kenia, hizo la declaración en su hotel nuevo en Washington D. C. Solo dedicó una frase para retractarse de su mentira sobre el nacimiento de Obama y pasó el resto del tiempo alabando su hotel nuevo. Otra vez, el negocio de Trump venció a la verdad.
Finalmente, hubo la explicación de esta treta del fideicomiso ciego presentada por Ivanka Trump en Good Morning America. Con respecto al artículo de Newsweek, ella dijo: “Hay algo mucho más grande que nuestro negocio en juego, y ese es el futuro de este país. Como una empresa privada, podemos tomar decisiones que van en contra de nuestro mejor interés… podemos decir: ‘¿Saben qué? Haremos menos acuerdos’, y ‘No haremos ese acuerdo, aun cuando es un buen acuerdo’. Es económicamente razonable porque podría crear un conflicto de interés, y actuaremos con gran responsabilidad”.
Desempaquemos esta declaración asombrosa. Primero, nótese que contiene una admisión de que los acuerdos de la Organización Trump crearían múltiples conflictos de interés para un presidente Trump. Segundo, deberíamos simplemente confiar en que los hijos de Trump descifren cuáles acuerdos que busquen podrían afectar la seguridad nacional estadounidense. A menos de que Ivanka Trump esté sugiriendo que ella y sus hermanos estarán en la Casa Blanca para las sesiones informativas de política exterior y seguridad nacional, o que su papá les llamará ocasionalmente por teléfono para discutir información clasificada, ¿cómo los hijos de Trump sabrán cómo mantenerse alejados de la política exterior de Estados Unidos? El argumento de ella sugiere aquí que no le iría bien en el programa de realidad ¿Sabes más que un niño de primaria?
Los conflictos de interés entre la Organización Trump y la seguridad nacional estadounidense, en caso de que Trump llegue a ser presidente, no pueden remediarse. Los peligros creados por tener un presidente cuyas decisiones podrían basarse en los intereses financieros propios o de sus hijos no tienen precedente. Los Trump tienen una elección: pueden vender la Organización Trump, o Donald Trump puede ser presidente. No pueden tener ambas.
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Publicado en cooperación con Newsweek / Published in cooperation with Newsweek