La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) previó un crecimiento comercial débil, una inversión lenta, salarios muy moderados y una actividad más lenta en los mercados emergentes clave que contribuirán a que en este 2016 haya un modesto crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) global del 3 por ciento, el cual es en esencia el mismo nivel de 2015.
En la edición más reciente de su informe Global de Perspectivas Económicas, la OCDE afirmó que la economía global está atorada en una trampa de bajo crecimiento que exige un uso más coordinado e integral de las políticas fiscales, monetarias y estructurales para avanzar a un camino de mayor crecimiento y asegurar que se mantengan las promesas para los jóvenes y los adultos mayores.
“El crecimiento es plano en las economías avanzadas y se ha desacelerado en muchas de las economías emergentes que han sido la locomotora global desde la crisis”, dijo el Secretario General de la OCDE, José Ángel Gurría, al presentar el informe.
Gurría dijo que el lento crecimiento de la productividad y la creciente desigualdad plantean más retos.” Es urgente emprender una acción integral de política para garantizar que nos vamos de esta decepcionante trayectoria del crecimiento e impulsemos a nuestras economías a niveles que garanticen buenos niveles de vida para todos”.
De acuerdo con las perspectivas,Estados Unidos continuará la moderada recuperación ya que se proyecta que crezca 1.8 por ciento en 2016 y 2.2 por ciento en 2017. La zona euro mejorará lentamente, con un crecimiento de 1.6 por ciento en 2016 y de 1.7 por ciento en 2017. En Japón, se estima un crecimiento de 0.7 por ciento en 2016 y 0.4 por ciento en 2017.
La OCDE atribuyó estas cifras a las reformas implementadas por el Ejecutivo federal mexicano. Dijo que espera queesas y otras reformas mejoren la eficiencia y la innovación y las capacidades de trabajadores de escasa formación.
“Las medidas para fortalecer la educación, las técnicas y la inclusión financiera ofrecerán a todos los mexicanos, pero especialmente a las mujeres, mayores oportunidades para contribuir a la sociedad”, avanza el organismo, que prevé también una inflación baja para 2016 y 2017.
El impacto del Brexit
En las Perspectivas de la OCDE también se llama la atención a diversos riesgos a la baja. De forma más inmediata, menciona que un voto en el Reino Unido a favor de salir de la Unión Europea provocaría efectos negativos en el Reino Unido, otros países europeos y la del resto del mundo.
Detalla que el voto Brexit crearía incertidumbre económica y dificultaría el crecimiento del comercio, y los efectos globales serían aún más fuertes si el retiro británico de la UE detona la volatilidad en los mercados financieros. Para 2030, post-Brexit PIB del Reino Unido podría ser más de 5 por ciento menor que si el país se mantiene en la Unión Europea.
“Si no emprendemos acciones para impulsar la productividad y el crecimiento potencial, tanto las generaciones jóvenes como las mayores se encontrarán en peores condiciones”, dijo la Economista en Jefe de la OCDE, Catherine L Mann.
L Mann dijo que cuanto más tiempo continúe la economía global en esta trampa de bajo crecimiento, más difícil será para los gobiernos cumplir las promesas fundamentales.
“Las consecuencias de la inacción en el área de políticas serán menores perspectivas profesionales para los jóvenes de hoy, quienes ya han sufrido mucho por la crisis, así como menores ingresos por jubilación para futuros pensionados”, alertó.
La OCDE destacó en ese sentido una serie de requerimientos de política que incluyen un uso más exhaustivo de la política fiscal y la reactivación de reformas estructurales para liberarse de la trampa de bajo crecimiento.
En las Perspectivas se sostiene que recurrir sólo a la política monetaria no puede aportar resultados satisfactorios en crecimiento e inflación. Refiere que una flexibilización adicional de la política monetaria podría ahora demostrar ser menos eficaz que en el pasado e incluso contraproducente en algunas circunstancias.
“Muchos países tienen margen para políticas fiscales que refuercen la actividad por la vía de la inversión pública, en especial ya que las bajas tasas de interés de largo plazo en efecto han aumentado el espacio fiscal. Si bien casi todos los países tienen margen para reasignar el gasto público hacia proyectos más favorables para el crecimiento, una acción colectiva en las economías para aumentar la inversión pública en proyectos con un alto impacto en el crecimiento impulsaría la demanda y mejoraría la sostenibilidad fiscal”, dijo la organización.
Según la OCDE, dada la débil economía global y el entorno de creciente desigualdad en los ingresos que prevalece en muchos países, reformas estructurales más ambiciosas pueden impulsar la demanda en el corto plazo y promover mejoras a largo plazo en el empleo, el crecimiento de la productividad y la inclusión.