En una
nota publicada por el portal de noticias Sinembargo.com se informa que el estudio
“Pobreza y derechos sociales de niños, niñas y adolescentes en México 2014”, realizado por el Fondo de las Naciones Unidas
para la Infancia (Unicef) y el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de
Desarrollo Social (Coneval) revela que México invierte en la atención de la
niñez de entre 0 a 5 años el 0.8 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB),
una cantidad inferior a la de economías más pequeñas como Honduras, Costa Rica,
Argentina y Guatemala.
Aunado
a ello, el gasto per cápita en desarrollo humano es inferior en la primera
infancia que en el resto de los menores de 18 años. Países como Honduras,
Costa Rica y Argentina destinaron a este rubro 1 por ciento del PIB en 2014
(1.6, 1.5 y 1.3 por ciento, respectivamente).
Es decir, México destina menos gasto público para elevar el
Índice de Desarrollo Humano de la niñez – aquel que mide salud, educación e
ingreso– mientras que en otros rubros, como en el gasto en obra pública se
registró un aumento entre 2009 y 2014 (de 658 mil 200 a 820 mil millones de
pesos), según cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi),
sin que ello se tradujera en un mayor valor de la inversión (866 300 a 691 800
millones de pesos).
El estudio de la Unicef y el Coneval determinó que en México, de
las 40 millones de personas que tienen menos de 18 años más de la mitad viven
en pobreza.
Los organismos revelaron que 53.9 por
ciento de estos menores viven en pobreza, es decir 21.4 millones de niños
carecen de las condiciones mínimas para garantizar educación, acceso a la
salud, a seguridad social, vivienda de calidad, servicios básicos y
alimentación.
De esa cantidad 4.6 millones estaban en la
pobreza extrema, pues estos menores no tienen acceso a la alimentación
suficiente para garantizar los nutrientes esenciales.
En 2014 el 62. 6 por ciento de los niños y
adolescentes carecían de acceso a seguridad social; 27.6 por ciento a la
alimentación; 24.8 por ciento a servicios básicos de vivienda; 16.7 por ciento
a calidad de espacio de vivienda; 16.2 por ciento a servicios de salud y 8 por
ciento con rezago educativo. El reporte indica que a pesar de que existen
avances, pues la pobreza extrema entre personas de 0 a 17 años se redujo de 14
a 11.5 por ciento entre 2010 y 2014, no será posible observar una mayor
reducción si no se mejora el ingreso de los hogares donde habitan los menores.
Isabel Crowley, representante de la UNICEF en México dijo que:
“La pobreza en la infancia requiere atención inmediata para evitar que se
reproduzca en la siguiente generación y se vuelva permanente”.
La UNICEF, indicó, está preocupada porque
la incidencia de pobreza y pobreza extrema es mayor en niños menores de cinco
años.
Gonzalo Hernández Licona, Secretario ejecutivo del Coneval, dijo
que la pobreza en la infancia no ha cambiado entre 2010 y 2014.
La pobreza aumenta en las comunidades
rurales y en población indígena, aumenta más.
Una de
las cifras más dramáticas del informe indica que 90.8 por ciento de los niños y
adolescentes que hablan una lengua indígena, están en pobreza: “Es un claro
indicador de las enormes desventajas que enfrenta la población indígena en las
primeras etapas de la vida. Las privaciones de la población indígena, sin
embargo, son mucho más profundas, pues mientras 8.5 por ciento de la población
menor de 18 años no indígena se encontraba en pobreza extrema, 35.1 por ciento
de la población de 0 a 17 años en hogares indígenas, y 54 por ciento de las
personas que hablan una lengua indígena se encontraban en esa situación”, dice
el análisis.