¡Boom! El petróleo ya no lo paga todo. El
último trimestre de 2014 el precio internacional del crudo cayó. Esto ha tenido
fuertes repercusiones para Ecuador, caracterizado por ser una economía
fundamentalmente petrolera desde la década de 1970. ¿Qué hacer ahora? El
presidente Rafael Correa anunció medidas de ajuste para “enfrentar un año
difícil para las finanzas públicas”. Sin embargo, esto no resuelve en su
totalidad el problema a futuro y el sector productivo tiene el reto de
emprender un nuevo “boom”, o al menos pensar qué más sabe hacer y
cómo aprovecharlo.
Se dice que la riqueza de Ecuador está en el
campo. El país nunca dejó de ser agroexportador; aunque estos productos fueron
opacados por el estrellato petrolero, se ha exportado: cacao (la pepa de oro),
banano (el oro verde), rosas, flores especiales, frutas exóticas, chocolates
finos, brócoli, café, leche en polvo… El pequeño país es uno de los más
biodiversos del planeta y ha ostentado el puesto de mayor productor de banano y
cacao del mundo. El comercio internacional es una dinámica conocida pero no
explotada en todos los sectores. En tiempos de “austeridad”, esos
espacios esperan ser potenciados, representan oportunidades para quienes las
quieran ver y aprovechar. Ecuador tiene ventajas competitivas como su
diversidad, localización y la existencia de mano de obra dispuesta a trabajar
el campo.
En este caso abordaremos la producción
lechera, concentrada en zonas rurales con caminos de segundo y tercer orden y
con dificultades para acceder a servicios básicos. Sin embargo, directa e
indirectamente, un millón y medio de ecuatorianos (10 por ciento de la
población) están vinculados a esta actividad. Ciertos productos lácteos se han
exportado esporádicamente, de ser un país importador, la producción creció
hasta que se ha prohibido toda importación y la balanza comercial es positiva.
Con el apoyo necesario, este sector productivo puede ser un “oro
blanco” capaz de generar una nueva industria exportadora que inyecte
dólares a la nación tembleque que deja el adiós del boom petrolero.
De un pasado bananero al petróleo
La historia productiva del Ecuador desde
finales del siglo XIX está ligada a la industria agroexportadora. Entre 1885 y
1913 fue el primer país exportador de cacao, proveyendo entre el 15 y el 25 por
ciento de las necesidades del mercado internacional. Con la Primera Guerra Mundial
vino el fin del boom cacaotero. Para finales de la segunda empezaría el
bananero; en menos de diez años los tonelajes exportados se multiplicaron por
quince y su valor, por cien (Jean- Paul Deler 2007). Para la década de 1960 el
modelo agroexportador entra en crisis; con la llegada del petróleo queda
totalmente relegado a un segundo plano; posteriormente, productos como las
rosas y el camarón constituirían importantes sectores sin competir con el
crudo.
En 1972 se da inicio a la explotación de
yacimientos de petróleo en la región Amazónica. Ecuador llega a ser el segundo
exportador latinoamericano, muy por detrás de Venezuela, e ingresa a la OPEP.
En dos años, es superado en un 10 por ciento el valor de aumento de
exportaciones antes logrado en 130 años (cercano a 1000 millones de dólares).
El crudo llega a representar el 60 por ciento de las exportaciones y el gran
sustento de la economía nacional. Para el 2002 Petroecuador, empresa petrolera
nacional, difunde una publicación educativa donde afirmaba: “El petróleo
es el mayor bien económico que tiene el país y todavía seguirá siendo el
sustento por un cuarto de siglo más”, y anticipaba: “Ojalá los
gobernantes del futuro, con honestidad sepan invertir los réditos económicos
que dejará el petróleo”.
El precio del petróleo subió durante una
década de 15 dólares a más de 100 por barril. Se había mantenido estable desde
el 2012 hasta la segunda mitad del 2014, cuando el precio por barril registró
un valor de 53 dólares. El gobierno no había previsto esta crisis y encuentra
dificultades al administrar con menos recursos. El déficit actual es de 5.369
millones (4.9 del PIB), incluso se piensa que puede estar cerca de los 7000
millones. El país ha llegado a tener una creciente dependencia al crédito
externo e interno. Entonces, ¿luego del petróleo qué?
