Los sondeos muestran que la popularidad del republicano Donald Trump cae aceleradamente hacia un punto de no retorno. Pero Florida, un estado clave para ganar la presidencia estadounidense, es tan impredecible que los demócratas no pueden celebrar todavía.
De acuerdo a una encuesta divulgada el martes por la Universidad Monmouth de Nueva Jersey, la demócrata Hillary Clinton tiene 9 puntos de ventaja sobre la estrella del telerrealidad Donald Trump (48 sobre 39 por ciento) en Florida.
Una semana atrás, la Universidad Quinnipiac en Connecticut daba a Clinton un punto de ventaja (46-45) en este estado para las elecciones del 8 de noviembre.
Los expertos miran con atención los sondeos de Florida, Ohio y Pensilvania, tres swing states o estados oscilantes que suelen definir el resultado de las elecciones.
“Es históricamente cierto que si eres un republicano buscando la presidencia, como Donald Trump, debes ganar Florida”, dijo Kevin Hill, profesor asociado de política y relaciones internacionales en la Universidad Internacional de Florida (FIU).
“La última vez que los republicanos ganaron la presidencia sin ganar Florida fue en 1923”, con la victoria de Calvin Coolidge.
Por esto, Donald Trump necesita vencer en Florida, Ohio y tal vez Pensilvania para poder alcanzar la presidencia, pero las posibilidades juegan en su contra.
El magnate republicano ha perdido favoritismos a lo largo y ancho del país en las últimas semanas.
En sus más recientes meteduras de pata, ofendió a los padres musulmanes de un soldado muerto en Irak, echó a un bebé lloroso de un mitin y acusó al presidente Barack Obama de haber fundado el grupo Estado Islámico.
Pero Clinton también es un hueso duro de roer. Carece del carisma de Obama y se enfrenta al escándalo de la filtración de emails comprometedores del Partido Demócrata.
A pesar de ello, algunos observadores y los propios miembros del partido Republicano ya comienzan a dar la batalla de Trump por perdida.
“Hace falta un video de Hillary sonriendo mientras ahoga una camada de cachorritos rodeada de terroristas pidiendo muerte a los estadounidenses” para que la demócrata pierda las elecciones, dijo a la revista Politico un militante republicano de Iowa bajo anonimato.
No obstante, Florida es impredecible. “El estado está tan equitativamente dividido que todo puede pasar”, advirtió Hill.
Más latinos, menos blancos
El ya diverso estado ha vivido un cambio demográfico dramático desde las elecciones de 2012.
Un millón más de hispanos han venido a Florida desde entonces. La mayoría de ellos son puertorriqueños que huyeron de la crisis financiera en la isla y se mudaron al centro del estado, sobre todo a Orlando.
Tradicionalmente demócratas, ahora los boricuas representan el 25 por ciento del electorado hispano, explicó Hill.
Pero los hispanos republicanos también rechazan a Trump, como los cubanos de primera generación, los judíos cubanos y los venezolanos nacionalizados.
La impopularidad de Trump entre los latinos en general, ganada a puño tras numerosos comentarios xenófobos, es histórica. Según una encuesta de New Latino Voice conducida por la FIU, 75.7 por ciento de los electores hispanos de Florida votarán por Clinton contra 13.6 por ciento que lo harán por Trump.
“Trump incita al odio hacia los latinos”, dijo José Luis Gascue, un venezolano-estadounidense de 46 años. “Voy a votar por Hillary Clinton aunque no sea demócrata y siga siendo republicano, porque moralmente no puedo quedarme de brazos cruzados y permitir que este payaso gane”.
El de Gascue, vicepresidente de ventas de 20th Century Fox para Latinoamérica, es un caso ejemplar.
“Muy pocos hispanos republicanos votarán por Trump y esto es un gran problema para él”, dijo Kathryn DePalo, instructora senior del departamento de política y relaciones internacionales de la FIU.
