Ya van cuatro días de protestas en Ecuador. Son miles de
ciudadanos reclamando cambios y, principalmente, exigiendo la eliminación del
proyecto de ley que contempla el incremento del impuesto a la herencia y
plusvalía. En medio de las protestas he podido conversar con ciudadanos y
entender por qué Ecuador grita en sus calles. En los ciudadanos se puede
percibir indignación y un reclamo de protagonismo en el ámbito político. En la
capital, la tribuna de los Shyris (ubicada frente a la central del movimiento
oficialista) ha sido el escenario que ha visto dividido por cordones de
policías a un país, a un lado los protestantes y a otro quienes apoyan al
partido político en el poder, Alianza País.
No son las primeras movilizaciones en lo que va de 2015, el 19
de marzo marchamos en las calles del centro de la capital al igual que el 1 de
mayo. Existen varios temas que vienen despertando la insatisfacción ciudadana
desde hace ya varios meses. La falta de libertad de expresión, el alto gasto en
publicidad del partido oficialista, enriquecimiento ilícito, la obtención de
títulos profesionales de injustificada procedencia por parte de asambleístas
del bloque, el ingreso de extranjeros sin control; además de la escasez de
planes de reducción en la inversión pública, sumado con el alto endeudamiento,
generan cada vez más indignación en amplios sectores de la ciudadanía.
Económicamente el escenario nacional se ha complicado, con la
caída del precio del petróleo de casi cien dólares el barril a menos de
cincuenta. Según Correa, no se han sentido los efectos debido a “medidas
quirúrgicas” como las sobretasas arancelarias desde el 5 al 45 por ciento
en miles de productos importados y la reducción de sueldos a nivel jerárquico
superior (entre el 5 y 10 por ciento). Sin embargo, no se ha podido contrarrestar
la contracción de la economía, el crecimiento económico en 2015 estará bajo el
1.9 por ciento.
La ley orgánica para la redistribución de la riqueza anunciada
en el informe a la nación en mayo ha canalizado las demandas de estos días de
protesta. Establece una tarifa progresiva a las herencias que va del 2.5 por
ciento al 47 por ciento. Los ecuatorianos han rechazado estas medidas en las
calles; se han sumado las cámaras de producciones, e importantes políticos de
oposición han pedido que se archive estos proyectos de ley. Incluso, el día 11,
en el pleno de la Asamblea, la oposición y el bloque en poder tuvieron un
enfrentamiento verbal.
EL CULPABLE DE LAS PROTESTAS
El presidente Rafael Correa, desde Bruselas, en el marco de la
cumbre CELAC-UE, ha denunciado lo que él llama una conspiración y campaña
permanente para desacreditar al gobierno. El día 11, en entrevista con Rusia
Today indicó la existencia de violentas manifestaciones por parte de la extrema
derecha, “la izquierda infantil” y los medios de comunicación. Dijo
que existe “algo articulado nacional e internacionalmente, con un programa
con estrategia e incluso con fondos internacionales. En días previos, José
Serrano, ministro de Gobierno, y Fernando Alvarado, secretario de Comunicación,
manifestaron la vinculación de los canales Ecuavisa y Teleamazonas a un plan de
conspiración, lo que ambos medios rechazaron.
El asambleísta Andrés Páez, del movimiento CREO, se declaró en
rebeldía y prestó total apoyo a los ciudadanos movilizados; incluso organizó la
difusión de los eventos mediante su perfil de Facebook. El alcalde de Quito,
Mauricio Rodas, y el alcalde de Guayaquil, Jaime Nebot, han reiterado el
derecho de los ecuatorianos a manifestarse y han denunciado los excesos de la
ley uniéndose al pedido de eliminación. Frente a todas las acusaciones de
infiltrados y restauración conservadora, en estos días hemos podido ver la
autogestión ciudadana mediante redes sociales.
QUIENES MARCHAMOS
El día 8 la asistencia había sido multitudinaria y las
convocatorias en redes sociales continuaban. El día 11 se inauguraba la Copa
América, jugaba Ecuador contra Chile; en menor medida el cuarto día de
protestas se llevó a cabo; incluso en la noche llegaron motorizados con
banderas de Ecuador para apoyar la causa. En Facebook se pueden encontrar
múltiples eventos con nombres como: “¿Cansado de tanto abuso de poder? o
“¿Kbreado por la prepotencia del gobierno?”, donde los ciudadanos se
organizan.
El jueves, en el lado norte de la tribuna de los Shyris había
un enorme cerco policial que rodeaba toda el área del oficialismo y cubría la
tribuna con una bandera del Ecuador debido a que esta fue tomada por los
manifestantes el día 8. en medio del cerco se encontraban simpatizantes de
Alianza País, quienes en dos enormes pantallas colocadas en la sede del partido
miraban el partido; cuando quise captar una imagen de esto intentaron agredirme
persiguiéndome y llamándome infiltrada; la policía tuvo que intervenir.
