MIENTRAS IRÁN celebra el levantamiento de las sanciones y redobla esfuerzos
en su producción petrolera, el mayor ganador podría ser China, el nuevo mejor
amigo de Irán. El presidente chino Xi Jinping visitó Teherán en enero, se reunió
con el presidente iraní Hassan Rouhani y firmaron un pacto de cooperación
económica, política y militar por 25 años. Los dos líderes anunciaron la firma
de 17 tratos, incluidos acuerdos en extracción petrolera, energía nuclear y un
enorme proyecto de infraestructura que une a China con el Mediterráneo, conocido
como Un Cinturón, Un Camino. Rouhani pronosticó que los acuerdos
impulsarán diez veces el comercio bilateral a 600 000 millones anuales en la
próxima década.
ñías chinas de energía, por ello es que el presidente Xi Jinping hizo una visita
súbita a Teherán”, dice Jean-Christophe Iseux, Barón von Pfetten, un alto asesor
francés del gobierno chino (él convocó una serie de reuniones extraoficiales
entre altos funcionarios iraníes, chinos e israelíes en la víspera del gran acuerdo
de Viena en julio, donde Irán aceptó suspender su programa nuclear a cambio
del levantamiento de las sanciones). “El acuerdo [nuclear] no hubiera sido
posible sin la participación activa del único amigo extranjero confiable de Irán,
China”, dice Von Pfetten.
desde 2009. Durante el último periodo de sanciones (muy draconianas), China
ayudó a mantener a Teherán a flote al comprar su petróleo, usando bancos
iraníes de una manera que técnicamente no violara las sanciones. China también
invirtió fuertemente en caminos, fábricas e infraestructuras iraníes por
entonces. Los proyectos chinos de alto nivel incluyen el túnel Niayesh de cinco
kilómetros en Teherán, uno de los más largos del mundo, y el sistema de metro
de la ciudad diseñado por chinos. Los dos países también han hallado un terreno común en su oposición a las intervenciones de Estados
Unidos en Irak y Afganistán.
armas nucleares allá en la década de 1980 al construir una
planta de enriquecimiento de hexafluoruro de uranio cerca de
la ciudad de Isfahán. Los complejos militares industriales de
los dos países han sido cercanos desde entonces, y una fuente
que ha trabajado con los militares chinos en sus relaciones
internacionales confirma que también se firmaron esta semana
protocolos militares secretos.
en noviembre pasado, el jefe de la fuerza aérea china, general
Ma Xiaotian, visitó a su par iraní, Hassan Shah Safi,
y prometió que la cooperación entre los dos “puede subir
otro nivel”. En octubre pasado, buques de guerra chinosatracaron en el puerto Bandar Abbas de Irán por primera
vez para participar en un ejercicio naval conjunto en el golfo
Pérsico. Irán ya despliega toda la gama de los llamados recursos
antiacceso-negación de área (o A2/AD) comprados
a China, incluidos misiles tácticos balísticos y antibuques
HY-2 Silkworm, minas antibuques y botes de ataque rápido
Houdong. En febrero de 2015, los Cuerpos de la Guardia
Revolucionaria iraníes pusieron en acción este equipo en un
simulacro llamado “Gran Profeta 9”, en el que naves Houdong
destruyeron una réplica de un portaaviones estadounidense
cerca del estratégico estrecho de Ormuz.
soporte militar es que el final de las sanciones ha abierto el
camino para la membresía total de Irán en la Organización de
Cooperación de Shanghái, un pacto mutuo de seguridad encabezado por China que incluye a Rusia y naciones de Asia Central y se asemeja
a una versión más imprecisa de la OTAN. “Irán desde hace mucho ha querido
entrar en la OCS”, dice Sanam Vakil, miembro asociado del grupo de investigadores
británico Chatham House.
tras las sanciones, combinado con un flujo de soporte militar chino de vanguardia,
motive la beligerancia iraní. “Moralmente, Irán se sentirá alentado
por el entendimiento de que Estados Unidos ya no se opone realmente a sus
políticas”, dice Joshua Landis, jefe del Centro de Estudios de Oriente Medio
en la Universidad de Oklahoma. “Materialmente, Irán tendrá más dinero que
gastar en guerra”.
En los seis meses desde que se firmó el acuerdo nuclear en Viena, Irán ya
ha redoblado su actividad militar en la región.
apoyada y comandada por los Cuerpos de la Guardia Revolucionaria
ALY SONG/AP
iraníes y coordinada con el poder aéreo ruso ayudó a las fuerzas del gobierno sirio a recuperar las aldeas estratégicas y en manos de los rebeldes
de Maskanah, cerca de Alepo, y Sheikh Miskeen, en la
provincia de Daraa, y para alejar a los rebeldes del bastión del
régimen en Latakia.
vínculos claros entre las milicias chiitas iraquíes Kata’ib Hezbollah
yAsa’ib Ahl al-Haq y la fuerza Quds de las Guardias
Revolucionarias iraníes. Varios comandantes de los Cuerpos
de la Guardia Revolucionaria iraníes se han reportado como
muertos en el combate al grupo miliciano Estado Islámico (EI)
junto a tropas iraquíes, y el general Qassem Soleimani, comandante
de la fuerza Quds iraní, ha presumido abiertamente
en su cuenta de Instagram que sus hombres “se moverán hacia
Mosul”, la ciudad al norte de Irak controlada por el EI.