El desatendido sector lechero en Ecuador
Ecuador produce leche desde hace ya muchos
siglos, es una importante actividad que se concentra en un 42 por ciento en
pequeñas unidades de producción agropecuaria. Los productores han buscado el
crecimiento y la eficiencia, pero han encontrado grandes limitantes como el
difícil acceso a tecnología, la falta de capacitación, altos costos de
producción y baja competitividad. En Ecuador se produce un promedio de 6.3
millones de litros diarios (INEC 2013) en 300 000 unidades de producción
lechera. Estas están concentradas en un 76.79 por ciento en la región Sierra.
La frontera agrícola nacional es de 7.3 millones de hectáreas, de las cuales el
66.24 por ciento están destinadas a pastos. A partir de 2006 se logró una
balanza comercial positiva, el gobierno ha prohibido importaciones. Para el año
2014 la balanza comercial fue de 10 502 toneladas métricas.
Conversamos con el ingeniero Alcides
Jaramillo, dueño de la hacienda El Relicario, graduado de la escuela agrícola
panamericana El Zamorano, además de expresidente de la Asociación Holstein y
miembro del directorio actual. Para él, Ecuador está en un momento donde “la
producción ha venido creciendo de a poco y ha satisfecho el consumo interno; el
país ha llegado a un punto donde no es importador de lácteos, pero tampoco es
un exportador. Está jugando, hoy produzco más, mañana menos, y a veces genera
excedentes”.
La falta de crecimiento y garantías ha
desprestigiado al sector lechero, ha sufrido el olvido y falta de apoyo de las
autoridades. Una de las mayores limitantes constituyen los costos de
producción. Los precios de insumos agropecuarios, en su mayoría importados, son
muy altos; existen pocos apoyos en temas fiscales, no hay créditos oportunos y
sostenibles, con plazos acordes a las necesidades del sector y no se hacen
diferenciaciones al momento de gravar impuestos en maquinaria e insumos. Según
el ingeniero Jaramillo, esto ha generado que la leche resulte muy cara de
producir y el ganadero no tenga un margen que le permita competir.
La producción lechera es un negocio poco
rentable, por lo que los jóvenes no se involucran. El ingeniero y ganadero
Víctor López Mosquera, quien actualmente se desempeña como presidente de la Cámara
de Agricultura de la zona I, opina que “la situación del agro es dura,
para alentar un desarrollo rural no se cuenta ni siquiera con servicios
básicos. Lamentablemente, la falta de rentabilidad del sector agropecuario hace
que los ciudadanos se inclinen a otras áreas de profesionalización”. Es
así como la mano de obra existente resulta poco calificada, cara, y los
expertos, escasos. Para López, incluso las mismas autoridades no conocen la
realidad nacional, hace falta una “férrea decisión de los políticos, que
conozcan el sector, se formen en él y lo hayan estudiado realmente”.
La frontera agrícola del país está
retaceada, a diferencia del siglo pasado, son pocas las grandes haciendas
capaces de concentrar la producción. En el sector lechero los pequeños
productores son quienes buscan competitividad, a pesar de la imposibilidad de
expansión de la frontera agrícola. Víctor López recalca: “No es cuestión
de extensión de tierras, sino de eficiencia productiva (…) Una de las
posibilidades de redimir la pobreza es entregando los aportes del conocimiento
al campesino para que produzca leche en cantidad y con calidad”.
Lograr una eficiencia productiva dependerá
en gran medida de la renovación tecnológica; los predios son pequeños y tienen
maquinaria que incluso se remonta a la década de 1960. Para Alcides Jaramillo,
en Ecuador no se puede acceder a lo último en maquinaria, debido a los altos
costos: “La realidad es patente, cuando uno va al campo ve maquinaria
obsoleta, al ganadero no le da la economía para renovar esa maquinaria y
hacerse eficiente. Hay que pagar mucho diferencial entre lo que uno tiene y lo
nuevo”.
Exportando oro blanco
Partiendo de lo que es la lechería
ecuatoriana y pensando en lo que podría llegar a ser, habrán puntos
fundamentales que permitirán que la leche sea un producto de exportación para
Ecuador: el apoyo estatal, normativas coherentes, la voluntad de cooperar y el
vender el producto correcto al mercado correcto.