Hay 1.9 millones de hispanos registrados para votar en Florida, de un total de 12.3 millones de electores. Según la División Electoral estatal, un tercio de los votantes no son blancos, que son el grupo de confort del multimillonario.
Pero otro problema que padece Trump es que, no sólo en Florida sino en todo país, “hay una enorme división en el voto blanco”, explicó Hill. Los blancos con educación universitaria muestran una ligera preferencia por Clinton, mientras los que carecen de ella votarán abrumadoramente por Trump.
“Nunca tuvimos este tipo de quiebre educacional”, dijo el profesor.
Pero nada de esto quiere decir que Clinton se pueda subir ya a lo alto del podio.
“Aún así pienso que (la elección) es incierta y que todo puede pasar en este loco año electoral”, consideró DePalo.
Trump tendría posibilidades de vencer si consigue ganarse de nuevo a los republicanos blancos del norte conservador de Florida, si obtiene un resultado cerrado en el centro y si los votantes del sur del estado -que son mayoritariamente demócratas pero también perezosos a la hora de sufragar- no acuden a votar masivamente, explicó la especialista.
Cambio de director de campaña
Trump volvió a modificar su equipo de campaña, que ahora dirigirán un conservador ejecutivo de internet y un encuestador, en medio de su continua caída en los sondeos hacia las presidenciales de noviembre en Estados Unidos.
El candidato republicano también anunció que esta semana su campaña lanzará publicidad en TV por primera vez. La reticencia del magnate inmobiliario a comprar avisos en televisión sorprende a los observadores, en momentos en que su carrera hacia la Casa Blanca enfrenta dificultades.
Stephen Bannon, presidente ejecutivo del influyente sitio Breitbart News, será el jefe ejecutivo de la campaña, según un comunicado, mientras que una de las principales asesoras de Trump, Kellyanne Conway, encuestadora republicana de larga data, será la directora del equipo.
El presidente de la campaña de Trump, Paul Manafort, que en los últimos días fue objeto de críticas por sus nexos con el proruso expresidente ucraniano, continuará en su cargo.
Los Demócratas han “traicionado” a los afroamericanos
El candidato republicano a la Casa Blanca, Donald Trump, urgió el martes a los afroestadounidenses a apoyarlo, al acusar a los demócratas de haberlos “traicionado”, en un intento inédito de seducir a las minorías del país.
En un discurso en el Estado de Wisconsin (centro), el candidato republicano pidió el “apoyo de cualquier ciudadano afroestadounidense que luche hoy en día por un futuro diferente y mejor” y subrayó que es el momento de “abordar verdades muy, muy difíciles”.
“El partido demócrata ha fracasado y ha traicionado a la comunidad afroestadounidense”, añadió Trump, para quien el partido del presidente Barack Obama y de la candidata a su sucesión Hillary Clinton “da por hecho los votos” de esta comunidad. “Se garantizaron vuestro apoyo y no han hecho nada a cambio”.
La comunidad negra tiende a optar por los demócratas en las presidenciales. Y este intento de recuperar votantes de las minorías constituye un giro en la campaña de Trump, conocido hasta el momento por una retórica incendiaria y un discurso hostil a los migrantes.
Horas antes, Donald Trump ya sorprendió al comprometerse a “rechazar la intolerancia” si se convertía en presidente, máxime cuando sus detractores lo acusan precisamente de intolerante.
“Lucharé por que cada estadounidense sea tratado de manera justa”, indicó en un comunicado en Facebook.
Al inicio de su campaña, no obstante, Trump declaró que, si era elegido presidente, prohibiría durante un tiempo la entrada en Estados Unidos de extranjeros musulmanes en el marco de la lucha contra los atentados islamistas.
Otra de sus propuestas, que sus detractores consideran escandalosa, es su proyecto de construir un muro en la frontera con México para detener la inmigración irregular desde ese país, que, a su juicio, trae consigo violencia y narcotráfico.