“La práctica de utilizar las ideas de otros sin citarlos ha sido muy extendida en México”, escribe en el sitio web de la revista Letras Libres Enrique Krauze, uno de los escritores cuyas palabras fueron plagiadas por el presidente Peña Nieto en su tesis de licenciatura.
“En el pasado, cuando no existía Google ni otros instrumentos de verificación, este vicio podía pasar oculto. Más aún, cuando los directores de tesis, los sinodales o las propias autoridades académicas tomaban estos textos como un mero trámite. Es de esperarse que ahora las cosas sean distintas”, escribe Krauze, como en respuesta al vocero de la presidencia que dijo que “el licenciado Peña Nieto presentó esa tesis hace 25 años”.
En “El blog de la redacción” de Letras Libres, Krauze dice haber “revisado someramente” la tesis que el presidente entregó a la Universidad Panamericana para graduarse como Licenciado en Derecho, y afirma que “se trata, en efecto, de un trabajo hecho con irresponsabilidad académica, en el que se entreveran líneas y páginas extraídas de autores diversos, debidamente citados, con otras páginas y líneas que carecen de la necesaria adjudicación, ya sea mediante un entrecomillado con una cita a pie de página, o una mención explícita en el cuerpo mismo del texto. La proporción de estas últimas es considerable e inadmisible”.
“En mi caso, el libro Plutarco Elías Calles: Reformar desde el origen aparece citado en la bibliografía pero no en el texto, que toma diez líneas de manera literal sin citar la procedencia”, añade el escritor.
Ya se sabía que Peña Nieto es “admirador” de Krauze. En la Feria Internacional del Libro (FIL) de 2011, en Guadalajara, dijo que uno de los libros que leyó porque “su vocación por la política alentaba ese espíritu” fue La Silla del águila, de Krauze; aunque en realidad el mencionado libro es del también mexicano Carlos Fuentes. Ya luego en su cuenta de Twitter aclaró que lo que quiso decir fue La Presidencia Imperial, de la autoría de Enrique Krauze.
“El caso confirma un axioma que todos los políticos deben recordar: su biografía, aún la más remota, no pasará desapercibida. La verdad, tarde o temprano, se abre paso”, señaló Krauze en Letras Libres.
Además de Krauze, el hoy presidente plagió a los académicos Diego Valadés y Jorge Carpizo, el expresidente Miguel de la Marid Hurtado, así como autores como Linda Hall, Héctor Fix-Zamudio, Emilio Rabasa, Víctor López Villafañe, entre otros, de acuerdo con la información que arrojó la investigación de Aristegui Noticias.
El presidencialismo mexicano y Álvaro Obregón es el nombre de la tesis que Enrique Peña Nieto entregó en 1991 a la Universidad Panamericana.
Veinticinco años después, Carmen Aristegui y su equipo periodístico se dieron a la tarea de leerla y analizarla. Tras la investigación, llegaron a la conclusión de que el presidente de México plagió casi el 30 por ciento de la tesis de 200 páginas.
Para la Presidencia mexicana, el tema del plagio se trata únicamente de “errores de estilo”, “citas sin entrecomillar” y “falta de referencia a autores que incluyó en la bibliografía”, com refirieron recientemente en un comunicado emitido.