Podrías llenar todo un programa de premiaciones con películas estupendas que no fueron elegidas para ese otro programa de premiaciones, los Premios de la Academia. Pero sería un rollo tremendo. Así que en vez de eso, decidimos llenar un artículo de mediana extensión. He aquí nueve películas del año pasado que recibieron un total combinado de cero nominaciones al Oscar. Que las disfrutes.
Diario de una adolescente
La secundaria es lo peor. Pero Minnie Goetze, heroína de la cinta Diario de una adolescente, de Marielle Heller, está pasándola un poco peor que la mayoría porque, además de tener que vérselas con las hormonas, intenta tener éxito como caricaturista lidiando con sus padres separados y encontrando la manera de que su pelo no se engrife, mientras se acuesta con el novio de mamá. Basada en la inventiva novela gráfica de Phoebe Gloeckner, que por cierto lleva el mismo título, la cinta fue estrenada el año pasado en Sundance y por lo menos merece un reconocimiento por las geniales actuaciones de Kristen Wiig y la notable Bel Powley, quien interpreta a Minnie. O por Marielle Heller, quien dirigió la película y desde entonces ha trabajado en cosas geniales como Transparent. –Paula Mejía.
Dope
Malcolm es un nerd negro de una banda punk quien, en su ensayo de ingreso a la universidad, intenta precisar el “buen día” a que se refiere Ice Cube en su éxito de 1992. Sus amigos son Diggy, una lesbiana que toca la batería, y Jib, un chico de ascendencia ambigua que puede decir la palabra prohibida para designar a los negros porque Ancestry.com le dijo que era 14 por ciento africano. Todos viven en los “Bottoms” de Los Ángeles, vecindario repleto de palmeras y pandillas, y después de encontrarse en medio de una transacción de drogas que sale mal, participan en una tensa e hilarante persecución por L.A., con la pista sonora de su música favorita: hip-hop de los noventa. Dope perdió su oportunidad de ser considerado al Oscar tan pronto como “Ah, mira, ¡una aparición de A$AP Rocky!” se convierte en “Un momento… ¿A$AP Rocky tiene un papel importante en la película?”. Pero hace honor a su título. No solo es encantadora, también es ligera (pese a unos cuantos asesinatos) y enormemente entretenida, y ofrece una mirada refrescante de la subcultura de nerds amantes de Donald Glover, la cual suele ser considerada excesivamente local para el interés de Hollywood. –Ryan Bort
Grandma
Lily Tomlin estelariza este drama-comedia maravillosamente escrito sobre una abuela feminista-poeta con un genio de los mil demonios, quien lo único que desea es ayudar a su nieta a resolver un embarazo no deseado. El problema es que ninguna tiene el dinero para pagar el aborto, y todos los amigos y parientes que podrían hacerles un préstamo terminan… de acuerdo, no te contaré. Pese al bajo costo de producción, la película de Paul Weitz es graciosa y hace un retrato emocionalmente poderoso de las disputas intergeneracionales, y Tomlin –con sus pucheros y su insinuaciones de duelo persistente- sobresale en un papel que fue creado, literalmente, para ella. Grandma es una película casi exenta de hombres, así que no sorprende que la Academia la pasara por alto. –Zach Schonfeld
Kurt Cobain: Montage of Heck
Parece que, este año, la categoría de mejor documental solo tuvo lugar para un documental trágico de rock (Amy). Pero si no la has visto ya, que eso no te impida ver la cinta de Brett Morgen, donde hace un retrato íntimo y franco del fallecido Kurt Cobain. La película llena los espacios vacíos en la vida de Cobain con segmentos animados, narraciones de audio de Cobain, y entrevistas con quienes lo conocieron íntimamente. De paso, Montage of Heck “intenta desbancar la idea del martirio de Cobain, de que murió por sus pecados, de alguna manera”, escribió Paula Mejía en un artículo de abril. –Zach Schonfeld
