Si se trata de hacerse notar, en Cuajimalpa el PRI sí se ve. No es una exageración decir que el lunes 20 de abril todos los postes de la delegación amanecieron con pendones del partido tricolor. Ese día arrancaron formalmente las campañas rumbo a las elecciones del 7 de junio.
Sin embargo, en Cuajimalpa, cuyo padrón electoral rebasa los ciento cincuenta mil electores, la pluralidad política es la ley. Desde 2000, año en que los delegados de la Ciudad de México son elegidos por la vía del voto, han gobernado el PAN-PVEM (2000), el PRD (2003), el PRD-PT (2006), el PAN (2009) y el PRI-PVEM (2012). Y a esta oferta política pretenden sumarse las candidaturas ciudadanas.
Alejandro Vinay es un próspero empresario de la comunicación que intenta convertirse en gobernante de la demarcación al amparo de la novedosa figura de las candidaturas independientes. Vivió fuera de México, en Los Ángeles, Estados Unidos, de los trece a los dieciocho años, y luego estudió Ciencias Políticas en el ITAM, del cual se salió para estudiar Ciencias de la Comunicación en la Universidad Anáhuac del Norte. Tiene cuarenta y un años, veinte de los cuales ha vivido en Cuajimalpa, y está convencido de que, así como David derrotó a Goliat, él también puede lograrlo: obtener la delegación sin contar con el resguardo del sistema partidista.
No obstante, su objetivo se antoja un poco más que complicado. El Revolucionario Institucional, partido que actualmente comanda la delegación, no ha escatimado en recursos para exhibir su poderoso músculo. A ello debe sumarse el hecho de que Adrián Ruvalcaba, el ostentoso delegado con licencia, compite por una diputación local. Y en un hecho pocas veces visto en la historia de la pintoresca política mexicana, en los pendones luce más la propaganda del candidato a asambleísta que la del propio candidato tricolor a la delegación, Miguel Salazar.
Además, los políticos de este partido “están comprando el voto en 500 pesos”, revela Vinay a Newsweek en Español. Y, de inmediato, explica: “Si eso lo dividimos entre los 1095 días de gestión, les están pagando 45 centavos diarios, es lo que los políticos piensan que vale la gente: 45 centavos diarios; si lo divides entre los días, vendiste tu delegación en 45 centavos por día”.
A diferencia de los sufragios que la alianza PRI-PVEM puede comprar, “los votos que nosotros obtengamos”, manifiesta el candidato independiente, se deberán a que “la gente ya está cansada de lo mismo y sí puede hacer un cambio; se requiere gente entregada, que esté dispuesta a trabajar, a unirse con la sociedad y hacer un cambio. Al final del día eso es lo más importante, es lo que todo el mundo reclamamos: que las cosas funcionen, y funcionen como debe de ser. Son elecciones y estamos sacando lo peor de cada persona, eso no es hacer una competencia leal, no es la forma de hacer política, ni es la forma de llegar a ser político, ni lo que quieren escuchar los electores”.
Disparidad abismal de recursos
Hay otro factor que no contribuye a una competencia equitativa: la diferencia entre los recursos de cada uno de los partidos políticos y la candidatura independiente es abismal. Aunque el tope de gastos de campaña establecido por el Instituto Electoral del Distrito Federal (IEDF) para la elección de delegado en Cuajimalpa es de 667 244 pesos, a Alejandro Vinay le correspondieron sólo 148 000 pesos de financiamiento público.
Tal disparidad salta a la vista al observar los pendones y la pinta de bardas del PRI dispersas por toda la demarcación. Lo mismo ocurre con la publicidad del PRD, con Luis E. Cházaro a la cabeza, cuya imagen se ve en decenas de volantes tirados en el suelo, en paredes y pendones. No ocurre lo mismo con la propaganda del panista Camilo Campos y mucho menos con la de Vinay, que es prácticamente inexistente.
