LAS SANCIONES contra Irán se trataron del
petróleo, ¿cierto? Sí, pero un hecho poco conocido
es que las sanciones internacionales
impuestas durante la última década para frenar
las ambiciones nucleares de Irán tuvieron
un efecto devastador en su segunda mayor
exportación: los icónicos tapetes persas.
civilizaciones del mundo, y las alfombras
persas cuentan mucho de esa historia,
remontándose por lo menos tan lejos como
la Edad de Bronce. Se le han infundido propiedades
mágicas en historias como Las mil
y una noches, homenajeada por todos desde
Edith Wharton hasta Sigmund Freud, y
ha sobrevivido siglos de guerras santas, colonialismo
y revoluciones. Pero, hasta enero,
cuando el presidente Barack Obama firmó
un decreto presidencial para retirar las
sanciones, todos los tapetes persas —ya fueran
antiguos o nuevecitos— tenían prohibida
la entrada en Estados Unidos, sin importar
cuánto hubieran estado fuera de Irán. Por
ejemplo, un tapete persa vendido en Londres
que no hubiera estado en Irán por más de un
siglo no podía ser enviado a Estados Unidos.
Los proveedores de tapetes persas en Estados
Unidos, Europa y demás lugares eran obligados
a sortear normas enrevesadas impuestas
por el gobierno estadounidense que cambiaban
cada determinada cantidad de años, dependiendo
de las vicisitudes políticas del día.
por estos tapetes hermosos que fueron tejidos
hace cientos de años”, dice Jahangir Nazmiyal,
un iraní que usa el nombre americanizado
de Jason y es dueño de la Nazmiyal Collection
en Nueva York, uno de los más grandes
compradores y vendedores de antiguos
tapetes persas en Estados Unidos.
las alfombras finas se extiende por siglos.
tiempo como una manera de que las familias
de clase media marcaran su movilidad ascendente,
remontándose a los periodos victoriano
tardío y eduardiano”, dice Juan Cole, profesor
de historia en la Universidad de Michigan
y quien se especializa en la relación entre
Occidente y el mundo musulmán. Él dice que
mucho de ello se derivó de las excursiones
en la era colonial a Oriente, de las cuales “los
coroneles traían al volver estos artículos extraordinarios”,
incluidas las alfombras persas.
es potencialmente un gran punto de inflexión”,
dice Cole. “La posibilidad de relaciones
mejores económica, política y culturalmente
entre Irán y Occidente es por completo
plausible. Pero no pienso que vaya a ser
una distensión fácil”.
sanciones a Irán fue durante la crisis de
los rehenes y la toma de la embajada estadounidense
de 1979 en Teherán y, luego, por
la preocupación sobre el patrocinio al terrorismo
por parte de Irán. Más recientemente,
las sanciones se intensificaron en 2010 (después
de ser suavizadas en 2000) para disuadir
a Irán de adquirir armas de destrucción
masiva o desarrollar un arma nuclear, lo cual
Irán ha negado que lo intentara.
galería de Nueva York que valen desde unos
cuantos miles de dólares hasta millones la
pieza. Muchos fueron comprados antes de la
Revolución Islámica, y él formó la colección
durante periodos cuando las sanciones se
suavizaban de manera intermitente, y que son un dúo curioso. “Pero para nosotros
se trata de los tapetes”, manifiesta. “Diferenciamos
entre la gente, el arte y las políticas del
país”, dice Schwartz. “Nunca sentimos animosidad
por el individuo”.
han tejido de la misma manera en telares del
tamaño de un cuarto. El maestro tejedor del
tapete persa casi siempre es un hombre, pero
la fabricación de tapetes es un negocio familiar
y lo ha sido en lo que se conoce de sus
2500 años de historia. “Cuando una abuela
lo hace, le enseña a la madre y ellas también
le enseñan a los niños”, dice Nazmiyal. “Un
maestro tejedor es alguien que inventa dise-
ños nuevos, técnicas nuevas, maneras nuevas
de juntar los colores, y él tejerá sólo de 15
a 20 tapetes en su vida. Algunos de los tapetes
más grandes pueden tomar hasta 60 años
para terminarlos”.
la paleta cromática distintiva de cada ciudad
iraní de sus plantas nativas y su estilo. El
maestro tejedor tal vez tiña a mano su lana,
y enseña a su esposa y sus hijos cómo embellecer
los diseños que firman con el nombre
de la familia; patrones en los que resaltan
flores, animales y viñas trepadoras que
llevan el sello distintivo de su ciudad de origen.
En Tabriz pueden ser aves y jardines; en
Kermán, ramas con hojas en un rocío similar
a un jarrón; en Heriz, cerca de lo que otrora
fue la frontera con Rusia, abundan las formas
geométricas y los medallones.
tejedor. Y la magia de ello es que, aun cuando
un tapete pueda tomar décadas en completarse,
los humores del tejedor pueden cambiar
cada día. “Si es una naranja fea, estropea
el valor; no hay nada que puedas hacer”,
dice Nazmiyal. “Pero si el tejedor está de buen
humor, tejerá algunos amuletos de la suerte.continuó
con la venta a clientes en Estados Unidos. El administrador de la galería de Nazmiyal es
Omri Schwartz, de 39 años, oriundo de Israel.
