El
músico y catedrático de negocios musicales David Lowery presentó un juicio de
acción popular contra Spotify, la
plataforma de trasmisión continua de música, buscando al menos 150 millones de dólares como
compensación por daños y perjuicios, informó Billboard.
Lowery, miembro fundador y cantante de las
bandas Camper Van Beethoven y Cracker, y catedrático de la Universidad de Georgia,
presentó la demanda judicial como representante de clase, a nombre propio y en
representación de quienes se encuentren en una postura similar. Alega que
Spotify ha usado obras musicales protegidas por derechos de autor “sin licencias
mecánicas en una campaña atroz, ininterrumpida y continua de violación deliberada
de los derechos de autor”, de acuerdo con la queja presentada ante el Tribunal
Central de Distrito de California. Una licencia mecánica permite que una canción
sea reproducida y distribuida en la forma de CD, tonos para el teléfono,
descargas digitales permanentes, transmisiones continuas interactivas y más.
En la demanda judicial se afirma que
Spotify distribuye ilegalmente canciones protegidas por derechos de autor a más
de 75 millones de usuarios y no identifica ni localiza a los propietarios de
esas composiciones para pagarles o informarles que la compañía piensa
reproducir y/o distribuir sus obras.
La violación, de acuerdo con la queja, es
“deliberada e intencionada”, y Spotify ha “admitido públicamente
que no ha podido obtener licencias para las obras musicales que distribuye o
reproduce o pagar regalías a los propietarios de los derechos de autor.”
Asimismo, la empresa posee presuntamente un fondo de reserva de entre 17
millones y 25 millones de dólares que comprenden las regalías que no han sido
pagadas.
Lowery menciona sus
propias canciones “Almond Grove,” “Get On Down the Road,” “King of Bakersfield”
y “Tonight I Cross the Border” como ejemplos de obras que Spotify usó sin
autorización.La ley de derechos de autor asigna multas
de 750 a 30 000 dólares por cada obra y hasta 150,000 por cada violación
intencionada.
De acuerdo con la queja, Lowery piensa que
él y las demás personas que se encuentren en esa situación tienen derecho a al
menos 150 millones de dólares y pide que el tribunal prohíba a Spotify que siga
infringiendo los derechos de autor y violando el Código de Negocios y
Profesiones de California.
Spotify, fundada por Daniel Ek y Martin
Lorentzon en Estocolmo en 2006, se puso en marcha en Estados Unidos en julio de
2011. Para junio de este año, el servicio afirma haber acumulado 75 millones de
usuarios activos y 20 millones de suscripciones pagadas. La empresa también ha pagado
más de 3 mil millones de dólares en regalías, incluidos 300 millones durante los
primeros tres meses de 2015.
La queja presentada el lunes no fue la
primera vez que Spotify ha sido criticada por artistas, o que ha experimentado
desafíos legales. En noviembre de 2014, la popular cantante Taylor Swift retiró
todo su catálogo del servicio. Declaró a Yahoo que “no estaba dispuesta a
comprometer el trabajo de toda mi vida a un experimento que, en mi opinión, no
compensa con justicia a los escritores, productores, artistas y creadores de
esta música.”
Thom Yorke de Radiohead ha sido muy severo
y calificó a Spotify como “el último pedo desesperado de un cadáver
moribundo” en 2013, y él y Nigel Godrich retiraron álbumes del servicio
mucho antes de que Swift lo hiciera. Spotify resolvió una demanda judicial de
violación de derechos de autor con Ministry of Sound en febrero de 2014 y tuvo
una disputa con el sello Victory en relación con el pago de regalías en octubre
de este año. Aún más recientemente, Adele decidió no publicar en el servicio su
exitoso álbum25.
Lowery mismo también ha hablado más
ampliamente en contra de Spotify en el tema de la justa compensación para los músicos,
como en su conocida respuesta a una publicación en un blog, hecha por un
interno de la radio pública nacional de Estados Unidos en 2012. Al año
siguiente, la Asociación Nacional de Editores Musicales de Estados Unidos
presentó notificaciones de retiro después de que él publicó una lista de los 50
principales sitios ilegales de letras de canciones.
La semana pasada, Spotify anunció en un
mensaje de blog que “invertiría en los recursos y la capacidad técnica
para desarrollar un sistema de administración editorial exhaustivo” para
garantizar que “todas las personas que participan en la creación de la música
sean compensadas en forma justa, rápida y transparente”. Un obstáculo muy importante
para lograr ese objetivo, de acuerdo con la compañía, era la disponibilidad de
los datos necesarios para confirmar a los dueños de los derechos de autor
correspondientes.
“Estamos comprometidos a pagar cada
penique a los compositores y editores. Por desgracia, especialmente en Estados
Unidos, los datos necesarios para confirmar a los dueños de los derechos de
autor suelen ser inexistentes, erróneos o incompletos”, declaró en un
comunicado Jonathan Prince, vocero de Spotify.
“Cuando no está claro de inmediato
quien es el dueño de los derechos de autor, reservamos las regalías que debemos
hasta que podamos confirmar su identidad”, dijo. “Estamos trabajando en
forma muy cercana con la Asociación Nacional de Editores Musicales para
encontrar la mejor manera de pagar correctamente las regalías que hemos
reservado y estamos invirtiendo en los recursos y en la capacidad técnica para
desarrollar un sistema de administración editorial exhaustivo con el fin de solucionar
este problema para siempre.”
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Publicado en cooperación con Newsweek // Published in cooperation with Newsweek