Pero eso al candidato independiente no le preocupa. Dice que si algo ha comprobado desde el arranque de este proceso electoral, cuando comenzó a visitar casa por casa para recolectar las 2856 firmas que le requirió el IEDF para registrar su candidatura, es que la población está harta de los políticos y sus partidos.
Y eso de visitar casa por casa no es en sentido figurado, sino literal. Acompañado por las cuatro personas de base que conforman su equipo de campaña, además de un grupo de jóvenes entusiastas que cargan sobre la espalda un sonido ambulante en donde la música alegre no falta, Vinay recorre las calles de Cuajimalpa a pie.
Su distintivo son las playeras blancas que usan tanto él como su equipo y que tienen impreso su nombre en la espalda y en el pecho, a la altura del corazón. El candidato ciudadano avanza unos pasos, se detiene frente a la anciana vendedora de nieve, se presenta, la anciana le pregunta de qué partido es, el candidato responde que de ningún partido, que es independiente, la anciana sonríe, hace una leve reverencia, y comenta al candidato que lo que urge son los servicios de limpieza.
“Para recolectar las firmas visité casa por casa, vecino por vecino, tocando las puertas, platicando sobre los proyectos que tenemos y de lo importante que es contar con una opción ciudadana sin partido. La gente nos recibió muy bien, luego los vecinos comenzaron a reunir a otros vecinos, y a veces estábamos hablando con alguien y se acercaba otro vecino, preguntaba qué hacíamos, y corría la voz o decía: ‘Oye, deja te junto gente allá abajo’. Y ahí íbamos, para abajo. Caminamos toda la delegación más de una vez.”
Hace un año, en febrero de 2014, el presidente Enrique Peña Nieto promulgó la reforma político electoral que, entre otros aspectos, reconoce plenamente las candidaturas independientes y garantiza que los ciudadanos postulados a un cargo de elección popular por esta vía obtengan recursos públicos y tiempo en radio y televisión.
Sin embargo, para que el ciudadano logre estos derechos es menester que reúna, en el caso de Cuajimalpa, 2856 firmas, las cuales corresponden al 2 por ciento del número total de electores. Esta recolección el interesado debe realizarla por sus propios medios y recursos, y además deberá considerar que el IEDF le rechazará, en promedio, el 30 por ciento de las firmas recabadas por no satisfacer alguno de los requisitos, que puede ser desde una mala impresión de la fotocopia de la credencial de elector hasta un nombre escrito con letra ilegible.
“Hay que tratar de llevar la fiesta en paz”
El tiempo efectivo en radio y televisión es otro tema. Vinay se beneficiará con seis flamantes anuncios en radio. Al menos, eso es lo que le dijeron. Pero no sabe en qué estación, mucho menos en qué horarios. Lo que sí sabe es que el costo de producción y trasmisión de dichos anuncios le serán descontados de su partida presupuestaria de 148 000 pesos.
“Aquí es supernotorio cómo domina el PRI en cuestión de publicidad”, explica a Newsweek en Español.“Fue impresionante. Las campañas empezaron el 20 de abril a las 00:01 horas, todo el mundo hizo algún acto de inicio de campaña, nosotros tuvimos un inicio aquí en San Mateo Tlaltenango, la pinta de una barda, y fue impresionante ver cómo desde antes de las 23:00, a las 22:30 de la noche [del día 19], estaban los brigadistas del PRI colocando publicidad por todos lados. La delegación amaneció con Miguel Salazar y Adrián Ruvalcaba en cada poste.”
En marzo pasado, Adrián Ruvalcaba, delegado con licencia y candidato a diputado local, fue denunciado ante la Procuraduría General de la República por presuntos vínculos con una banda de secuestradores. Los denunciantes, miembros del PRI en Cuajimalpa, señalaron que incluso uno de los líderes de la banda era funcionario de la demarcación. Ruvalcaba negó la acusación en todo momento.
“Algo muy impresionante es ver que un candidato a diputado local, como Ruvalcaba, tenga el presupuesto para poner su pendón en todos los postes de la delegación”, manifiesta Vinay. “Te puedo decir que es la primera vez que hay más publicidad del candidato a diputado que del delegado. Si analizamos un poco, la foto que domina es la del diputado, cuando es más importante la del delegado.”
