Aludiendo a que desde que Francisco I llegó a México los
medios han sido insistentes sobre el tema, Federico Lombardi, vocero del
Vaticano, criticó el intento de “presionar” al Papa para que se reúna con los
padres de los 43 estudiantes desaparecidos de la Normal de Ayotzinapa.
Fue durante una conferencia de prensa en San Cristóbal de
las Casas que el también jesuita apuntó que “es un poco extraño que presione al
Papa sobre lo que tiene que hacer. El Papa habla con todos con gran compresión
y cercanía, con todos los que sufren violencia; él tiene en su corazón a cada
uno de ellos, es consciente de la tragedia de los 43 y de muchas tragedias de
otras personas que sufren”.
Desde hace varias semanas un encuentro entre los padres y
el Pontífice ha sido gestionado por medio delCentro
de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez, que depende de la Compañía de
Jesús a la que pertenece tanto el Papa como su vocero. Sin embargo, Lombardi ha
aseverado que el Papa no hace diferencia entre las víctimas por lo que no dará
prioridad a “unos sobre otros” y recalcó lo “denso” de la agenda del Obispo deRoma.
En la misa de ciudad Juárez, según el vocero, son
bienvenidas todas las víctimas y el Pontífice está dispuesto a ser cercano con
ellas.
Los familiares de los desaparecidos han rechazado, según
algunas versiones, asistir a la misa en Ciudad Juárez a la que se les había
invitado y para la cual solo contaban con tres lugares en primera fila.
Los intentos para que
el Papa hable del tema
El 63.7% de la población mexicana consideraba que el que
el Papa se reuniera con los padres de Ayotzinapa era algo que debía hacer, pues
ellos representan el sufrimiento de las víctimas de violencia en el país, de
acuerdo a una encuesta del gabinete de Comunicación Estratégica.
La Compañía de Jesús y algunas otras organizaciones de
familiares de los desaparecidos han solicitado formalmente tener una audiencia
con Francisco I para narrarle sus experiencias.
Según la revista Procesoestos
esfuerzos han sido encontrados con maniobras gubernamentales para impedirlos,
por las repercusiones a la imagen del gobierno mexicano.
El obispo de la región de Chilpancingo-Chilapa, diócesis
en la que se encuentra Ayotzinapa, realizó intento para que el Pontífice
acudiera a Iguala y tuviera una reunión con los familiares de desaparecidos de
todo el país.
“Tengo un deseo muy personal
de que el Papa vaya a Iguala para darnos ahí un mensaje de paz y
reconciliación. Sería muy bueno para las víctimas de la violencia de todo el
país. La tierra de Guerrero –bronca y violenta– en estos momentos está
sufriendo mucho. Podría ser una visita muy breve, una especie de escala en sus
trayectos.
“Me han dicho que el
itinerario del Papa ya está marcado, pero de cualquier manera yo voy a
consultar y ver qué posibilidades hay de una visita a Guerrero. Hay que
realizar gestiones. Como obispo, daría de brincos por que el santo padre nos
visitara,” comentó a Proceso en
noviembre pasado.
Con información de La Jornada
y Proceso