Es posible que los estadounidenses no sientan que están en
guerra, pero la mayoría de ellos sabe que Estados Unidos participa en una
batalla contra el grupo militante Estado Islámico. El pentágono afirma que el
costo diario de la batalla es de 11.6 millones, que parece bastante bajo en
comparación con las guerras de la década pasada en Afganistán e Irak.
Desde agosto de 2014, Estados Unidos ha lanzado ataques
aéreos y ha enviado fuerzas de operaciones especiales y asesores a Siria e Irak
para ayudar a combatir al Estado Islámico, con un costo que es de tan sólo 4
por ciento de lo que gastó en Afganistán e Irak de 2001 a 2014. Contando
solamente las asignaciones y gastos del Departamento de Defensa, el costo
diario combinado de estas operaciones fue de 309 millones. Estados Unidos ha
reducido su presencia en Afganistán a 9800 soldados activos, y en Irak a 3550,
además de resistirse a los llamados a desplegar un número importante de
soldados en tierra en Siria, enviando solamente a 300 elementos de fuerzas
especiales para trabajar con las fuerzas locales.
Sin embargo, la llamada Guerra contra el Terrorismo se
expande en otras formas, de acuerdo con Neta Crawford, catedrática de ciencias
políticas de la Universidad de Boston, quien realizó un estudio sobre los
costos de las guerras en Irak y Afganistán. El ejército estadounidense combate
a más grupos militantes en más países que nunca. Así como el gobierno de Bush
persiguió a la violencia extremista hasta Filipinas, Indonesia, Uzbekistán y
Pakistán, el presidente Barack Obama ha ampliado el combate a Libia, Siria y el
este de África, obteniendo resultados mixtos. “[La guerra está] volviéndose más
grande y más difusa geográficamente y en cuanto al número de actores que
participan en ella”, afirma.
Además, dice, los cálculos iniciales del costo realizados
por el pentágono son sólo una fracción de lo que costará derrotar al Estado
Islámico y hacer frente a las consecuencias del conflicto. En relación con los
costos, “es como un iceberg,” señala Crawford, porque los cálculos tempranos
generalmente no toman en cuenta los costos a largo plazo, como la atención
sanitaria y las pensiones para los veteranos, o la ayuda al extranjero después
de las acciones militares. Estos costos para Irak y Afganistán sumaran más de
4.4 billones de dólares, afirma.
Es posible que bombardear al Estado Islámico resulte
“barato” ahora, pero los costos difícilmente se han tomado en cuenta en su
totalidad.
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Publicado en cooperación con Newsweek / Published in
cooperation with Newsweek
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Fuentes: Pentágono, Proyecto del Costo de la Guerra del
Instituto Watson de Asuntos Internacionales y Públicos.