Las grandes potencias internacionales y los países vecinos de Libia decidieron este lunes apoyar los esfuerzos de armamento del gobierno de unidad nacional libio, que intenta asentar su autoridad en este país lastrado por las divisiones políticas y la amenaza yihadista.
Las 25 delegaciones nacionales o de uniones regionales reunidas en Viena anunciaron, en esta línea, que “apoyarán por completo los esfuerzos” del nuevo ejecutivo libio, que pedirá el levantamiento del embargo a la venta de armas a Libia en vigor desde 2011.
Los participantes en el encuentro, presidido por el canciller italiano Paolo Gentiloni y su homólogo estadounidense John Kerry, también mostraron su disposición a “responder a las peticiones del gobierno libio con el objetivo de entrenar y equipar a la guardia presidencial y las fuerzas autorizadas”, luego de que la comunidad internacional apoyará la solicitud de Trípoli para “eximir” al país del embargo impuesto por Naciones Unidas para “poder adquirir las armas y las balas necesarias para combatir Dáesh, un grupo de Estado Islámico, y otras organizaciones terroristas”, declaró Kerry durante una rueda de prensa.
Rusia, Arabia Saudita, China, Egipto, Túnez, Francia, Reino Unido, Alemania e Italia firmaron este acuerdo adoptado al término de una reunión de menos de dos horas en Viena, con lo que se estaría terminando el embargo que Naciones Unidas impuso a la venta de armas a Libia al inicio de la revuelta contra el régimen de Muamar Gadafi en 2011, mismo que ha sido violado en varias ocasiones.