Durante una
escala de campaña en Purchase, Nueva York, la organizadora Greenpeace Eva
Resnick-Day llamó la atención de Clinton en la línea de entrada y dijo:
“Gracias por combatir el cambio climático. ¿Actuará según lo que dice y en
delante, rechazará el dinero de combustibles fósiles para su campaña?” la sonrisa de Clinton se borró, su voz
de agudizó y replicó, cortante: “No tengo…. Tengo dinero de personas que
trabajan para compañías de combustibles fósiles”. Apuntando un dedo hacia
Resnick-Day, agrega: “Estoy harta, harta de que la campaña Sanders disemine
mentiras sobre mí. Estoy harta de eso”.
Aunque la
campaña Sanders está usando el tema para hacer contrastes con Clinton, los
cuestionamientos sobre los fondos de combustibles fósiles para la candidata
provienen, en realidad, de organizaciones verdes de las bases. Una coalición de
20 grupos progresistas y ambientalistas, incluidos Greenpeace, 350.org, y
Friends of the Earth, ha estado presionando a los candidatos presidenciales
para que se comprometan a no reunir fondos de “intereses de combustibles
fósiles”. Bernie Sanders ya hizo la promesa, así que los activistas la han
emprendido contra Clinton.
Justo un día
antes de su confrontación pública en la línea de entrada, Clinton fue recibida
por manifestantes que la aturdieron con el mismo mensaje en la calle, antes de
una función para reunir fondos en Manhattan (el costo de la aportación era de 2 700
dólares por cabeza). Greenpeace acarreó unos 40 activistas que resistieron el
gélido clima cerca del Dakota, emblemático edificio de Central Park West, donde
viviera John Lennon, y que ahora es hogar de la mujer que organizó la
recaudación del miércoles por la noche, Ruth Porat, ex CFO de Morgan Stanley y
actual CFO de Alphabet, compañía madre de Google. La ubicación dio crédito al
mensaje “pueblo vs. establishment adinerado” que estaban
promoviendo los activistas.
Clinton ignoró a
la multitud al entrar en el edificio, y no hizo más que saludar de lejos cuando
se marchó. La policía bloqueó la acera
frente al Dakota y encerró a los activistas en una barricada al otro lado de la
calle. Allí, aguardaron pacientemente con pancartas que llevaban eslóganes como
“Democracia: No $e vende” y “No puedo pagar tu tiempo, pero puedes pagar
nuestro compromiso”. La lona más grande decía: “Hillary, ¿quieres salir y
hablar con la gente por quien estás peleando?”. Corearon frases como “Hill-a-ry
toma la promesa”, “Somos el 99 por ciento”, y “No lo sé, pero me dicen que tu
campaña se vendió”. Un manifestante llevaba puesta una máscara de Hillary
Clinton y un body suit cubierto con
dólares.
Después que
Greenpeace publicó el vídeo del enfrentamiento en la línea de entrada, el
jueves, la campaña Clinton emitió una declaración diciendo que la candidata “no
ha aceptado un dólar de la industria del petróleo y gas, PACs o corporaciones”.
Es verdad, no ha aceptado dinero de las propias compañías. No obstante, según
ella misma ha dicho, ha recibido dinero de individuos que trabajan para
empresas que producen combustibles fósiles. Hasta la declaración financiera más
reciente, la campaña Clinton había recibido 309,107 dólares en donativos de
empleados de compañías de petróleo y gas.
Y según datos de
Center for Responsive Politics, Sanders también ha aceptado dinero de empleados
individuales del sector del petróleo y gas, aunque tal vez no tanto: hasta
ahora, 53 760 dólares. “Estamos revisando para ver si esos 50 mil llegaron
después que firmó el compromiso y de ser así, seguramente vamos a
desenmascararlo”, escribió la vocera de Greenpeace, Molly Dorozenski, en
respuesta a una pregunta de Grist. La
campaña Sanders no respondió de inmediato a una petición de comentarios sobre
si la suma quebranta la promesa del candidato de no recibir donativos de
combustibles fósiles.
Los empleados de
compañías de combustibles fósiles no son los únicos integrantes de la industria
que contribuyen a la campaña Clinton. Varios cabilderos que han representado
compañías están recabando fondos para su campaña. Greenpeace ha rastreado
donaciones de “bundlers” que actúan como mega recaudadores para
Clinton, y halló que 1’259 280 dólares habían sido acumulados o donados por
personas actualmente registradas como cabilderos de la industria de
combustibles fósiles (Greenpeace también encontró que “grandes donadores
conectados con la industria de combustibles fósiles” han contribuido 3 250 000
dólares a la súper PAC principal de Clinton, pero la campaña de la candidata
tiene prohibido, legalmente, coordinarse con súper PACS, de modo que es algo
que no puede controlar).
