Tres mujeres, una de aproximadamente cuarenta años y otras dos que no rebasan los treinta, caminan apresuradas, sobre la avenida Independencia, en dirección apuesta a la que circulan la mayoría de las personas que quieren llegar a la misa que ya oficia Francisco en la explanada El Caracol, en la Unidad de Estudios Superiores de Ecatepec, en el Estado de México.
–Apenas comienza la misa, y ustedes ya se van –les comenta el reportero.
–Sí, sí, sí –responde la mujer de mayor edad–. Nosotros sólo venimos a hacer valla. Ya cumplimos. Ya nos vamos.
–¿A dónde se van?
–Pues aquí mismo, en Ecatepec, pero lejos, lejos.
Un minuto más tarde, dos hombres informan que ellos también asistieron “a hacer valla. Y como vivimos lejos, ya mejor nos retiramos, porque al rato van a salir todos y será más difícil”.
–¿Por qué se van? ¿Quién los invitó?
–Pues venimos como voluntarios, nos convocaron, pero ya cumplimos.
Sobre esta avenida abundan el comercio de banderillas, playeras, gorras, platos, pulseras, vasos y tazas con la imagen de Francisco y leyendas que le dan la bienvenida, a diferencia del día de ayer, en los alrededores de la Basílica de Guadalupe, donde sí, comerciantes ofrecían este tipo de productos, pero en un número evidentemente menor.
También hay una variedad de oferta de alimentos. El lunch, que incluye, agua, sándwich y refresco, tiene un precio de veinte pesos. Alguien ofrece siete tacos de canasta por diez pesos.
FOTO: ANTONIO CRUZ/NW NOTICIAS
Otras decenas de personas caminan también en dirección opuesta al acto religioso. Todas ellas tienen algo en común: portan una camisa blanca con la imagen del papa y dieciocho letras en la parte posterior que dicen: “Diócesis de Ecatepec”.
–¿Ustedes también ya se van? Supongo que ya terminó la misa.
–No, la misa y la gente ahí están -responde una mujer mayor- pero nosotros ya nos vamos porque cumplimos con la valla.
La misma frase, “ya cumplimos”, se repite.
Decenas de policías vigilan, la cifra oficial indica que unos 20 mil resguardan el evento. Algunos de ellos están aquí desde el viernes.
–Sí, bueno, pues aquí hemos estado –comenta uno de ellos.
–¿Cuál ha sido su alimento?
–Pues algo hemos comido, lo más fuerte es el frío, pero ahorita ya hace calor.
Mientras tanto, Francisco imparte misa en la explanada El Caracol, en la colonia Las Américas, en Ecatepec, el municipio más poblado del país y el que concentra el mayor número de personas en pobreza en el Estado de México, según cifras oficiales: 723 mil 759 personas –casi la mitad de su población–, y donde 107 mil 23 viven en pobreza extrema.
El papa está aquí, el lugar que gobierna el priista Eruviel Ávila, donde también existe una alerta de género y es catalogado por algunas organizaciones civiles como “el peor lugar para ser mujer”: de acuerdo con el dato oficial, 168 mujeres han sido asesinadas en los últimos tres años en el municipio.
La pregunta que los medios de comunicación lanzaron fue si Francisco tocaría el tema. No lo hará.
El papa pide a los mexicanos “apoyar las iniciativas que hagan de México un lugar de oportunidades para que la migración en búsqueda de una vida mejor no sea necesaria”.
–Quiero invitarlos nuevamente hoy a estar en primera línea –indicó desde el templete donde ofició misa–, a primerear en todas las iniciativas que ayuden a hacer de esta bendita tierra mexicana, una tierra de oportunidad. Donde no haya necesidad de emigrar para soñar, donde no hay necesidad de ser explotado para trabajar, donde no haya necesidad de hacer de la desesperación y la pobreza de muchos el oportunismo de pocos.
“Una tierra –continuó– que no tenga que llorar a hombres y mujeres, a jóvenes y niños que terminan destruidos en las manos de los traficantes de la muerte”.
Miles de asistentes –algunos datos hablan de 250 mil personas, otros afirman que el número asciende a 400 mil-– escuchan sus palabras. Guardan silencio, atentos, para que valgan la pena las 17 horas que esperaron, en algunos casos, en casas de campaña, cubiertos por alguna cobija, para presenciar el evento.
