Nuevo León.— Un motín en el penal de Topo Chico, en el poniente de Monterrey, dejó al menos 49 reos muertos y más de diez heridos el pasado 11 de febrero. Cientos de familiares de los presos acudieron a las instalaciones para exigir información a las autoridades. En el interior de la cárcel se formó una “batalla campal” cuando internos se enfrentaron con palos y navajas e incendiaron bodegas durante una disputa entre líderes de dos grupos delictivos rivales. El motín se desató cerca de la medianoche del miércoles 10 y fue controlado una hora y media más tarde. Decenas de familiares se apostaron a las puertas del penal y bloquearon el acceso a la cárcel. Muchos gritaban pidiendo información sobre los reos y, desesperados, lanzaban piedras. La batalla en el penal se desató por una disputa entre los grupos liderados por Jorge Iván Hernández Cantú, alias el Credo, y Juan Pedro Zaldívar Farías, alias el Z-27, explicó el gobernador de Nuevo León, Jaime Rodríguez, y añadió que ambos son miembros del sanguinario grupo criminal Los Zetas. El Z-27 llegó a esa cárcel hace dos meses procedente de una prisión de Tamaulipas, y aparentemente quiso quitar el control del penal de Topo Chico al Credo.
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