Aunque
Greenpeace exagera la cantidad que Clinton ha recibido de empleados y
cabilderos de la industria de combustibles fósiles, Dorozenski arguye que
Clinton puede darse el lujo de prescindir de esos donativos. “No es una
cantidad tan grande; no necesita ese dinero”, dijo Dorozenski el miércoles. Si
tomara la promesa del grupo y renunciara al dinero de los cabilderos de la
industria de combustibles fósiles, “sería una medida muy inteligente para
llegar a las personas que están votando por Bernie”, señala.
En esencia,
Greenpeace considera que si Clinton rechaza las donaciones vinculadas con
combustibles fósiles, eso se tomaría como una especie de anticipo para sus
promesas de combatir el cambio climático y emprender una transición a la energía
limpia. El grupo lo interpretaría como prueba de que está dispuesta a enfrentar
a las compañías de combustibles fósiles que, inevitablemente, resistirán toda
acción climática, como siempre han hecho. “En su discurso [de Purchase], habló
de trascender los combustibles fósiles e invertir en una revolución de energía
limpia”, dijo Resnick-Day a Grist, el
jueves por la noche. “Su retórica de adoptar la energía limpia y combatir el
cambio climático es sólida, en términos generales. Quiero asegurarme de que sus
palabra se acompañen de acciones cuando tome el cargo. Y eso inicia rechazando
el dinero de los combustibles fósiles”.
Clinton ha insistido
en que no importa si los intereses poderosos, como los banqueros de Wall
Street, donan a sus campaña, porque no está formulando políticas para su
beneficio. Los manifestantes reunidos el miércoles frente al Dakota
respondieron a ese argumento señalando que quienes donan generosamente tienen
una línea de comunicación directa con Clinton, mientras que el resto de los
estadounidenses permanecen incomunicados; una afirmación difícil de refutar
cuando, justo en ese momento, Clinton estaba reuniéndose con un grupo de
grandes donadores.
Los defensores
climáticos quieren que Clinton respalde el fin de la extracción de combustibles
fósiles en tierras públicas y elimine el “tecnicismo Halliburton”, que exenta
al fracking de algunas regulaciones ambientales, como hizo Sanders. Como esas
dos políticas incidirían en las utilidades de las compañías de combustibles
fósiles, los activistas temen que Clinton esté poco dispuesta a adoptar esas
posturas si acepta dinero de gente afiliada con dichas compañías. La gente “no
estaría donando si no supiera que obtendrá algo a cambio”, puntualiza
Resnick-Day.
Resnick-Day ha
estado acosando a Clinton en el camino de campaña por todo el noreste. Es una
labor difícil y a menudo, ingrata, dijo a Grist
el miércoles, el día antes de enfurecer visiblemente a la candidata. “Tienes
que presentarte muy temprano y esperar cinco o seis horas”, explicó, porque
para estar en primera fila en la línea de entrara, necesitas ser uno de los
primeros en llegar. Y aunque lo consigas, muchas veces ni siquiera recibes una
respuesta. “Las últimas veces, simplemente pasa de largo”, dice Resnick-Day.
“Me parece que está cansada de la pregunta sobre la industria de los
combustibles fósiles”.
De hecho, es
obvio que lo está. Como dijo Resnick-Day a Grist,
el jueves: “Hubo un mucho más largo que este, con docenas y docenas de personas,
muchas organizaciones, presentándonos al mismo tiempo en los eventos de Hillary
para recaudar fondos, sus mítines y debates, planteando el tema del dinero de
combustibles fósiles y tratando de obligarla a dar una respuesta sobre el
asunto del compromiso. Le hemos hecho esta pregunta docenas de veces, y jamás obtuvimos
una respuesta, hasta ahora. Este fue, casualmente, el punto de inflexión que
captamos en vídeo”.
A veces, el
activismo eficaz necesita ser irritantemente poderoso. Es así como sabes que
tiene impacto.
Este artículo fue publicado originalmente en Grist y se reproduce aquí como porte de la colaboración Climate Desk.
Publicado en colaboración con Newsweek / Published in colaboration with Newsweek