En redes sociales hay una fuerte protesta debido a la
obligatoriedad de asistencia a la contramarcha para funcionarios públicos, esta
política acostumbrada por el régimen se ha hecho presente en toda manifestación
pública en los últimos ocho años. Quito ha sido históricamente la sede de
movimiento sociales capaz de desestabilizar a regímenes; sin embargo, en estos
días Guayaquil, Ambato, Latacunga, Puyo, Machala, Cuenca, Quevedo y Galápagos
se han unido a la convocatoria y han tomado las calles.
AL OTRO LADO DEL CERCO POLICIAL
En las protestas en Ecuador siempre hay dos lados, uno de los
asistentes a la marcha describía “esto es una política del gobierno, cada
vez que hay una protesta de la ciudadanía hay los del otro lado, el cerco creo
que ha cumplido su tarea”. En estos días han existido pocos
enfrentamientos entre los dos bandos a pesar de denuncias de infiltración de
pandillas en el lado oficialista y el acostumbrado desalojo policial, incluso
con policías a caballo y con uso de la fuerza.
El régimen no ha podido acentuar los ánimos, el día 12 mediante
rueda de prensa, convocada por la presidenta de la Asamblea, Gabriela
Rivadeneira, anunciaron la revisión y posible eliminación de la tabla del
impuesto a la herencia para herederos indirectos. Al parecer, las exigencias
van mucho más allá, uno de las protestantes opinaba: “Es la oportunidad de
poner un alto a esto que se generó hace más de ocho años, no podemos llegar al
nivel de Venezuela. Si no corregimos la política que tenemos actualmente el
país se derrumba”.
En Ecuador se está generando un ambiente de polarización social,
los empresarios ya han tenido dos pronunciamientos en menos de una semana;
Galápagos se declaró en paro insular debido a la aprobación de la Ley de
Régimen Especial de Galápagos, aceptada por la mayoría oficialista. La
califican de retrógrada e inconstitucional; a lo largo de todo el día 12 se han
denunciado abusos contra los manifestantes por parte de unos 200 gendarmes de
diferentes ramas de la policía que ha enviado el Ejecutivo. Como frente insular
se han declarado en resistencia amparados en el artículo 98 de la Constitución
y autoconvocan los ciudadanos a paro nacional. El diario El Universo,
sancionado varias veces por la muy criticada ley de comunicación, tomó la misma
iniciativa.
DECLARACIÓN DE REBELDÍA
En un video donde denunciaba los excesos del régimen, Andrés
Páez portaba un cartel que decía #MeDeclaroEnRebeldía. en la marcha personas
portan camisetas con la misma leyenda. Páez ha sido sumamente influyente en los
hechos ocurridos en estos días, al preguntar, a quienes portaban está frase en
sus camisetas, el porqué de esto, hicieron referencia al asambleísta y dijeron:
“Estamos de acuerdo con él, la gente ha salido hoy porque está cansada, no
es solamente una ley que, como dice el presidente, es muchas cosas, demasiados
abusos de poder y estamos cansados, es una dictadura”.
Todos los sábados el presidente habla a la nación mediante un
enlace ciudadano, en esta ocasión se llevará a cabo desde Milán, Italia. AP
alista su aparato para demostrar que su proyecto político aun es el de la
mayoría; esperan el regreso de Correa. En las sabatinas o enlaces ciudadanos,
el presidente suele deslegitimar las movilizaciones ciudadanas y restarles
importancia, resaltando lo importante de las contramarchas.
Marcela Aguiñaga, vicepresidenta de la asamblea, declaraba: “Lo
que no han ganado en las urnas no lo van a ganar en las calles, aquí en las
calles, al menos en la provincia del Guayas, Alianza País saldrá a hacer
plantones en el número que sean necesarios para demostrar que lo que hoy se
plantea en la asamblea nacional son proyectos de ley que han iniciado su
discusión”. Guayaquil en pocas horas se alista para nuevas marchas, y
Quito continúa; en Galápagos ha salido el hashtag #SOSGapápagos; los ciudadanos
activamente en redes sociales comentan los temas y se motivan a participar.
Al otro lado del cerco policial, lejos de las pocas banderas
verdes de Alianza País y las pantallas con el partido, el día 11 los ciudadanos
coreaban: “Fuera correa” y “Correa, te jodiste, con Quito te
metiste”. Y carteles recitaban: “Correa, no nos borres del mapa, la
clase media sí existimos”, “No mas dictadura” o “Cuando la
tiranía se hace ley, la rebeldía es un derecho”, “All you need is
médicos ecuatorianos”, y una palabra reiterativa: “Libertad”.
Una de las asistentes describió el porqué muchos ecuatorianos
marchamos, y quienes estaban al rededor la apoyaron: “No queremos el
pasado, pero mucho menos el presente y el futuro con Correa. Queremos libertad,
respeto y trabajo para todos; que no nos robe los sueños. No entendemos por qué
hay un cerco policial, todos somos pueblo, pero Correa nos ha dividido entre
negros, blancos, pobre, ricos, y esa división es imperdonable, así que pedimos
que todos se unan por un mismo ideal, una misma lucha, que es una país
libre”.
Desde Ecuador, en su lucha, por un futuro donde la democracia
participativa sí incluya a los ciudadanos y donde estar en desacuerdo no sea un
delito.