Por primera vez en la
historia, un pequeño grupo de republicanos y demócratas del Cámara de
Representantes se reunirá la mañana del miércoles en Washington, D.C. para
hablar del cambio climático, y lo harán como miembros de la flamante Cámara
Bipartidista de Soluciones Climáticas. Es un momento insigne, porque clima siempre ha sido la “palabra C” de
la política republicana.
Dicha cámara, encabezada por
dos congresistas de Florida, Ted Deutch y Carlos Curbelo, cuenta con 10
miembros. El miércoles, tendrán una audiencia con un representante de la
multinacional noruega de petróleo y gas, Statoil, quien explicará porqué la
compañía está a favor de imponer precios al carbono como un medio para mitigar
el cambio climático, y también con el ministro neozelandés para asuntos pertinentes
al cambio climático.
Curbelo, nuevo integrante de
la Cámara de Representantes, es el primer republicano del Congreso que adopta
un papel de liderazgo reconociendo que el cambio climático es un problema
causado por el hombre. Su esperanza es que la reunión sea un “primer paso” para
crear propuestas que respondan al desafío del cambio climático. “Por primera
vez, al menos en mucho tiempo, esto convierte al cambio climático un tema
bipartidista oficial, unificando criterios en la Cámara”, dijo Curbelo a Newsweek. “Para muchos, la retórica ha
sido muy negativa y ha impedido que la gente de ambos bandos coincida. Tenemos
mucho camino por andar, pero la finalidad última del bipartidismo es una buena
política, no solo una buena comunicación”.
Curbelo es parte de un
pequeño grupo de legisladores y líderes locales de Miami que han estado cada
vez más preocupados por los efectos del cambio climático provocado por el
hombre, conforme los crecientes niveles del mar han inundado el área de South
Florida con mayor regularidad. Curbelo señala que decidió tomar medidas después
de una reunión con la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica, la cual
ha estado desarrollando predicciones climáticas en el sentido de que ciudades
costeras como Miami y Nueva York serán inundadas por el mar hacia fines del
presente siglo. “Vi los datos”, asegura Curbelo. “Creo que la solución es un
enfoque doble: tenemos que reducir la influencia humana en el ambiente, y
debemos construir la infraestructura para prepararnos para los crecientes
niveles del mar”.
En las últimas décadas, las
legislaciones sobre cambio climático han causado profundos conflictos
bipartidistas. Los demócratas han presentado propuestas que los republicanos
derrotaron o se negaron a considerar, y la mayoría de los funcionarios republicanos
electos de Washington y otras partes han negado, oficialmente, que exista el
problema. La última vez que el Congreso consideró una legislación significativa
sobre el cambio climático fue en 2009, cuando los representantes Henry Waxman,
demócrata de California, y Ed Markey, demócrata de Massachusetts, propusieron
la Ley Estadounidense de Energía Limpia y Seguridad. Dicha legislación marcó la
primera ocasión que el Congreso consideró un proyecto dirigido a contener las
emisiones relacionadas con el cambio climático, sobre todo el dióxido de
carbono, y habría puesto un límite a la cantidad de gases de invernadero
permitidos en todo el país. Las compañías reguladas habrían podido comerciar
con asignaciones de emisiones, de allí el apodo “comercio de derechos de
emisión” (cap and trade) que recibió
la legislación. Las naciones industrializadas de Europa ya han implementado un
sistema parecido. Pero la ley fue desechada en la Cámara de Representantes, y
el Senado jamás llegó a considerarla.
Los activistas del cambio
climático celebraron la Ley de Energía Limpia que presentó el presidente Barack
Obama en 2015, la cual limitaba la cantidad de gases de invernadero que pueden
emitir las plantas eléctricas –los principales contribuyentes al carbono de la
atmósfera-, y proponía reducir los niveles totales de carbono en 32 por ciento
para 2030. Sin embargo, los opositores desafiaron de inmediato el proyecto en
las cortes, y a principios de este año, la Suprema Corte impidió que el
gobierno lo implementara hasta que una cámara baja emitiera su dictamen.
El cambio climático casi
nunca se ha tocado en los debates de las primarias presidenciales
republicanas. Los principales contendientes GOP –Donald Trump y el senador Ted
Cruz- lo han descartado abiertamente o han dicho que no creen en él. Pero desde
hace años, los científicos han estado haciendo ominosas predicciones sobre los
efectos de las temperaturas mundiales récord, y de la fusión de las capas de
hielo de Groenlandia y el Antártico en los niveles del mar.
Jay Butera, cabildero de
Citizens’ Climate Lobby, organización que promueve la acción contra el cambio
climático, ha intentado involucrar a los legisladores republicanos en el
problema del clima desde hace años. Celebra la creación de la Cámara
Bipartidista de Soluciones Climáticas como una señal esperanzadora de que, tal
vez, el Congreso partidista y congelado de los últimos años empiece a
descongelarse junto con los casquetes polares. “Ahora que los dos partidos se
han sentado a la mesa, tenemos una mejor posibilidad de resolver este desafío”,
dice Butera. “También espero que veamos los efectos derivados de esta cámara en
otros aspectos del Congreso. Si conseguimos que republicanos y demócratas se
sienten a la misma mesa para trabajar de de manera productiva en esto, ¿quién
sabe qué podríamos lograr para romper otras obstrucciones en el Congreso?”.
Publicado en colaboración con Newsweek / Published in colaboration with Newsweek.