Los productos comercializados como “jabones antibacteriales” dan la impresión de que podrían matar más microbios que el jabón común. Sin embargo, una nueva investigación sugiere que, en realidad, no hacen mucho más que el jabón de siempre.
Un estudio publicado en Journal of Antimicrobial Chemotherapy halló que los limpiadores de manos repletos con el antibiótico triclosán no son más eficaces que el jabón normal para acabar con los gérmenes.
En el artículo, Min-Suk Rhee, a cargo de la investigación, y sus colegas de la Universidad de Corea expusieron a 20 cepas de bacterias a una formulación de jabón común y otra que contenía 0.3 por ciento de triclosán, cantidad máxima permitida por la ley. Las bacterias estuvieron en contacto con los jabones durante 20 segundos, simulando las condiciones normales de lavado de manos.
Los científicos no hallaron diferencias en la cantidad de bacterias muertas con las dos formulaciones. Solo hasta después de nueve horas observaron un efecto significativo con el jabón de triclosán respecto de la formulación normal.
También hicieron otro experimento, en el cual pidieron a 16 voluntarios que usaran los dos jabones, contando primero la cantidad de bacterias que había. Una vez más, no hallaron diferencias significativas entre ambos.
“La actividad antibacterial de triclosán ha sido bien documentada. Sin embargo, su riesgo es controvertido pues se conocen diversos efectos adversos, como alergia, resistencia antibiótica, impurezas carcinogénicas y bioacumulación”, dice Rhee. “Nuestro estudio indica que no existe una diferencia significativa en el efecto antiséptico” de los jabones que contienen triclosán y los jabones comunes.
Triclosán no es inocuo. La sustancia química aún está en proceso de revisión de seguridad en la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos debido a presuntos efectos nocivos para la salud, que incluyen sarpullidos, reacciones alérgicas y mayor incidencia de bacterias resistentes a los antibióticos. Si el jabón común funciona igual de bien, tal vez no valga la pena correr el riesgo de comprar jabones con triclosán.