FOTO: ANTONIO CRUZ/NW NOTICIAS
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Las puertas del Mexibús en la estación Vocacional 3 se abren y los policías indican que el transporte ya no avanzará más. Así es que a partir de este momento uno debe caminar aproximadamente dos y medio kilómetros para presenciar la misa que oficiará Francisco en la explanada El Caracol.
La temperatura se eleva poco a poco. En la madrugada y durante las primeras horas de la mañana, las personas tiritaban ante el fuerte frío. Pero éste ese esfuma y quienes caminan en dirección al evento papal se despojan de chamarras y sudaderas. El calor aumenta.
Un kilómetro más delante, un niño pregunta:
–¿Ya vamos a llegar? Está lejos, ¿dónde es?
–No lo sé, vamos a seguir a la gente –le responde una joven mujer.
Durante el largo recorrido, se observa un espectacular de fondo morado y letras blancas: “Papa Francisco, gracias por colmar de alegría a Ecatepec”.
Otro, informa: “Si vas a acompañar al papa, el gobierno del Estado de México está para apoyarte”.
Los comerciantes comienzan a ofrecer sus productos, banderillas con la imagen de Francisco, principalmente.
Otras personas, en menor cantidad, caminan en dirección opuesta.
–Ya lo vimos pasar, ya nos vamos –dice una mujer con evidente alegría.
Conforme uno camina el número de comerciantes crece. Aparece la primera pantalla con la imagen de Francisco celebrando la misa. Decenas escuchan atentos el momento en que dice: “Hermanos, metámoslo en la cabeza. ¡Con el demonio no se dialoga!”.
Algunos pasos más adelante comienza el camino de graba y se lee otra leyenda:
“Francisco, gracias por iluminar nuestro Ecatepec”. Firma la Conferencia del Episcopado Mexicano.
Una fila de personas se observa unos metros después. Esperan su turno para recibir una galleta. Algunos voluntarios distribuyen agua en bolsas.
El polvo se levanta pero eso no le preocupa a los asistentes, caminan apresurados para escuchar y ver un poco más de cerca a Francisco, pero saben que poco lograrán porque tendrían que haber llegado hace más de 15 horas para obtener un buen lugar.
Otra pantalla muestra el rostro del papa. Su voz se escucha:
–El evangelio Jesús no le contesta al demonio con ninguna palabra propia sino que le contesta con las palabra de dios con las palabra de la escritura.
En la explanada personas de edades diversas atienden, de rodillas sobre la grava, la misa. Niños intentan cubrir sus rostros del Sol con algún objeto, con lo que sea, ya quema. A otros, la situación de inmenso calor no les preocupa, escuchan atentos.
–¿Hasta dónde nos hemos habituado a un estilo de vida que piensa que en la riqueza, en la vanidad y en el orgullo está la fuente y la fuerza de la vida? –interroga Francisco desde el amplio templete, cubierto por una enorme lona metalizada y rodeado de jerarcas católicos.
Y aunque Francisco se refiere a los “traficantes de la muerte” durante su discurso, no abunda en los feminicidios en el entidad, donde la situación es alarmante, tanto, que a mediados del año pasado, el 28 de julio, la Secretaría de Gobernación emitió, por primera vez, una alerta de género en los municipios de Ecatepec, Nezahualcóyotl, Tlalnepantla, Toluca, Chimalhuacán, Naucalpan, Tultitlán, Ixtapaluca, Valle de Chalco, Cuautitlán Izcalli y Chalco.
El Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio ya ha denunciado en varias ocasiones que en el Estado de México son desaparecidas hasta dos mujeres al día por los criminales y bandas organizadas dedicadas a la trata de personas, con focos rojos en, precisamente, Ecatepec, y también en Chimalhuacán y Chalco.
El Observatorio Nacional Ciudadano reportó recientemente que las cifras preliminares indican que durante 2014 se iniciaron 489 averiguaciones previas por feminicidios en el país. La entidad que ocupa el segundo lugar de alerta es el Estado de México.
Las cifras, la insistencia de los activistas y organizaciones sociales en atender el tema no bastan. La misa concluirá y Francisco no se pronunciará al respecto.
Hace unas horas, cuando Francisco llegó a la Unidad de Estudios Superiores, el obispo de la diócesis de Ecatepec,Óscar Roberto Domínguez Couttolenc, le dio la bienvenida y le informó que la pobreza, violencia y corrupción son algunos de “los problemas que enfrenta Ecatepec”. Él tampoco mencionó los asesinatos de mujeres.