Magic Mike XXL
La franquicia Magic Mike comprende dos películas que son mejor de lo que crees, aunque la secuela de 2015 cimentó los temas sociopolíticos subyacentes que solo fueron sugeridos en la primera, mientras le metían dólares en la tanga. A un tiempo hilarante, sensual y sorprendentemente feminista (en serio, los elementos de la masculinidad tradicional son mutilados sistemáticamente desde el principio), Channing Tatum al menos debió recibir una nominación como mejor actor. No digo que debió ganar, pero reconocer su actuación encantadora y de gran destreza acrobática habría demostrado que los votantes de la Academia tratan de ser menos aburridos. –Cady Drell
Mistress America
Luego de la recepción mixta para While We’re Young, el cineasta independiente Noah Baumbach se recuperó rápidamente con Mistress America, una comedia encantadora que parece la hermana espiritual de la deliciosa Frances Ha (2103). La musa y compañera en la vida real de Baumbach, Greta Gerwig, es estupenda como la dispersa, pero adorable Brooke, mientras que Lola Kirke captura la angustia existencial y la esperanza de Tracy, estudiante universitaria de 18 años, cuya vida cambia cuando conoce a Brooke y se entera de que van a ser hermanastras. Parece una trama convencional, pero la película pronto da un giro cuando sale del ambiente de la Ciudad de Nueva York y se sitúa en una ostentosa casa de Connecticut. El guión es memorable y los personaje están plagados de inseguridades que son tan ciertas como graciosas. Sin embargo, parece que la Academia no opinó lo mismo. –Zach Schonfeld
The Seven-Five
Montones de películas de pandilleros empequeñecen comparadas con las andanzas reales de Michael Dowd, considerado por muchos el policía más corrupto en la historia de la Ciudad de Nueva York. The Seven-Five, documental de Tiller Russell, te asegura un asiento de primera fila para enterarte de los crímenes de Dowd desde principios de los años ochenta –tráfico de drogas, robo, extorción, uso de cocaína-, y lo hace colocando al ex policía encarcelado directamente frente a la cámara y dejándolo hablar, nada más. Sin duda no es el documental más innovador del año, pero The Seven-Five ofrece el vistazo más cautivador a las entrañas de la corrupción y el crimen en la época más oscura de Brooklyn. –Zach Schonfeld
Tangerine
Los Oscares no se distinguen por su –digamos- selección progresista en cuanto a nominados (repite conmigo: @OscarsSoWhite). Así que no sorprende que no incluyeran el éxito independiente de Sean Baker, Tangerine, que gira en torno de las vidas de varias prostitutas transgénero que intentan ganarse la vida en el distrito rojo de Los Ángeles una Nochebuena. ¡Qué lástima que la Academia no haya reconocido a Tangerine! Porque es una de las cintas más subversivas e innovadoras de los últimos años. Con solo un iPhone, una Steadicam y una app Filmic Pro de 8 dólares, Baker creó una película conmovedora e hilvanada que arranca actuaciones estelares de recién las recién llegadas Mya Taylor y Kitana Kiki Rodríguez. Te garantizo que volverás a saber de ellas. –Paula Mejía
Trainwreck
La Academia aborrece la comedia y Trainwreck, el debut cinematográfico de Amy Schumer, ciertamente tenía defectos, pero era demasiado predecible que Jennifer Lawrence se llevaría a casa el Globo de Oro como mejor actriz de comedia por su papel en la híper dirigida Joy, de David O. Russell. El premio debió ser para Schumer, porque si bien no logró que el oficio de actuar pareciera el equivalente ocupacional de un trabajador chileno atrapado en una mina, como hicieron algunos de sus colegas el año pasado, Trainwreck fue una comedia contundente y uno de los pocos éxitos de taquilla estelarizados y escritos por una mujer. Por favor, señores de la Academia, ¿ni siquiera un reconocimiento al mejor guión original? – Cady Drell