Napoleón
Bonaparte, general, emperador de Francia y conquistador de Europa, tuvo una
vida inquietante llena de grandes y terribles momentos.
No
era francés. Napoleón nació en la isla de Córcega, su nombre real era Nabolione
du Buonaparte, y hablaba corso, lengua que deriva del italiano. Tuvo dos
esposas, una de ellas fue Josefina de Beauharnais, viuda de un militar francés,
quien tenía dos hijos y era mayor que él.
El 12
de abril de 1814, después de ser encarcelado por primera vez, Napoleón intentó
suicidarse con veneno que había conseguido en Moscú. En lugar de matarlo, el
veneno le produjo un hipo tan violento que lo hizo vomitar antes de que la
sustancia hiciera efecto.
Después
de cada batalla en la que su ejército salía vencedor, abría una botella de
champaña con su sable. Esta técnica posteriormente llamada sabrage, es
famosa en Francia.
Una
de sus pasiones fueron los largos baños; durante su exilio en Santa Elena
tomaba al menos tres baños diarios de varias horas. En este sitio cultivó un
jardín de flores y se dice que cuando algún animal invadía el espacio, lo
mataba.
Napoleón estaba obsesionado con su físico y
era un estratega brillante; pasaba días enteros sin dormir analizando mapas y
leyendo informes. Su muerte ha sido motivo de controversia, se dice que fue
asesinado con arsénico u otro veneno en la isla del exilio.