La 71ª Asamblea General de Naciones Unidas inició este martes en Nueva York, con un llamado de la ONU para poner fin a la guerra en Siria, que desde que estalló en 2011 ha dejado más de 300,000 muertos y ha obligado a millones de personas a desplazarse de manera forzosa de su lugar de origen.
“Hago un llamado a todos aquellos que tienen influencia para alcanzar el fin de los combates y el inicio de las negociaciones”, solicitó el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, quien hizo alusión a la recién quebrantada tregua en el país en guerra.
Por otro lado, la ONU anunció este martes la suspensión de la ayuda humanitaria en todo el país, luego de que del lunes un convoy de ayuda humanitaria de la Media Luna Roja siria y de la ONU sufriera un ataque aéreo en la zona de Alepo.
Ban criticó a los “gobiernos que han pasado por alto, facilitado, financiado o participado en atrocidades perpetradas por todas las partes de Siria contra civiles sirios” y citó como ejemplo reciente de salvajismo el atentado, en el que murieron unos 20 civiles y un miembro de la Media Luna Roja.
En el encuentro, el enviado de la ONU para Siria, Staffan de Mistura, dijo que las esperanzas de detener las hostilidades aún no desaparecen, sin embargo, admitió que los delegados en la reunión estaban de acuerdo en que la tregua se encuentra en peligro.
Durante la reunión intervinieron más de 30 líderes mundiales, entre ellos: el estadounidense, Barack Obama; el francés, François Hollande; el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan; el venezolano, Michel Temer. Así como el Grupo Internacional de Apoyo para Siria, integrado por Rusia y EE UU, varios países europeos y del golfo Pérsico, y dirigentes de la ONU.
John Kerry, secretario de Estado estadounidense, insistió en que en Siria “el cese del fuego no está muerto”, un día después de que tropas del ejército sirio declararan finalizada la tregua de una semana y realizaron nuevos bombardeos a posiciones rebeldes.
En su último discurso ante la ONU, Barack Obama advirtió sobre el los populistas que quieren construir muros y pidió a la comunidad internacional que apoye los esfuerzos de diplomacia en el conflicto sirio.
“En un lugar como Siria no se puede alcanzar una victoria militar, y tenemos que continuar con la difícil tarea de la diplomacia que se propone interrumpir la violencia y hacer llegar ayuda a aquellos que la necesitan”, expresó el mandatario.
Mientras que el ministro británico de relaciones exteriores, Boris Johnson, declaró que “el sentimiento general es que nadie quiere renunciar a todo esto”.
Quien aprovechó la ocasión para pedir que se respeten los acuerdos y aseguren el acceso humanitario a la población civil en Siria fue Michel Temer, que por primera vez apareció en el escenario de la ONU, luego de la destitución de Dilma Rouseff.
El canciller francés, Jean-Marc Ayrault, aseguró que otros países deberán ayudar a Moscú y Washington a superar sus diferencias. “Fue una reunión bastante dramática, había un ambiente pesado. Hay esperanzas. No puedo responder ahora, pero haremos todo lo que podamos”, señaló.
El evento anual concluyó con la firma de los 193 Estados de la Declaración de Nueva York, un documento sobre migrantes y refugiados que no vincula directamente a los firmantes.
Por su parte, Rusia y Estados Unidos tuvieron otro encuentro con 23 países del grupo internacional que comparten el objetivo de terminar con la situación de los miles de refugiados en todo el mundo.