Colombia inicia este jueves la cuenta regresiva hacia un plebiscito por la paz que busca concretar el crucial acuerdo alcanzado con la guerrilla de las FARC para superar medio siglo de un conflicto fratricida que ha desangrado al país con cientos de miles de víctimas.
El gobierno de Colombia alcanzó ayer el definitivo acuerdo de paz con la FARC, un actor clave pero no único de un conflicto armado que ha enfrentado en las últimas cinco décadas a guerrillas de izquierda con fuerzas del Estado y grupos paramilitares de derecha.
Los actores
Además de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), surgidas en 1964 de un alzamiento campesino, también han participado el Ejército de Liberación Nacional (ELN), también surgido en 1964 y aún activo; el Movimiento 19 de Abril (M-19), desmovilizado en 1990; y el Ejército Popular de Liberación (EPL), desmovilizado en 1991, entre otros grupos rebeldes más pequeños y ya extintos.
Los grupos paramilitares financiados por terratenientes, nucleados en las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), surgieron en los años 1980 para combatir a las guerrillas. Estas milicias irregulares, que en casos actuaron en coordinación con las fuerzas militares o por omisión de éstas, se desmovilizaron a instancias del gobierno entre 2003 y 2006.
Algunos remanentes persisten activos, pero son consideradas bandas criminales por las autoridades.
Los carteles narcotraficantes, que aterrorizaron al país en los años 1980 y 1990, no son considerados parte del conflicto. Pero el negocio del tráfico de drogas permeó desde esa época la confrontación, convirtiéndose en fuente de financiamiento de los principales actores.
El origen
El inicio del conflicto armado colombiano, cuya complejidad se ha visto agravada por una geografía selvática y montañosa, se suele ubicar en los años 1960, cuando grupos rebeldes se alzaron contra el Estado para reclamar una repartición de tierras más equitativa.
Algunos analistas remontan el comienzo a mediados del siglo XX, específicamente a un periodo conocido como La Violencia, el cual se desencadenó tras el asesinato del líder político Jorge Eliecer Gaitán. Eso ocasionó que decenas de miles murieron y grupos de campesinos se unieron con los comunistas para armarse. Un ataque militar en 1964 contra su campamento principal provocó la creación de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia.
No obstante, para otros, las raíces de la lucha insurgente están incluso en los conflictos agrarios de los años 1920. Para los expertos convocados por los negociadores del gobierno y las FARC el origen es “multicausal”, en el que destacaron “la exclusión” social y política, marcada por el fuerte bipartidismo, y el “masivo desplazamiento” de la población rural, que agudizó “la concentración de la tierra” y creó “cinturones de miseria en las ciudades”.
En los inicios de la guerra, las Farc buscaban que la élite del país compartiera el poder y apoyaron la reforma agraria. Sin embargo, el movimiento perdió popularidad conforme recurrieron al secuestro, la extorsión y los impuestos a la producción de cocaína, así como la extracción ilegal de oro para financiar su lucha armada.
Los hechos más graves
Por parte de las FARC son conocidos los secuestros de larga duración, como el de la excandidata presidencial Ingrid Betancourt en 2002; así como las masacres como la de Bojayá ese mismo año, en la que murieron 79 personas que se refugiaban de combates en una iglesia. La justicia también les responsabiliza del atentado con coche-bomba contra el club El Nogal, en Bogotá, con 36 muertos en 2003.
El ELN es famoso por secuestros masivos, como el de un avión de Avianca en 1999, y masacres como la de Machuca en la que guerrilleros dinamitaron un oleoducto -como parte de su campaña permanente contra las industrias extractivas- provocando un derrame de petróleo ardiente y el subsiguiente incendio de un poblado, donde murieron 84 personas.
Los Paramilitares se hicieron tristemente célebres por la crueldad con que ejecutaron matanzas generalizadas en pueblos a cuyos habitantes acusaban de colaborar con las guerrillas, como la de El Salado, en 2000, con 60 asesinados.
A su vez el M-19 fue protagonistas de la toma del Palacio de Justicia en pleno centro de Bogotá en 1985, que dejó un centenar de muertos y otros 11 desaparecidos.
En tanto, las fuerzas militares son señaladas de cientos de ejecuciones extrajudiciales de civiles, declarados como guerrilleros caídos en combate con el fin de obtener prebendas y condecoraciones. Entre ellos, destaca el caso de los “falsos positivos” de Soacha en 2008, en la que fueron muertos 16 jóvenes de esa empobrecida barriada de Bogotá.
El saldo
El enfrentamiento ha dejado oficialmente en las últimas cinco décadas 260,000 muertos, 45,000 desaparecidos y 6.9 millones de desplazados. Según la ONU, Colombia es el primer país en número de desplazados internos, y el segundo, después de Afganistán, afectado por minas antipersonales, con unas 11,500 víctimas de este flagelo, entre ellos más de 2000 muertos.
Las negociaciones
A mediados de los años ochenta, las negociaciones de paz colapsaron luego de que por lo menos 3000 aliados del ala política de las Farc, la Unión Patriótica, fueron asesinados,. Otra iniciativa falló en 2002 después de que los rebeldes secuestraron un avión de pasajeros para retener a un senador.
Las reuniones actuales se iniciaron en 2012, en La Habana. A fines del pasado mes junio, los negociadores anunciaron un acuerdo de cese bilateral al fuego y un plan que explicaba los pasos para la desmovilización y el proceso para que los 7000 combatientes de las Farc depongan las armas.
Este proceso de paz también prevé compromisos para solucionar el problema agrario y enfrentar el del narcotráfico, fuente de financiación de la violencia. Además, establece mecanismos de reparación a las víctimas y de justicia, así como de participación política de los excombatientes.
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Con información de agencias