Las autoridades reconocen lo complicado que es detener esta
atrocidad; videos deviolaciones en grupo
que duran entre 30 segundos y cinco minutos cuestan entre50 y 150 rupias (de
.74 a 2.23 dólares). Los mismos agresores son los camarógrafos,
y quienes trafican con las imágenes, que luego cualquiera compra en la tienda
al pagar la descarga.
Ya no basta ver sufrir a un animal que es quemado
vivo, o pateado, o torturado en internet.¿Aquí qué ven? Lo menos
humano del ser humano; la degradación, la humillación de una mujer en manos de uno
o varios hombres. ¿Qué escuchan? Los gritos desesperados de la víctima entre
las risotadas bestiales de los ahí reunidos. La escena se captura en el
teléfono de alguno de ellos, y el negocio está listo para arrancar.
“Somos
conscientes. Estamos tomando las medidas necesarias, pero es difícil”, asegura Ajay Sharma,
adjunto al inspector general de la policía. Cuenta que en las últimas semanas
en Uttar Pradesh se han registrado varias violaciones en las que las mujeres
agredidas aseguran que el crimen había sido grabado con celulares.
Los videos snuff
de corta duración dejan dinero, pero además sirven para chantajear e
intimidar a la mujer mancillada. Es decir, la agreden y luego
la amenazan con difundir el suceso, a exponerla a ella y a su familia al
escarnio y a la vergüenza en su comunidad. Con violación o sin violación,
amedrentan con publicar en la red aquello que no se quiere publicar.
Muchas mejor se
matan, como Tamil Nadu, de 21 años, cuando se dio cuenta de que difundieron en
Facebook fotos suyas manipuladas en las que aparecía desnuda. O el caso de otra
joven de la misma edad que se quitó la vida cuando descubrió que no sólo se
estaban compartiendo en las redes sociales fotos suyas sin ropa, sino que en su
pueblo se vendían copias por 3 rupias entre los vecinos.
“La violencia
contra los más débiles de la sociedad siempre ha existido en India”, señala el
sociólogoGaurang Jani,profesor
de la Universidad de Gujarat. Pero ahora, con el auge de la difusión de videos
en la red, “las personas se han dado cuenta de que no habrá grandes
repercusiones contra ellas. Así que alardean. La violencia, en cierto modo, se
está convirtiendo en cultura de masas”, añade.
Las peores
miserias de la persona, la parte oscura, demencial ahora es la materia prima de
lo que llaman entretenimiento en la red, y la que más ‘me gusta’ recibe. Más.
De mal en peor, sin duda alguna.