Las patentes se han convertido en una
pérdida de tiempo más grande que el golf para los directores ejecutivos. Esto
no es solo porque las patentes en Estados Unidos, como las transmisiones de los
Oscar y los procedimientos para abordar aviones, son un maldito embrollo,
desafiando eternamente toda acción para arreglarlos. No, hay una razón más
profunda y más oscura por la cual las patentes obsesionan a los cerebros
ejecutivos: nadie parece ya tener idea de si es mejor perseguir las patentes,
combatirlas, regalarlas o convertirlas en sombreros de papel para fiestas.
Lidiar con una estrategia de patentes tiene más dobleces del tipo “¿Qué
diablos?” que el guion de Interstellar.
Vea a Chris Hulls, el director ejecutivo de
la nueva aplicación móvil Life360. Él se ha vuelto nominalmente famoso en
Silicon Valley por su respuesta a una carta de un grupo llamado Advanced Ground
Information Systems (AGIS), con oficinas en la casa de alguien en Jupiter,
Florida. AGIS reclamó que Life360 está violando una patente que AGIS posee.
Hulls inició su respuesta así: “Querido Pedazo de Mierda”.
Se volvió viral. AGIS es el tipo de entidad
a menudo descrita como un trol de patentes, y la industria
tecnológica tiene la misma actitud hacia los troles de patentes que
los dueños de casas tienen con las termitas. Un trol usualmente solo es
un puñado de abogados que recolecta patentes viejas, nunca hace en realidad
ningún producto y trata de extorsionar tarifas de licencias a una compañía
tecnológica tras otra. Un trol acaba de ganar 532.9 millones
de dólares de Apple al decir que iTunes violaba una patente antigua. Muchas
compañías tecnológicas, en especial las más recientes, no tienen el dinero para
pelear estas reclamaciones en la Corte, así que le pagan al trol unas
cuantas decenas de miles para que se marchen. Hulls había hecho eso varias
veces en los seis años de existencia de Life360. Pero esta vez ya tuvo
suficiente.
Así, tomó una acción inaudita. Life360 está
peleando la reclamación de patente con la meta de invalidar la patente, y le
dará todo su trabajo legal a cualquier otra compañía acosada por AGIS. Hulls está
convencido de que si los capitalistas de riesgo y las compañías recientes se
unen y comparten conocimientos y recursos, podrían bajarles la cortina a los troles
de patentes dentro de uno o dos años. “Estoy recibiendo mucho apoyo de
la comunidad”, dice. Pero, vamos, hay un inconveniente para un joven que dirige
un grupo tecnológico de rápido crecimiento: “Así no es como debería pasar mi
tiempo”.
Tesla abrió un tipo diferente de debate
cuando decidió, el año pasado, ceder sus patentes. ¿Qué tipo de compañía
profundamente tecnológica hace eso? Bueno, su director ejecutivo, Elon Musk,
escribió en una entrada de blog que proteger las patentes de Tesla solo servía
para “reprimir el progreso” en el desarrollo de autos eléctricos. Él razonó que
si Tesla es la única compañía viable de autos eléctricos, los autos eléctricos
como categoría nunca pegarán y Tesla seguirá siendo una manchita en la parte
trasera más amplia de la industria automotriz.
Pero si abrir las patentes de Tesla ayuda a
que la categoría crezca rápido y Tesla trabaja duro para mantenerse como el rey
de la categoría, entonces podría terminar siendo una compañía más grande y más
importante. En realidad necesita competidores, incluso si estos copian a Tesla.
“Nosotros creemos que Tesla, otras compañías que hacen autos eléctricos y el
mundo se beneficiarían por igual con una plataforma tecnológica común y de
rápida evolución”, escribió Musk. Tomará años descubrir si él está en lo
correcto, pero si la estrategia funciona, toda compañía tecnológica tendrá que
cuestionar el valor de acumular y proteger patentes.
Esto nos lleva a IBM, la cual es una
acumuladora tal de patentes que podría inspirar su propio programa de A&E.
La compañía recientemente anunció que en 2014 recibió una marca de 7534
patentes, marcando el vigesimosegundo año seguido en que IBM encabezó la lista
de más patentes para una compañía. En esos veintidós años, los inventores de la
compañía han conseguido más de 81 500 patentes de Estados Unidos, abrumando el
total de cualquier otra compañía. Es claro que IBM gasta mucho tiempo y
recursos buscando y asegurando patentes, creyendo que es el camino al dominio
de la industria.
Excepto que en realidad no lo ha sido. El
mayor negocio de IBM involucra la consultoría y montaje de sistemas complejos
que podrían administrar una ciudad o manejar operaciones mundiales de petróleo.
Rara vez marca la agenda en tecnología al crear cosas del todo nuevas que hagan
desesperar a sus competidores por alcanzarla, como un Apple o Tesla. (A Apple
le otorgaron 2003 patentes en 2014; no pocas, pero apenas un cuarto del total
de IBM.) Si uno ve el crecimiento o el precio de las acciones de IBM, queda
claro que la compañía no se comporta como una superestrella con inventiva que
define categorías. Sus acciones cayeron 14 por ciento en 2014.
Mientras tanto, Apple y Samsung usan
patentes para golpearse mutuamente en la cabeza en una pelea que ninguna de las
dos ganará y es una lata para ambas compañías. Como casi todo en el universo de
las patentes, los principales beneficiados de Apple vs. Samsung son los
abogados.
Las dudas sobre el valor de las patentes
siguen propagándose. Las compañías de tecnología recientes son las más
inventivas y las que más cambian las sociedades en el planeta, pero un estudio
mostró que dos tercios de las compañías tecnológicas financiadas con capital de
riesgo nunca han solicitado una patente. Al escribier para The Journal of Economic
Perspectivesen 2013, Michele Boldrin y David K. Levine empezaron su
artículo así: “El caso en contra de las patentes puede resumirse brevemente: no
hay evidencia empírica que ellas den para aumentar la innovación y la
productividad, a menos de que se identifique la productividad con la cantidad
de patentes otorgadas, lo cual, como muestra la evidencia, no tiene correlación
con la productividad medida”. Ponga eso en su ducto de patentes y préndale
fuego.
(Como un aparte, debemos mencionar que el
Congreso de Estados Unidos está considerando una legislación para reformar las
patentes, llamada la Ley de Innovación. Pero la gente como Hulls, de Life360,
está tomando acciones por su cuenta precisamente porque ellos esperan que el
sol explote antes de que Washington haga algo con respecto a las patentes.)
Y aun así… las compañías persiguen
patentes como nunca antes. En 2014, Estados Unidos expidió por primera vez más
de 300 000 patentes. Más de un millón están pendientes.
Las patentes podrán ser una gran pérdida de
tiempo, pero las compañías sienten la presión de perseguirlas porque otras
compañías las persiguen. Y luego, algunos círculos antiguos de patentes
regresan en la forma de un trola morder —una patente que no
existiría si nadie hubiera pensado que valía la pena presentarla en primer
lugar— y los directores ejecutivos se quejan. Esta situación loca y retorcida
posiblemente retuerza las mentes de los ejecutivos y empresarios por
generaciones.
Por lo menos el
golf es relajante.