Y agrega: “Entonces sí hay un tema bastante fuerte con el PRI. Ha habido enfrentamientos entre el PRI y el PRD, golpes, gente en el hospital, actas levantadas. La campaña apenas comienza y todo esto ha pasado en pocos días. Híjole, por favor, hay que tratar de llevar la fiesta en paz, el electorado ya no está para este tipo de campañas, el electorado lo que quiere es escuchar propuestas y también quiere ser escuchado. ¿Quién es la que sabe más de los problemas? La gente, que también hace propuestas, por eso hay que saber escuchar a la gente, da muchas de las respuestas a los problemas que se tienen”.
Otra contendiente por la delegación es Jenny Saltien Cohen, candidata de Morena muy conocida por los cuajimalpenses, pues fue delegada en el periodo 1997-2000, cuando este puesto era asignado directamente por el jefe de Gobierno del Distrito Federal. También compiten, aunque con muy poco empuje, Fernando Herrerías, del Partido Humanista, y Xochiquetzal Garibay, por Movimiento Ciudadano.
—¿Cuál es la diferencia entre un político y un candidato independiente? —se le inquiere a Alejandro Vinay.
—Yo no me rijo por los estatutos de un partido. Los políticos no siempre comulgan con los estatutos, habrá gente que sí, pero también habrá veces que no esté de acuerdo con todo, con la dirigencia, con la conducción, con las alianzas. Como independiente se tiene la oportunidad de decidir los valores e ideales que se quieren trasmitir. Pero, por otro lado, está la parte económica, el gran apoyo que tienen los partidos y la gente que tiene un gran apego con ellos.
—¿Cuáles son sus armas en esta batalla épica, por llamarla de algún modo?
—Mi arraigo con la gente, con Cuajimalpa. Todos nos cansamos de las quejas, vamos a una reunión y nos quejamos porque ayer nos asaltaron, o nos quejamos porque el país está mal. Pero hay que dar la vuelta y ser proactivos, hablar con las personas, entender qué está pasando y trabajar con ellas.
“Ahora bien, este no es un trabajo para todo el mundo, no todos se tienen que meter en la política para hacer un cambio, esta es una decisión que tomé con el apoyo de mi familia para hacer algo desde dentro de las instituciones. Pero no es para todo el mundo, no a todos les interesa hacer campaña ni meterse en esto porque es complicado, uno se enfrenta a muchas cosas. No obstante, se puede empezar por conocer a los vecinos, hacer cosas por la comunidad, trabajar desde nuestro entorno para afuera. Si todos hacemos esa diferencia en donde vivimos, veremos que los problemas ya no son tan graves como parecen.”
—¿Cuál ha sido la actitud de los partidos políticos frente a su candidatura independiente? ¿Lo han atacado, lo han ignorado?
—Ha habido algunas cosas, pero las he rechazado plenamente. Un partido me ofreció armar un tipo de alianza, porque van a buscar a la gente y le responden: “Oye, mira, pues fíjate que yo ya hablé con Alejandro Vinay…” Pero, bueno, no es algo que piense hacer, no es algo con lo que yo comulgue. No me puedo voltear, pues rompe con todo lo que es un independiente. Vemos que ahora los partidos chicos hacen muchas alianzas con los grandes para mantener su registro y ganar más votos, pero yo no soy un partido ni soy chiquito, yo vengo a luchar por Cuajimalpa y no vengo a liarme con ningún partido. Al final del día es un proceso independiente, nació independiente y va a terminar independiente.
Aunque las encuestas promedian un empate técnico entre el PRI y el PRD, aún falta un mes para las elecciones, y Vinay sabe que el 4 por ciento (el doble de lo requerido por el IEDF) de apoyo que consiguió en firmas de los electores puede aumentar. “Gracias a Dios yo he tenido muchas oportunidades en la vida —concluye—. Pero creo que es el momento de voltear y devolver un poco de lo que México me ha dado.”