que el levantar las sanciones moderaría la agresión
regional de Irán. Más bien, incluso los reformistas como el presidente
Rouhani han sido militaristas de manera consistente al
apoyar los derechos de sus compañeros chiitas en la región. “El
final de las sanciones será un impulso para los liberales de Irán,
pero ellos no se oponen a la guerra”, dice Landis. “Ellos quieren
ayudar a sus compañeros chiitas y creen que Irán está en lo correcto
al combatir el fundamentalismo suní, el cual ven como
un mal y una amenaza a la seguridad nacional [de Irán]”.
dirigencia de los Cuerpos de la Guardia Revolucionaria— han
estado ocupados aumentando las tensiones con el rival regional
Arabia Saudí y Estados Unidos. En diciembre, la televisión
conservadora iraní animó a las multitudes que saquearon la
embajada saudí en Teherán después de la ejecución de un
clérigo chiita saudí, e Irán probó dos misiles balísticos capaces
de alcanzar Israel.
botes de la armada de Estados Unidos se metieron en aguas
iraníes ilustra las fuerzas en duelo en Irán. Por una parte, no se
hicieron disparos, y los marinos estadounidenses fueron liberados
ilesos al día siguiente después de un frenesí diplomático,
lo que confundió a los alarmistas que habían advertido que
el incidente podría convertirse en guerra. Por otra parte, Irán
filtró un video de los estadounidenses arrodillados con los
brazos levantados en señal de rendición, en una acción que
parecía calculada para humillar a los militares de Estados Unidos.
Ahmad Dolabi, comandante de los Cuerpos de la Guardia
Revolucionaria, presumió en televisión nacional que “vi la
debilidad, cobardía y miedo de los soldados estadounidenses
por mí mismo… Las fuerzas estadounidenses reciben el mejor
entrenamiento y tienen las armas más avanzadas del mundo,
pero no tienen el poder para enfrentar a la Guardia debido a la
debilidad de fe y creencia”.
incrementada de China con Irán pueda ayudar a relajar las tensiones
entre Teherán y su archienemigo, Arabia Saudí. “La intranquilidad
en la región es algo malo para China”, dice Vakil,en particular porque China depende del golfo Pérsico en casi 70
por ciento de sus importaciones de petróleo. China podría ser
“un árbitro potencialmente importante” en los conflictos regionales
del golfo porque tiene “una relación fuerte con muchos
países de Oriente Medio y tiene la capacidad de hablar con
ellos de forma menos agresiva que los países occidentales”.
con Irán al también quedar bien con los saudíes. Poco antes
de su viaje a Teherán, el presidente Xi hizo una visita a Riad,
donde presidió la inauguración de un centro de investigación
petrolera financiado por chinos y una refinería de petróleo, y
habló con el rey Salman sobre una solución pacífica a los conflictos
en Yemen y Siria. Ellos dieron una muestra de relaciones
amistosas, aun cuando en la realidad, dice Von Pfetten, el
dinero y las armas de China están creando “un Irán más fuerte
[que] dará un contrapeso necesario al poder de Arabia Saudí”.
causa de las acusaciones de vínculos entre las organizaciones
benéficas financiadas por saudíes y la violencia separatista de
la minoría musulmana uigur en la provincia occidental china
de Xinjiang desde la década de 1990. Al mismo tiempo, el gran
muftí de Arabia Saudí, el Jeque Abdul-Aziz bin Baz, provocó la
indignación de Pekín cuando afirmó que “tenemos una obligación
moral de ayudar a nuestros hermanos musulmanes” en Xinjiang. Irán, con su población mayoritariamente chiita, tiene
menos lazos religiosos con las poblaciones musulmanas de
China periódicamente revoltosas y es, por lo tanto, un aliado
más cómodo para Pekín.
los peligros de la reducción en los compromisos militares de
Estados Unidos en la región del golfo. “Si una disminución o
una retirada estadounidense llegara a darse —dijo a Reuters
en enero—, la preocupación que tienen todos es que dejará un
hueco, y cada vez que se tiene un hueco, o un vacío, las fuerzas
del mal fluyen”.
plazo. El principio de la no intervención a menudo repetido
por Pekín, dice Vakil, significa que hay poco apetito entre los
líderes chinos por el tipo de papel de mediación práctica de
poderes regionales que Estados Unidos ha tenido en Oriente
Medio desde el final de la Segunda Guerra Mundial.
junto con la aceptación de Teherán como un miembro fundador
del Banco Asiático de Inversión en Infraestructura apoyado
por China, con suerte fomentará la prosperidad. Ello, a
su vez, podría hacer que los líderes de Teherán lo piensen dos
veces antes de poner en riesgo su nueva economía tigre con
guerras regionales imprudentes. “Los chinos reconocen a los
iraníes como colegas empresarios”, dice la fuente cercana a los
militares chinos. “Incluso los altos generales están en verdad
más interesados en hacer dinero que en hacer la guerra”.
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