El jefe de la Sección de Intereses de Estados Unidos en Cuba, Jeffrey DeLaurentis, entregó este miércoles en La Habana una carta del presidente Barack Obama a su homólogo Raúl Castro en la que propone reabrir las embajadas a partir del 20 de julio, informó la cancillería cubana.
En la carta, recibida por el vicecanciller Marcelino Medina, Obama “confirma la decisión de restablecer las relaciones diplomáticas entre los dos países y abrir misiones diplomáticas permanentes en las respectivas capitales, a partir del 20 de julio de 2015”, dijo la cancillería en su sitio web.
DeLaurentis entregó la carta a Medina esta mañana en un breve acto protocolar en un salón del Ministerio de Relaciones Exteriores, engalanado inusualmente con las banderas cubana y estadounidense, observó un fotógrafo de la AFP.
En el breve acto estaban presentes algunos asesores de DeLaurentis y Medina, entre ellas la diplomática cubana Josefina Vidal, que ha representado a la isla en las negociaciones con Washington para el restablecimiento de lazos diplomáticos y la reapertura de las embajadas, tras medio siglo.
Ninguno de los funcionarios formuló declaraciones a la prensa.
La cancillería cubana había informado el martes que se trataba de una carta de Obama para Raúl Castro.
Obama anunciará este miércoles el restablecimiento de las relaciones diplomáticas con Cuba, rotas hace 54 años, lo que constituirá uno de los gestos más importantes de su mandato en política exterior.
El anuncio, que incluirá la reapertura de embajadas en los dos países, era esperado desde que Washington retirara a fines de mayo a La Habana de la lista negra de Estados que apoyan al terrorismo.
Obama y Raúl Castro anunciaron el pasado 17 de diciembre un histórico proceso de acercamiento, que fue saludado por el mundo entero, y que pondría fin al último resabio de la Guerra Fría en América.
Vestigios de la Guerra Fría
Muy bien recibido en la región desde el primer día, este acercamiento fue saludado con entusiasmo el martes por la presidenta brasileña, Dilma Rousseff, durante una conferencia de prensa conjunta con Obama en la Casa Blanca.
Hablando de una “etapa crucial en las relaciones entre Estados Unidos y América Latina”, Rousseff opinó que esto permitirá “poner fin a los últimos vestigios de la Guerra Fría”.
Pero este avance en la reanudación de las relaciones entre los dos países no concita unanimidad en Estados Unidos.
El precandidato republicano a la Casa Blanca y exgobernador de Florida Jeb Bush afirmó en Twitter que una embajada estadounidense en La Habana “legitimará la represión en Cuba” y no permitirá “promover la causa de la libertad y la democracia”.
Al margen del restablecimiento de las relaciones diplomáticas, se mantiene el espinoso tema del embargo impuesto a Cuba por John F. Kennedy en 1962 y severamente intensificado por la ley Helms-Burton de 1996.
Aún en vigor, ese embargo estadounidense sobre las transacciones económicas y financieras con Cuba es regularmente denunciado por La Habana como un obstáculo al desarrollo de la isla.
La designación de embajadores permitirá mejorar las relaciones entre los dos países, pero “la normalización es otro tema”, aclaró el presidente cubano, Raúl Castro.
Obama pidió al Congreso, cuyas dos cámaras están controladas por la oposición republicana, que levante el embargo. Pero el resultado de los debates en curso es incierto y el proceso legislativo será largo.
Durante 50 años emigraron centenares de miles de cubanos, la gran mayoría a Estados Unidos.
A pesar de que algunos representantes de la primera ola de exiliados -los emigrados propiamente políticos del inicio de la Revolución- siguen oponiéndose ferozmente a un acercamiento con el régimen de La Habana, los emigrados más recientes, que llegaron a Estados Unidos sobre todo por razones económicas, conservan sólidos vínculos con la isla y han recibido por eso mismo con gran esperanza el anuncio del deshielo.