Llegará
un día en que se podrán hacer predicciones más precisas para determinar cuándo
y cuán agresivas serán las tormentas geomagnéticas, pero mientras, la NASA ha
empezado a observar el movimiento de los electrones de los campos magnéticos de
la Tierra y el Sol.
Cuando
el campo magnético de la Tierra interacciona con el del Sol, las líneas de
fuerza se rompen y se reconectan dando como resultado una explosión que libera
energía, protones y electrones. A este fenómeno se le conoce como reconexión
magnética y es responsable de las auroras boreales y de las tormentas
geomagnéticas que interrumpen las comunicaciones con los satélites.
“Imagina
dos trenes que se acercan por vías separadas hasta que, en el último minuto,
pasan a circular por la misma. Cada vía representa una línea de fuerza los campos
magnéticos que interaccionan, mientras que el cambio de vías es el evento de
reconexión”, ejemplifica James Drake, profesor de física de la Universidad de
Maryland.
En
marzo de 2015, la agencia espacial estadounidense lanzó cuatro naves espaciales
idénticas que forman parte la misión Sistema Multiescala Magnetosférico (MMS) y
que vuelan en formación de pirámide cerca de la frontera donde el campo de la
Tierra colisiona con el del Sol.
Después
de 4000 viajes, las naves atravesaron una reconexión magnética el 16 de octubre
de 2015. La información obtenida, de acuerdo con Jonathan Eastwood, del
Blackett Laboratory del Imperial College, la información obtenida con la misión
MMS podrá usarse para mejorar los modelos informáticos sobre meteorología del
espacio y para conocer cómo se desencadenan y cómo evolucionan las tormentas
geomagnéticas.
Además,
los resultados de la misión contribuirán al entendimiento del comportamiento de
los plasmas magnetizados, incluyendo los que están presentes en los reactores de fusión, la
atmósfera solar y la magnetosfera terrestre.