Dadas las tensiones entre Irán e Israel, dice
Schwartz, él y Nazmiyal están conscientes de la suerte.
realidad se tiene un atisbo de la mente del tejedor
y cómo él ve el mundo”.
Irán desde que salió en 1978, poco antes de
la Revolución Islámica, una revuelta popular
que derrocó a la monarquía del país apoyada
por Estados Unidos y llevó a establecer el país
como una república islámica. Desde entonces
su negocio ha subido y caído con las fluctuaciones
de las sanciones. Bajo las medidas
más estrictas, cualquier tapete persa, antiguo
o moderno, que fuera importado a Estados
Unidos podía ser tratado como contrabando y
destruido, mientras que los comerciantes involucrados
podían ser encarcelados. “¿Puede
imaginarse destruir un tapete persa con siglos
de antigüedad?”, pregunta Nazmiyal. “No se
puede comprar uno nuevo porque son piezas
únicas. No se les puede remplazar”.
mantiene extremadamente escéptico, como
muchos en la industria. “Quién sabe cuánto
durará”, cuestiona. “Hemos visto esto antes.
Cada cierta cantidad de años ellos regresan y
deciden cambiar las reglas de nuevo”.
de que Obama se enteró por la Agencia
Internacional de Energía Atómica, con oficinas
en Viena, en enero de que Irán había
cumplido con el acuerdo nuclear, lo que le
permitió retirar las sanciones el 16 de enero,
funcionarios del gobierno de Estados Unidos
batallaron para explicar las normas nuevas, a
menudo contradiciéndose y confundiendo a
los comerciantes Schwartz dice que prolongadas llamadas
telefónicas a la Oficina de Control de Bienes
Extranjeros, una rama del Departamento del
Tesoro de Estados Unidos que vigila las sanciones,
a menudo llevaban a partes anónimas
dándole información que él no podía verificar
dentro del texto de las normas nuevas. Por
ejemplo, si podía exportar tapetes persas desde
Estados Unidos, algo que, hace pocos días,
era un delito federal (resulta que sí puede,
dice la OCBE a Newsweek, pero a Schwartz le
tomó semanas obtener la respuesta final).
y muchísimas lagunas donde puedes
ver la ley yendo a cualquier dirección”,
dice. “Ellos no hablan con alguna capacidad
oficial cuando los llamas, y te comentan que
no pueden decirte con certeza cómo interpretarla.
Pero yo voy a la cárcel si ellos están
mal. Mi trasero es el que está en riesgo aquí,
¿sabes?”
de la OCBE, envió una declaración a
Newsweek en la cual afirmó que las alfombras
persas ahora pueden importarse y exportarse
libremente hacia y desde Estados
Unidos, así como hacia y desde terceros paí-
ses, “siempre y cuando las transacciones no
involucren una exportación a Irán o a personas
iraníes bloqueadas”.
antiguos el que se ve afectado. Las sanciones
también minaron el comercio de tapetes
modernos en Irán, las exportaciones de tapetes persas ha caído
de alrededor de 1000 millones de dólares al
año en 2000, la última vez que se retiraron
las sanciones, a apenas más de 300 millones
de dólares al año hoy, dice a Newsweek.
Para 2010, poco antes de que se restableciera
la última ronda de sanciones, las exportaciones
de tapetes persas a Estados Unidos
totalizaban alrededor de 80 millones de dólares al año, 16 por ciento de los embarques
totales de Irán.
un poco mayores que fuera del país, por lo
que el ingreso total está entre 700 millones y
800 millones de dólares al año. Ello difícilmente
compensa el déficit relacionado con
las sanciones que ha golpeado a los más de
1.5 millones de tejedores, maestros tintoreros
productores de hilo y diseñadores que dependen
de la industria para su sustento, dice
Kargar.
enfocadas, el embargo a las alfombras en
realidad atacó directamente a nuestra cultura,
tradición y gente común”, apunta.
los tapetes iraníes, mientras Estados Unidos e
Irán entablaban su prolongado punto muerto,
el mundo adoptó cubiertas de piso más
modernas. “Los millennials no compran lo
tradicional; ellos buscan lo contemporáneo
urbano”, dice Richard Amatulli, presidente
de membresías de los Vendedores de Tapetes
orientales de América, un grupo de comercio
sin fines de lucro con oficinas en Landrum,
Carolina del Sur. “También lo que llega de
Irán son productos nuevos. Todos los productos
antiguos, todos los productos grandiosos,
ya están afuera. Y los productos nuevos
todavía no tienen un mercado”.
de 2008-2009 mató el precio de los tapetes
persas, dice Amatulli. “Ha sido devastador
para la industria”, asegura. “He visto algunos
tapetes valuados en sólo un décimo de
lo que habrían valido después de la ronda de
sanciones en la década de 1980”.
persa por primera vez, hay buenas
noticias: los precios son los más bajos en
décadas.según Hamid Kargar,
presidente del Centro Nacional de Alfombras
en Teherán. Los ingresos de todas