La conspiración para desmantelar a Gawker fue como un juego de alto riesgo de llenar los espacios entre celebridades: un multimillonario de Silicon Valley hizo equipo con un luchador envejecido para ganar una demanda civil por una publicación sobre un vídeo sexual. Y funcionó: Gawker.com está acabado, su ex editor ejecutivo, Nick Denton, está en bancarrota, y a Hulk Hogan le concedieron $140 millones de dólares en daños. De cualquier manera, los enemigos de Gawker están muy complacidos.
Pero pocos saben que hubo otra celebridad disgustada que trabajó para destruir a Gawker: Joe Francis, el magnate millonario del porno blando mejor conocido por la franquicia Girls Gone Wild. En varias entrevistas con Newsweek, Francis presumió sobre su papel, usando un lenguaje que será más apropiado como la voz en off de una película de acción. “Comparo esta operación con matar a Osama bin Laden. Y lo hicimos: matamos a la escoria más imprudente y peligrosa del mundo: Nick Denton. Ahora, en cuanto al funeral en el mar, también me gustaría ver eso”.
Denton (no la escoria más peligrosa del mundo) se hizo de muchos enemigos con su blog. Gawker enfureció a Lena Dunham, sacó del clóset a Peter Thiel y Shepard Smith, se refirió a los bebés gemelos de Zoe Santana como “chusma de onda” y una vez describió a Ted Cruz como un “célebre aficionado a las pieles”.
“Ellos eran realmente buenos para hacerse de enemigos”, dice Nik Richie, un bloguero que administra el sitio de chismes TheDirty.com.
Lo que nos lleva a Francis. En 2009, el empresario porno amenazó con demandar a Gawker por llamarlo un violador en una publicación que lo premió con el título de Imbécil de la Década. (Francis había sido acusado de violación en un perfil de Los Angeles Times pero nunca fue condenado. Evasión de impuestos y sobornos, claro, pero no violación.) En un correo electrónico a Gawker titulado “Oye Nick, Tu Chingaste” [sic], Francis afirmó que había perdido un trato por $10 millones de dólares a causa de la publicación de Gawker y escribió: “¡¡Voy a borrarte del mapa!!”
¿Borrar a Gawker del mapa? Eso habrá sonado muy ridículo en 2009.
Francis hizo que su abogado le enviara una carta a Gawker, la cual corregía “violador” por “supuesto violador”. Pero su queja con el sitio se profundizó cuando continuó siendo blanco de este. Cuando Jezebel, blog hermano de Gawker, se burló del anuncio del embarazo de su novia años después, él estaba furioso. “Ellos llamaron a mis hijas ‘¡genéticamente modificadas!’ Número uno, la modificación genética es ilegal… pero, o sea, ¿atacar bebés inocentes? Simplemente es horrible”.
Resultó que Francis tenía buenas migas con Hulk Hogan, y cuando Hogan pasaba por un divorcio, Francis le presentó a su abogado, David Houston, quien luego asesoró al luchador en su demanda de privacidad contra Gawker. (Houston, el abogado personal de Hogan, no debe ser confundido con Charles Harder, el abogado de difamaciones de Hollywood contratado especialmente para el caso.) Mientras tanto, Francis entraba y salía de la cárcel después de ser condenado por falso encarcelamiento y asalto en 2013. Como lo dice Francis, él se alió con Hogan y su abogado para ir contra Gawker. “Yo me llamaría un jugador periférico”, dice él, “quien hizo mucho del trabajo”.
Según su abogado, la participación de Francis fue mínima, a lo más.
En 2012 o 2013, después de que Gawker publicó un clip del ahora tristemente célebre vídeo de Hogan teniendo sexo con la mejor amiga de su esposa, Francis afirma que él convenció a otros sitios de retirar las publicaciones del vídeo sexual. “Yo hice las llamadas”, dice él. “Hice recordar todo favor que me fue posible”.
Houston cuenta la historia de manera diferente: él hizo que Francis llamara a Richie porque los dos eran amigos y él quería que Francis “facilitara una presentación” entre él y Richie para que este último supiera que Houston le llamaría. La meta de Houston era eliminar del internet el vídeo sexual de su cliente. Richie confirma que Francis le pidió que retirara tomas granulosas del vídeo, y dos de tales publicaciones fueron retiradas el 8 de mayo de 2013, poco después de que Gawker se negó a cumplir una orden judicial de retirar el vídeo.
Francis también les llamó a otros pasquines de chismes. “Estuve al teléfono por días, rogándoles a mis amigos en los medios: ‘Quítalo con una chingada’. Y recordando favores”. ¿Para quién? “TMZ, todos esos tipos. También intercambié información. Les retribuí. Lo que pudiera hacer”.
¿Les retribuyó? Pocos días después, al pedirle que aclarara eso, Francis se retractó: ¿él le pidió a TMZ que retirara el video sexual? “Sin comentarios”. ¿Alguno de estos sitios fue retribuido? “Nop”.
Un correo electrónico que le preguntaba a TMZ si el sitio modificó su cobertura bajo las órdenes de Francis propició una amonestación apresurada de un portavoz: “No y estás completamente fuera de lugar”.
Houston dice que contactó a más de 80 sitios después de que surgió el vídeo sexual. “Todos accedieron a retirar el contenido ofensivo o no publicarlo”, dice él. Sólo Gawker se negó.
Francis también se acredita por el benefactor secreto de Hogan —Peter Thiel— aunque hay poca evidencia para respaldar esta narrativa. Thiel, quien hizo una fortuna como cofundador de PayPal, pasó años planeando su venganza después de que Gawker lo sacó del clóset en 2007. En los años siguientes, el blog se burló de sus aventuras comerciales y de sus comentarios más bien desconcertantes sobre el voto femenino. La demanda de Hogan le dio a Thiel la oportunidad que anhelaba: él pagó millones en honorarios legales para financiar la demanda.
Francis dice que él hizo que Houston amenazara con una acción legal a Gawker mucho antes de la demanda de Hogan. Houston dice que él ni siquiera había oído de Gawker antes de presentar la demanda.
LOS MEDIOS ARRUINAN COSAS BUENAS
Joe Francis es famoso por hablar de más, y las groserías brotan de ella a una velocidad vertiginosa. Después de su condena en 2013, él llamó a los jurados “retardados” y dijo que “debería aplicárseles la eutanasia”. Pero durante una breve y última conversación telefónica con Newsweek el 31 de agosto, él estaba inusualmente taciturno, y se negó a compartir los correos electrónicos que él dijo que confirmarían su papel en el caso de Gawker. “No sé… no quiero arruinar esta cosa”, dijo él. “No quiero afectar el juicio”. (Él temía que una corte pudiera usar esta información como una base para anular el dictamen.)
“Los medios tienen una manera de destruir cosas grandiosas a veces”, añadió él.
El magnate indecente de los infomerciales sonaba apurado, diciendo que estaba a punto de salir con su esposa y sus hijas, pero se ofreció a responder algunas preguntas por correo electrónico esa noche. No respondió a ese correo electrónico. Ni a un segundo. Ni a un tercero. Y dejó de responder a mis llamadas telefónicas.
Esta reticencia repentina tal vez sea entendible, incluso cuando Francis comparó en repetidas ocasiones sus acciones contra Gawker con la misión para eliminar al líder de Al-Qaeda. “Maté a Osama bin Laden”, dijo él. “O fui el agente de la CIA que asistió en el asesinato de Osama bin Laden”.
O, quizás, él sólo es alguien que ha visto La noche más oscura demasiadas veces.
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Publicado en cooperación con Newsweek / Published in cooperation with Newsweek