El Estado ecuatoriano ha impulsado la
soberanía alimentaria; el ingeniero López menciona que “la soberanía
alimentaria se hace con productos y no solamente con esquemas de
pronunciamiento”. Por tanto, un apoyo estatal frontal será indispensable
en el camino a la eficiencia y crecimiento del sector lechero. La sustitución de
importaciones debe priorizar el sector agropecuario y considerar la
excepcionalidad que debe tener maquinaria e insumos como elementos
indispensables en el camino a la eficiencia. Existen posibilidades de dotar al
campo con la infraestructura necesaria, por ejemplo, López opina que en dos
ámbitos existe una deuda pendiente; se debe mejorar el estado de las carreteras
de segundo y tercer orden y, opina, “gracias a la cuestión del sistema de
fluido eléctrico, en el 2016 anunció el señor presidente que va a vender
energía, yo creo que la energía hay que utilizarla aquí dotándole al campo de
agua”.
La Agencia Ecuatoriana de Aseguramiento de
Calidad del Agro ha impulsado normatividad necesaria para mejorar la realidad
sanitaria y fitosanitaria, lamentablemente en muchos casos lo que se exige es
poco coherente con la realidad nacional. Los entes reguladores resultan
indispensables, gracias a su existencia se han conseguido éxitos como la
certificación de país libre de aftosa. Sin embargo, coinciden los dos ganaderos
en la necesidad de crear normativas de acuerdo a las condiciones el país, se
intenta promover reglas vigentes en lugares sumamente desarrollados y resulta
imposible aplicarla sin considerar particularidades de los campos ecuatorianos.
Ciertamente, el Ministerio de Agricultura, Ganadería,
Acuacultura y Pesca ha entregado equipos de ordeña, ha apoyado centros de
acopio que permiten eliminar la intermediación y el gobierno ha determinado un
precio de sustentación de 42 centavos para leche cruda. Esto ha motivado a los
ganaderos, pero falta un sólido compromiso por vigilar que se cumpla el pago
justo y se respete al productor. Las industrias lácteas han llegado a abusar,
tienen poco interés en exportar, ya que la falta de regulación en el mercado
interno permite pagar menos o establecer cupos; cualquier caída del precio
internacional puede soportarse con ligeros aumentos en el costo de productos y
menor pago al ganadero. Se han dado casos donde el país tiene sobreproducción
de leche y, a pesar de esto, se comercializan productos adulterados con suero.
La existencia de pequeños y medianos
productores “democratiza” la realidad del sector, pero también es un
limitante en cuanto a la capacidad que tienen estos productores para acceder a
maquinaria y opinar en las políticas empresariales. La industria El Ordeño y
Pasteurizadora Quito son las únicas donde los ganaderos tienen presencia en el
paquete accionario. Las ventajas del cooperativismo han sido ampliamente
analizadas, grandes empresas como Fonterra en Nueva Zelanda o Colanta en
Colombia siguen modelos de asociación donde, como explica el ingeniero
Jaramillo, “es un fenómeno que ayuda a que los ganaderos tomen decisiones
sobre el mercado de la leche. Sí ellos producen más van a exigir a su empresa
cooperativa que venda más, son una cadena productiva en donde todos se van a
ver beneficiados”. Además, como cooperados la tecnología e insumos se
adquieren como grupo, reduciendo los costos de producción.
Este análisis dista de afirmar que la leche
es el único camino que podrá remplazar al petróleo, pero pretende ilustrar cómo
sectores olvidados pueden representar caminos de crecimiento y desarrollo lejos
de la monoproducción. Pro Ecuador, Instituto de Promoción de Exportaciones e
Inversiones, prevé un incremento del 24 por ciento en el consumo mundial de
lácteos hasta el 2022. Ciertamente Ecuador no puede competir en productos como
leche en polvo; sin embargo, López y Jaramillo ven en los productos
complementarios el futuro del sector lácteo. Mercados como China o el Caribe
tienen nichos más selectos donde quesos de calidad, postres exclusivos, yogures
gourmet, leches saborizadas con productos de alta calidad como el famoso cacao
ecuatoriano, pueden ingresar y promover el crecimiento de una industria
exportadora que genere un importante movimiento económico al que se vincularía
el 10 por ciento de la población. Con su desarrollo se crearían oportunidades
laborales para miles de ciudadanos y se generarían las necesarias divisas que
el petróleo ya no es capaz de proveer.